Nada en casa de Juana Pepa resulta rígido o demasiado estudiado. Nunca lo ha sido, ni en esta, en Londres, ni en las anteriores. La argentina acumula ya un buen número de hogares disfrutados y dejados atrás. Porque la vida, para ella, siempre ha consistido en preguntarse qué es lo que viene después. Cuando conoció a su marido, el empresario Juan Pepa, no lo dudó ni un segundo: cogió sus maletas y en unos días dejó Buenos Aires para instalarse con él en Madrid.
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En nuestro país no tardó en convertirse en la chica de moda. A su boda no faltaron conocidos de la talla de Marta Ortega, Sassa de Osma o Carla Pereyra y su marido, ‘el Cholo’ Simeone. Y sus veladas pronto se hicieron míticas. Tanto, que su mano con la cocina y la decoración no pasaron desapercibidas y pronto empezó a ser perseguida por distintas firmas de moda y estilo de vida para convertirla en su embajadora. “Me gusta mucho escribir, me gusta contar historias, la dirección de arte, lo bello y lo terrenal a la vez. Me encanta hacer libros’”.
“Me gusta mucho escribir, me gusta contar historias, la dirección de arte, lo bello y lo terrenal a la vez. Me encanta hacer libros’’
Con auténtico pavor a convertirse en influencer, Juana optó por ser de lo más selectiva y encerrarse a escribir. Publicó un libro (La Rotisería de Juana, 2020), luego otro (Cocinando de aquí para allá, 2021) y, tras el éxito obtenido, vendiéndolos a través de su propia web, hoy se encuentra inmersa en la preparación del tercero, que verá la luz este mismo año. En él, aparte de recetas, tratará de arrojar luz sobre lo que supone ser un buen anfitrión. Algo de lo que ella, sin duda, sabe un rato...
-Tres libros en tres años, ¿te defines ya como ‘autora’?
-Entiendo que hay que definirse, pero todavía siento que estoy en un proceso. Me gusta mucho escribir, me gusta contar historias, me gusta la dirección de arte, lo bello y lo terrenal a la vez. Me encanta hacer libros e hice ya tres. Si quiere decir que soy autora, bienvenido sea.
“Me encantaría tener todo más planeado, pero la verdad es que voy haciendo lo que voy sintiendo”
-¿Cuáles serán tus próximos pasos? ¿Quizá un restaurante?
-Desde que comencé con mis libros lo hice sin pensar en el próximo paso. Jamás me imaginé que iba a hacer dos más después del primero. Me encantaría tener todo más planeado, pero la verdad es que voy haciendo lo que voy sintiendo. Es algo muy creativo, aunque no lo parezca. Y mientras tanto me gusta sentir que aporto algo a las personas. Para mí, se trata de dar.
-¿Cómo dirías que ha evolucionado tu cocina en estos años?
-Creo que evoluciona a medida que lo hace mi confianza. Siempre se trata de la confianza en uno mismo. Y eso se logra con constancia, trabajo, organización. Mi cocina no es compleja. Intento inspirar y dar herramientas para que cualquier persona a la que le interese cocinar en su casa lo pueda hacer. Porque al final no soy más que alguien a quien le gusta cocinar para su familia y sus amigos.
“Es muy lindo mudarte. Creo que como familia te une aún más, y como persona creces a pasos agigantados. No ‘tenés’ más opción que sacar lo mejor de ‘vos’”
-¿Cómo crees que han influido tus vivencias en ello?
-Creo que viajar es muy importante. Si te interesa la comida, viajar y probar cosas distintas es fundamental para estimularse e inspirarse. Los movimientos que he tenido han hecho que se me enriqueciesen el paladar y los ojos. Aparte, tanto cambio y tanto viaje han hecho que tenga la necesidad de ‘hacer hogar’, y creo que eso se ve en mi comida. Comida de hogar, para el hogar. Que reconforta.
-Hace unos meses decidisteis mudaros a Londres, ¿qué os llevó a ello?
-Juan y yo somos muy inquietos. Seguramente nos mudemos de nuevo varias veces en esta vida. Necesitábamos un cambio, y como él había vivido 10 años en Londres y siempre hablaba con pasión de la ciudad, decidimos volver. Es muy lindo mudarte y salir de tu zona de confort. Creo que como familia te une todavía más, y como persona creces a pasos agigantados. No tenés más opción que sacar lo mejor de vos.
