Todos tenemos algún lugar en el que volvemos de inmediato a los mejores veranos de nuestra vida. Para las diseñadoras Inés y Lucía Martín Alcalde -la primera ha vestido de novia a parte de la alta sociedad de nuestro país y la segunda, con sus trajes, a nombres como la Reina Letizia o María Pombo- ese lugar es la casa de su abuelo, el empresario Roberto Alcalde, en Mallorca, de la que tantos y tantos recuerdos atesoran.
“Este lugar era una finca agrícola que nuestro abuelo compró como casa de veraneo familiar. Tenía tiendas de aventura, y era tan creativo que él mismo se iba por el mundo adquiriendo piezas de arte y decoración para que fueran distintas”
Convertida en un auténtico ‘museo’, con partes interiores dedicadas al arte étnico (en especial africano), y exteriores con jardines escultóricos, hoy es una auténtica fuente de inspiración para las hermanas, así como para distintos artistas que pasan temporadas allí acogidos por su abuelo. A pesar de estar ambas embarazadas -Inés de su cuarto hijo y Lucía del primero-, no dudaron en ausentarse un día de su concurrido atelier madrileño para descubrirnos el mágico enclave familiar en el que siempre han pasado sus veranos.
-Contadnos, ¿cuál es la historia de esta casa?
-Inés Martín Alcalde: Era una finca agrícola que nuestro abuelo compró como casa de veraneo familiar. Tenía tiendas de aventura, y era tan creativo que él mismo se iba por el mundo comprando piezas de arte y decoración para que las tiendas fueran distintas. Tenían arte, alfombras y decoración superoriginal y diferente a lo que había en ese momento. Y esta casa tiene intrínseca ese alma y conserva muchas de aquellas piezas.
“Recuerdo despertarnos con el ruido de los pájaros y el contacto con el campo y la naturaleza. La parte más rústica de esta casa y la isla, en definitiva”
-¿Qué recuerdos guardáis con más cariño de vuestros veranos en esta finca?
-Lucía Martín Alcalde: Despertarnos con el ruido de los pájaros y el contacto con el campo y la naturaleza. La parte más rústica de esta casa y la isla, en definitiva. También recoger flores con nuestra abuela, los desayunos y las cenas familiares y los paseos eternos por estos jardines.
-¿Os reuníais muchos aquí?
-I.M.A.: No somos una familia excesivamente grande, pero sí que una vez al año nos juntábamos todos en esta casa y era divertidísimo. Comidas, cenas eternas después de volver de la playa, horas en la piscina jugando hasta que se hacía de noche… La verdad es que lo pasábamos fenomenal. Ahora seguimos reuniéndonos aquí muchas veces para distintas celebraciones familiares: cumpleaños, bodas… ¡Es un sitio repleto de recuerdos para nosotras!
-Con vuestro volumen de trabajo, ¿seguís viniendo todos los veranos?
-L.M.A.: Es nuestro paraíso de desconexión. Siempre venimos al menos una vez en verano e intentamos reunirnos con toda la familia. Aparte, las dos somos muy deportistas. Llevamos seis años practicando yoga juntas y no hay un lugar que ofrezca más paz y conexión con la naturaleza para hacerlo que esta casa.-Este verano será especial, con ambas embarazadas…
-I.M.A.: La verdad es que es muy emocionante estar las dos embarazadas a a vez y pensar que nuestros hijos estarán tan unidos como lo estamos nosotras. Aunque es mi cuarto hijo y el primero de Lucía, mis otros hijos tienen 4, 3 y 2 años, así que creo que serán todos muy seguidos y solo queremos inculcarles lo maravilloso que es tenerse los unos a los otros, entre hermanos y primos.
“Nos encanta pasear por los jardines viendo todos los tipos distintos de plantas y las obras de arte; realmente esta casa es pura inspiración”
-¿Qué es lo más especial de este lugar para vosotras?
-I.M.A.: Nos chifla venir a inspirarnos. Es una mezcla explosiva de color, texturas y vegetación. Nos encanta pasear por los jardines viendo todos los tipos distintos de plantas que tiene y las obras de arte, realmente es pura inspiración. Y además desconectas de la rutina al 100 %, entrando en una absoluta comunión con la naturaleza y con el arte. No hay mejor lugar para retirarte unos días.
-¿Fue vuestro abuelo quien lo diseñó todo; casa, jardines y colecciones?
-L.M.A: Sí. Es un hombre lleno de creatividad, de ideas, y emprendedor hasta el final. Le divierte crear cosas diferentes y, sobre todo, es un auténtico amante del arte. Cuando la gente viene a esta finca no da crédito a cómo puede tener tanta imaginación. Él es una persona muy creativa, que ha viajado mucho y en cada viaje ha ido comprando mucho arte. También le encanta inspirarse en los libros, y esta casa es un espejo de todo ello: mezcla y refleja todas sus vivencias y experiencias de vida. Es su proyecto personal y proyecta perfectamente toda su historia.
“Llevamos seis años practicando yoga juntas y no hay un lugar que ofrezca más paz y conexión con la naturaleza para hacerlo que esta casa”
-¿Puede que esta casa haya influido de algún modo en que ambas hayáis terminado dedicándoos a un oficio creativo?
-I.M.A.: Seguramente, porque es un sitio mágico. Mires donde mires siempre encuentras algo que te inspira. Sobre todo la mente de su creador, nuestro abuelo... Creo que algo de él hemos heredado.
-¿Cómo es trabajar entre hermanas?
-L.M.A.: Inés siempre había soñado con tener su propio taller de costura, en el que hacer realidad sus diseños de forma artesanal para cada novia, un sueño que se hizo realidad en 2015. Comenzó a crecer y le empezaron a pedir vestidos para madres y hermanas de la novia, y ahí es cuando llegué yo. Somos como almas gemelas y estamos tan unidas que nos leemos la mente la una a la otra.
-I.M.A.: La verdad es que nos lo pasamos bomba, nos encanta estar todo el día juntas. Nuestros maridos siempre dicen que se han casado con las dos en lugar de con una (risas).
“Nos encanta estar todo el día juntas. Nuestros maridos dicen que se han casado con las dos en lugar de con una”
Un banquete de verano
- De puertas afuera. ¿Quién quiere cenar dentro de casa, habiendo sitio fuera, tras un día de playa? No dudes en trasladar todo tu comedor a una terraza, jardín o patio para disfrutar de las mejores noches.
- Puesta en escena. Saca la vajilla buena, la cristalería más delicada e invéntate un mantel con una tela especial. Si buscabas una ‘ocasión’ para hacerlo, ¿qué mejor momento que este?
- Centros naturales. Estás relajada, descansada... Es el momento perfecto para ponerse creativo. Coge unas flores o frutas del entorno y decora con ello la mesa. Es algo que no falla.
- El menú. Opta por entrantes fríos como gazpacho, ajoblanco o ensalada de burrata, y algún principal en el que destaque el producto fresco, como un ceviche o pescado al horno.
- Los detalles. Una playlist que suene a verano -mejor si es solo instrumental para que no entorpezca la conversación- creará la atmósfera perfecta.
- Adiós bichos. Quizá el mayor inconveniente de las comidas y cenas al fresco durante el verano sean los molestos bichos. Para ahuyentarlos, el mejor ‘remedio’ es poner plantas o velas de citronela en la mesa y alrededores.