Suena la alarma y comienza el encaje de bolillos para Isabel y su marido, Álex Cruz. Después de preparar a sus dos hijos, Hugo y Daniel, y llevarlos al colegio y a la guardería respectivamente, la presentadora pone rumbo a Telecinco y se enfrasca en la vorágine de los informativos. Reuniones, maquillaje y peluquería, idas y venidas a plató. No es hasta que se apagan las cámaras -rozando las 16:00- y desanda sus pasos que puede bajar el ritmo, camino al que, a día de hoy, es su refugio.
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Un chalet en Majadahonda, antigua zona de cultivo y pastoreo, alejado del caos capitalino, donde la periodista se descalza y disfruta de los placeres cotidianos. Una vivienda en la que se han volcado personalmente y a la que, este año, han decidido dar una vuelta de tuerca, rediseñando algunas estancias con la ayuda de Kenay Home y reacondicionando el jardín. Hasta allí nos desplazamos, dispuestas a estrenar el “nuevo” hogar de la cofundadora de Slow Love, la marca de ropa que comparte con su amiga Sara Carbonero. Allí, charlamos con ella de la vida y otros temas.
“Nos enamoramos de la casa nada más verla. Es muy especial, Mediterránea y nórdica a la vez. Está hecha para vivir hacia el exterior y eso es muy andaluz, como nosotros”
-Empecemos por el principio. ¿Cuál es la historia detrás de esta propiedad?
-Dimos con ella por casualidad. Después de muchas vueltas y de buscar un terreno para hacernos la casa que siempre habíamos querido, la localicé gracias al jet lag, recién llegada de Estados Unidos tras cubrir las elecciones en las que ganó Donald Trump. Fuimos a verla ese mismo fin de semana y nos enamoramos de ella. Es muy especial. Mediterránea y nórdica a la vez. Está hecha para vivir hacia el exterior y eso es muy andaluz, como nosotros.
-¿Contasteis con ayuda para darle el aspecto que luce hoy?
-A mí me gusta mucho la decoración y he disfrutado dándole forma. Fue fácil, porque nos identificamos con el estilo que ya tenía la casa y eso nos inspiró a la hora de elegir los muebles o visualizar cómo quedarían. Ha sido una labor de años, de dedicarle tiempo y cariño y de encontrar tesoros en tiendas y anticuarios. Para la primera habitación de los niños confiamos en Kenay Home y ahora, tras una pequeña ampliación, hemos vuelto a contar con ellos para los dormitorios y el porche, que es sin duda uno de los espacios más bonitos.
“Hemos tratado de hacerla lo más sostenible posible. Además de instalar placas solares y de reciclar, intentamos usar siempre recursos naturales”
-Un hogar es quien lo habita. ¿Cómo describirías el tuyo?
-Es el “hogar de la luz”, sin duda. Hay amigos que me preguntan por las persianas o las cortinas (no hay ninguna en la planta de abajo), pero es parte de su identidad. La cocina es abierta y está muy bien integrada, porque nos encanta cocinar y estar allí con los niños, que tienen su propia torre para llegar a la encimera y ayudarnos con la cena. Y dispone de muchos rincones para leer y disfrutar del jardín. Impera un estilo mediterráneo que transporta a una de esas casas de verano cerca del mar; ¡ojalá! Es una de las cosas que más echamos de menos de Almería y queríamos sentirnos un poco más cerca de esa vida en nuestra tierra. También por eso tenemos tantos cactus.
-Te declaras embajadora del planeta y abanderas el movimiento No Plastic. ¿Cómo se refleja este compromiso en la vivienda?
-Hemos tratado de hacerla lo más sostenible posible. Además de instalar placas solares y de reciclar, intentamos usar solo recursos naturales como la madera de los bancos, hechos a mano por Kenay, o tejidos de fibras como el algodón o el lino, que he usado hasta en el canapé de la cama, la cual por cierto tiene un colchón hecho con material reciclado y botellas de plástico de Terxy.
“Nos encanta recibir a amigos. Cada verano, convertimos la parte de atrás en un comedor al aire libre”
-Disponiendo de un chalet tan amplio y acogedor, ¿os gusta ejercer de anfitriones?
-Nos encanta recibir a amigos. Las puertas siempre están abiertas y no hace falta ni avisar. Utilizamos mucho la parte de atrás de la casa, una especie de “comedor de verano” para hacer barbacoas o cenas al aire libre.
-¿Alguna receta estrella?
-Cada uno tiene su especialidad. Yo siempre he tenido fama de buena cocinera, pero Álex es un maestro de los arroces y las pizzas al horno de leña. A mí me gusta más innovar con las recetas, aunque dos de mis clásicos son el salmorejo y las carrilleras.
“Es el ‘hogar de la luz’. Te transporta a una de esas casas de verano cerca del mar. Es lo que más echamos de menos de Almería y queríamos sentirnos un poco más cerca de nuestra tierra”
-Aparte de coquetear con los fogones, ¿qué otros planes te hacen feliz y te ayudan a romper con la rutina?
-En mi tiempo libre dejo el móvil prácticamente aparcado. Nos encanta viajar, vivir la casa, hacer planes por Madrid. Me entusiasma descubrir sitios y restaurantes nuevos, pasear con los niños y nuestra perra Rita, visitar alguna exposición o galería, sobre todo de fotografía, y perderme por las Nuevas Galerías del Rastro (de ahí son mi mesa de comedor y otras piezas como el teléfono fijo). Encender una vela, poner un vinilo de la colección de Hugo, comprar flores, leer... También doy clases de cerámica y hago yoga y pilates. Disfruto, en definitiva, de ese tiempo que se nos escapa de las manos de lunes a viernes y de todas esas cosas que te ayudan a frenar.
“Viajar, hacer planes por Madrid e ir al Rastro, dar clases de cerámica, hacer yoga... En mi tiempo libre, dejo el móvil aparcado y disfruto de las cosas que te hacen bajar el ritmo”
-Pese a tener un perfil público y acumular miles de seguidores en redes, poco se sabe de tu vida personal, al margen de estar casada, ser madre de dos niños e íntima de Sara Carbonero. ¿Cómo has logrado este equilibrio?
-Creo que hay que ser cercana y natural, que la gente que te ve cada día en el informativo pueda asomarse también a tu vida fuera del plató... Pero eso no significa que quiera sobreexponerme; primero, porque las cosas quiero disfrutarlas con los míos y no retransmitirlas y, segundo, porque creo que es importante mantener tu privacidad.
-Para terminar, cuéntanos qué te deparan este año las vacaciones.
-Seguramente haremos una escapada por Europa con los niños y, ya después, pasaremos un mes en la playa, en Almería. Es el momento del año en el que nos reencontramos con nuestras raíces.
“Creo que hay que ser cercana y natural, que la gente que te ve en los informativos cada día pueda asomarse también a tu vida fuera del plató. Pero conservando tu privacidad”
Tras sus pasos
Tras sus pasos