“Tanto cambio y tanto viaje han hecho que tenga la necesidad de ‘hacer hogar’, y creo que eso se ve en mi comida. Comida de hogar, para el hogar. Que reconforta’’
-¿Cuáles son las principales lecciones que aprendiste tras tantos cambios?
-Que es muy importante no vivirlos con ansiedad. Lleva tiempo sentir que tenés tu rutina, tus amigos, esos lugares que sentís que son tuyos y que el hogar se hace anclándote a él. Siempre que me mudo intento no viajar durante unos meses, así me asiento en ese lugar y esa nueva vida.
-¿Cómo fue la búsqueda de hogar en Londres?
-Soy una persona que toma decisiones muy rápidamente. No doy muchas vueltas a la hora de elegir o hacer algo. En el momento que decidí mudarme, entré a Zoopla y empecé a buscar una casa en un barrio cercano al colegio donde irían los niños, que tuviese luz natural y cuya cocina fuese lo más agradable posible. A la semana, viajé para corroborar que la que había encontrado en realidad se parecía a las fotos, y listo. Seguramente habría mejores o peores pero en la vida hay que elegir y abrazar esa decisión.
“Soy una persona que toma decisiones muy rápidamente. No doy muchas vueltas a la hora de elegir o hacer algo”
-¿Cómo conseguiste hacer de la casa ‘tu hogar’?
-No podía llevarme los muebles de Madrid porque las dimensiones no eran para nada iguales. Me llevé lo básico, lo que pude. El resto lo compré online. Una amiga argentina, Clara Rasore, que es arquitecta y trabaja de interiorista, me ayudó a tenerlo listo en dos meses. Quería llegar y que la casa estuviese lista, como si hubiese vivido ahí toda la vida. Sobre todo por los niños. Las mudanzas dicen que son traumáticas, pero si uno se organiza y le pone onda no tienen por qué serlo, creo yo.
-¿De dónde te viene esa mano con la decoración?
-Tenía muy claro lo que quería. Y como la casa es alquilada es más fácil, porque tienes unos límites definidos y no puedes hacerle nada loco. Es lo que es, y dentro de eso tenés que hacer lo posible para hacerla más tuya. Cambiando apliques de luz, pintando la cocina de un color especial... esos detalles que la hacen más personal.
“Creo que mi cocina evoluciona a medida que lo hace mi confianza. Siempre se trata de la confianza en uno mismo.Y eso se logra con trabajo, constancia, organización”
-¿Cuáles son las cosas más especiales que hay en la casa?
-Las sillas Thonet, como las que tenía mi abuela en el comedor. Me costó mucho encontrarlas. También los libros que vengo acarreando con mi marido desde que nos conocimos, ya que los compramos juntos y nos podemos pasar horas en librerías eligiéndolos. Y unos candelabros preciosos de madera, antiguos, que compré en La Europea, en una de mis caminatas recién llegada a Madrid… No me gusta nada comprar por comprar, intento enamorarme de cada objeto y sentir que me acompañará siempre, vaya a donde vaya.
“Me encantaría tener todo más planeado, pero la verdad es que voy haciendo lo que voy sintiendo”
Tres días en Londres
- Viernes. “Recomendaría empezar el día en Layla Bakery, en Notting Hill, y pasear por Portobello Road (es el día que van los locales). Después, caminar a The Physic Garden, un jardín en West London para perderse. Es muy bonito ver cómo muchos pintores van allí a pintar y el café es muy agradable”.
- Sábado. “Me gusta mucho ir a Broadway Road Market y comer en cualquiera de los restaurantes. Mi favorito es Buen Ayre, una parrilla argentina que parece que estás en Buenos Aires. Y otro de mis must es Donlon Books, una librería en la que merece la pena pasarse un buen rato”.
- Domingo. “Columbia Flower Market, imprescindible. Los domingos se llena de puestos de flores y plantas a muy buen precio. Y en los laterales hay desde tiendas de antigüedades, menaje, restaurantes, librerías… Sobre Ezra Street hay una mexicana que hace el mejor chocolate caliente que he probado”.