Con fama de estar entre los mejores anfitriones de nuestro país, el matrimonio formado por Javier Bahamonde y Santiso de Ossorio y Tata García-Osende y Botana han perfeccionado el arte de poner la mesa hasta hacer de esta la protagonista de las reuniones en su hogar. A lo largo de 30 años, el historiador, especializado en patrimonio histórico, y la investigadora, centrada en técnicas de restauración, han ido reuniendo un impresionante archivo fotográfico que ve ahora la luz a través del libro Pasión por la mesa (ed. Turner).
“Nuestro interés por todos los elementos que integran la mesa hizo que estudiásemos los diferentes artistas y artesanos que crearon piezas para su servicio”
-¿Cómo surgió este libro?
-Surge conforme vamos recopilando fotografías de nuestros montajes de mesas, realizados en diversos países a lo largo de los últimos años. Muchos amigos nos incitaban a darle forma de libro a nuestro archivo, pensando que en español había pocas publicaciones sobre el tema.
-¿Cómo empezasteis a investigar el arte de la mesa?
-Nuestro interés por todos los elementos que integran la mesa, su evolución histórica y sus características compositivas hizo que dedicásemos mucho esfuerzo a estudiar el arte de la mesa y los diferentes artistas y artesanos que crearon piezas para su servicio. Nos apasiona el arte en general y las artes decorativas que expresan fielmente la vida de cada época.
-¿Cómo describís vuestras mesas?
-Siempre buscamos diseñar una mesa que sea única. Las más espectaculares, para cenas con bastantes comensales, están estructuradas de forma arquitectónica, cuidando mucho la iluminación y buscando una atmósfera, un tanto teatral, que ayude a que los invitados disfruten de una experiencia única, casi siempre abusando de las velas, que encajan tanto en ambientes clásicos con tapices y mesas antiguas como en espacios más modernos, en los que permiten crear juegos plásticos sorprendentes. Para las mesas más pequeñas, intentamos crear una sensación de intimidad; para las de día buscamos un efecto natural, y en los jardines la disponemos en los rincones más sorprendentes, muchas veces en la proximidad de alguna fuente.