Almuerzo en la Andrada
En la provincia de Ávila se encuentra esta casa donde mis amigos Carlos Marina y Guillermo de Vicente van a poner en marcha un hotel sostenible cuyos beneficios se destinarán a una fundación a favor de la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas. Mientras comienzan las obras, nos abren las puertas de la casa para pasar un día entre amigos y disfrutar del entorno. Ponemos la mesa entre naranjos con un sencillo mantel blanco que decoramos con flores del campo.
Entre ruinas, cerca del riachuelo, disfrutamos de un aperitivo mientras los niños corren, Guillermo se dedica a la pintura y los mayores cruzamos conversaciones entre risas animados por un buen vino. No pueden faltar los productos locales como la coca de manzana o los miguelitos, unos pasteles de hojaldre rellenos de crema que compramos en el pueblo. Ya caída la tarde, nos resguardamos en el interior al calor de la chimenea y jugamos al dominó y a las cartas. Unos anfitriones de lujo a los que les deseo toda la suerte en esta nueva etapa de su vida.
“Entre ruinas, cerca del riachuelo, disfrutamos de un aperitivo mientras los niños corren, Guillermo pinta y los mayores cruzamos conversaciones con un buen vino”
Un libro con mensaje
María Zurita y yo somos amigas desde la infancia. Nuestras madres pasaron juntas el exilio en Portugal y nosotras hemos cogido el testigo de aquella amistad. María es una persona sólida, con valores arraigados, muy fiel a sus amigos y con un gran corazón. El amor que siente por su hijo, Carlos, la ha llevado a escribir un cuento ilustrado donde cuenta su particular historia como madre y donde recalca que el amor y el cariño son las bases fundamentales para un buen crecimiento, independientemente de la estructura familiar.
El arte floral de Inés Urquijo
Hace unos días tuve la suerte de asistir a uno de los talleres florales que imparte Inés Urquijo en Las Jarillas. Inés no hace centros de flores al uso, sino que recrea jardines colgantes respetando la forma natural de las ramas que salpica de flores, mezclándolas con verdadero arte y sutileza. De ella he aprendido a elegir los jarrones, mejor altos y de cristal, a huir de la esponja verde y utilizar malla de tela de gallinero como soporte y a dejarme guiar por los sentidos a la hora de decorar cualquier rincón. Una experiencia que recomiendo como meditación y que desde entonces aplico a la hora de decorar mis mesas (para más info inesurquijo.com).
Mesa del mes: comer de pie en la cocina
Es domingo y no me apetece cocinar y sí improvisar un almuerzo alrededor de la mesa de mármol de la cocina. Sobre tabla de madera dispongo unas longanizas, quesos o cualquier embutido que nos guste. Hago un arroz blanco con gambas y preparo una compota de manzana. Nos agolpamos en este pequeño espacio mientras comemos de pie, con las manos y sin ningún tipo de protocolo. Me gustan estas reuniones improvisadas…
Compota de manzana con canela
Ingredientes
- 3 manzanas golden
- 1 ramita de canela
- 2 cdas de miel
- ½ l de agua
El menú: longaniza y embutidos, arroz blanco con gambas y compota
Elaboración
- Se pone el agua al fuego con la ramita de canela para que infusione 7 minutos más o menos.
- Se añade la manzana pelada, descorazonada y en pedacitos, otros 7 minutos, y se pone la miel en el último minuto.
Fin de semana en Lisboa
Siempre que visito Lisboa me siento como en casa. La ciudad de las siete colinas conserva intactos sus cafés, pastelerías y tiendas. Os aconsejo alojaros en el hotel Das Amoreiras, situado en una emblemática plaza, desde donde podéis caminar hasta el centro de la ciudad.
“Siempre que visito Lisboa me siento como en casa”
Sugiero recorrer a pie el barrio de Alfama, visitar la basílica de Santa María la Mayor de Lisboa y pasear los sábados por el mercadillo más antiguo de la capital Feira da Ladra, donde se puede hacer una parada en Antigüedades Marcelo. Me gusta almorzar en Ribadouro, una marisquería a la que solía ir con mi madre, y cenar un buen pescado en Aqui Há Peixe. Si queréis escuchar fados, el mejor sitio es Mesa de Frades, y para tomar una copa en un sitio singular, hay que ir a Pavilhão Chinês en Chiado. No dejéis de coger el tranvía y de perderos por sus calles adoquinadas.