Está claro que a Celia Muñoz no le dan miedo los aviones. Y más vale, porque la diseñadora española, que vive en Londres junto a su marido, el financiero Caspar Berendsen, y sus cinco hijos, no deja de volar. De la capital británica a Granada, donde reside su familia y tiene parte de los talleres de su firma textil infantil, La Coqueta Kids -que ha vestido a los hijos de los príncipes de Gales y a los de Tatiana Santo Domingo, entre otros-, y de ahí a Barbados, a donde se escapa la familia, desde hace algunos años, cuando toca desconectar. Porque, ¿qué mejor lugar para hacerlo que en el Caribe, rodeados de palmeras, aguas cristalinas y playas de arena blanca? Ellos lo tuvieron claro -¡y nosotros también!-.
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-Celia, la casa es espectacular; ¿la diseñaste tú?
-Nuestra casa, como otras tantas situadas en la zona costera, es de construcción relativamente reciente porque, a principios del siglo XX, gran parte de la orilla del mar aún pertenecía a los pescadores. Las casas más antiguas se encuentran en el interior de la isla. La nuestra se construyó en los años 60 y nos sedujeron sus espacios totalmente abiertos. Es una casa bastante grande, pero sigue teniendo un aspecto poco opulento y está perfectamente integrada en el jardín, lleno de árboles centenarios. Solo me encargué de darle un toque personal a través del mobiliario. Mi amigo, el diseñador de interiores Victor Cadene, me ayudó a elegir muebles adaptados al clima tropical, a veces impredecible y extremo.
“Es una casa bastante grande, pero sigue teniendo un aspecto poco opulento y está perfectamente integrada en el jardín, lleno de árboles centenarios”
-¿Desde cuándo veraneáis en Barbados?
-Tenemos esta casa desde hace unos años. A mi marido y a mí nos ha gustado siempre viajar y descubrir países y culturas distintas. Unos de nuestros amigos más cercanos se compraron una casa aquí, hace mucho tiempo, y nos habían hablado tanto de la isla que estábamos deseando visitarla. En un principio, nos quedamos en un hotel y, meses después, compramos la que es ahora nuestra casa.
“Mi amigo, el diseñador de interiores Victor Cadene, me ayudó a elegir muebles adaptados al clima tropical, a veces impredecible y extremo”
-¿Por qué decidisteis hacer de esta antigua colonia británica vuestro lugar de vacaciones?
-Nos encanta la topografía de Barbados y su biodiversidad. Se pueden dar unos paseos increíbles por la montaña y también disfrutar de playas desiertas, hacer surf o nadar con tortugas gigantes... La isla presenta muchos contrastes por su gran tamaño y puedes pasar de un paisaje tropical a uno casi estepario, en solo quince minutos en coche, de un sol penetrante a una lluvia incesante en media hora.
-Ahora que vuestros hijos son mayores, ¿resulta más fácil o difícil traerlos?
-Hemos tenido la suerte de haber hecho muy buenos amigos. Nuestros hijos tienen edades parecidas, se ven en la playa a diario siempre que coincidimos en la isla y eso lo hace todo mucho más fácil. Hay un año de diferencia entre cada uno de nuestros cinco hijos y tres de ellos son adolescentes. Nunca hemos pretendido buscar actividades para ‘entretenerlos’, simplemente disfrutamos juntos y en Barbados hay mucho que hacer, desde leer tranquilamente en la playa, nadar, el esquí acuático, excursiones por la costa o el interior de la isla, navegar…
-¿Cómo es vuestro día a día cuando estáis aquí?
-Nos despertamos muy temprano y, generalmente, vamos a dar un paseo por la playa cuando todavía no hay nadie, nos bañamos todos juntos en el mar antes de desayunar, aunque últimamente a nuestros hijos les cueste más despertarse... Solemos hacer deporte por la mañana, nos encanta jugar al tenis en familia o practicar esquí acuático. Muy a menudo almorzamos en casa, pero también nos gusta disfrutar de un chiringuito o una barbacoa en una playa escondida. Solemos pasar las tardes en la playa de nuestra casa y nos vamos a la cama con el sol, cuando anochece. No solemos salir mucho por la noche, pero nos encantan las tertulias en familia, los juegos de mesa con nuestros hijos, o escuchar música antes de ir a la cama. La paz que disfrutamos allí es el mayor de los lujos.
“Cuando estamos aquí, nos bañamos todos juntos en el mar antes de desayunar, aunque últimamente a nuestros hijos les cueste más despertarse”
-¿Cómo reaccionaron tus padres cuando les dijiste que, en vez de ir a Granada, ibas a irte tan lejos de vacaciones?
-Mis padres son increíblemente independientes y nunca nos han pedido nada que condicionara de algún modo nuestra vida. Pero mi marido y yo somos muy familiares y nos encanta reunirnos con los nuestros. Mis padres nos acompañan a Barbados a menudo, los visitamos en Granada, vienen a Londres y hablamos por teléfono con frecuencia. Aunque no compartamos país de residencia, las distancias no existen si las dos partes se empeñan en que no existan.
“Somos muy familiares. Aunque no compartamos país de residencia con nuestra familia, las distancias no existen si las dos partes se empeñan en que no existan”
Sus direcciones en Barbados
- Vida en el agua. Barbados es una isla en el Caribe, ¡así que hay que disfrutar sí o sí de sus distintas playas y aguas cristalinas! “Nosotros hacemos muchos planes en la Costa Oeste, pues es donde tenemos la casa. Me encanta hacer esquí acuático en Sandy Lane Beach y las excursiones en catamarán a lo largo de toda esa costa. Pero a veces también nos escapamos al sur de la isla para hacer surf rodeados de tortugas enormes”.
- Un plan muy local. “Cuando estamos allí también nos encanta ir al mercadillo de los viernes, el Oistins Fish Market, al sur de la isla, y disfrutar de su comida callejera y música en directo. Es toda una experiencia. ¡Muy recomendable!”.
- Momento gastro. “Para comer nos gustan mucho los restaurantes Sea Shed, en Mullins Beach, y La Cabane, en Batts Rock Beach. Los dos muy informales. Y también The Lobster Pot, del respetado chef local Gregory Austin, en Speightstown. Para una cena más formal o una ocasión especial, sin duda recomiendo L’Acajou, en el Sandy Lane Hotel. Romántico y elegante”.
- De compras. “Se pueden encontrar boutiques muy bonitas en Limegrove Lifestyle Center, el centro comercial de Holetown. Hay marcas internacionales -todo en Barbados es duty free- y otras locales, a las que merece la pena echar un vistazo. Los ‘recuerdos’ más típicos de la isla son los cestos de paja trenzada, los batiks, el ron -hay muchas variedades procedentes de destilerías locales-y la joyería con corales”.