Cristina Barrous: una dieta para ser feliz

Tras un colapso vital y físico,  Cristina Barrous  decidió hacer un cambio integral en su vida profesional y estudiar sobre aquello que le había sanado: la comida. Profundizó en cómo los alimentos no solo nutren a nivel fisiológico, sino también a nivel emocional y psíquico y se formó en psiconeuroinmunología y nutrición integrativa. Hoy es una reputada  coach   nutricional y experta en alimentación consciente que, a través de acompañamientos individuales y programas grupales, muestra el camino a otras mujeres que quieren mejorar su alimentación y sanar la relación con su cuerpo demostrándoles que la comida no es el enemigo, sino el aliado en esta transformación.

© Saray Ramos

-¿Cuál es el tipo de alimentación y cocina que practicas y divulgas?

-Saludable, consciente y deliciosa. Amo los grises y huyo de los extremos que nos obligan a ceñirnos en una rigidez asocial y que acaban impactando en nuestra salud mental y emocional.

-¿Cómo descubriste sus beneficios? 

-Fue el tipo de alimentación que me ayudó a superar mi bulimia, y que me permitió tener unas digestiones saludables sin inflamación y libre de culpas. Además, después de formarme, he comprendido más que nunca que la rigidez con la comida conlleva un gran estrés y perjudica enormemente nuestra salud mental e inmunitaria.

-¿De qué manera la alimentación guarda relación con la felicidad y las emociones?

-Desde mucho antes de ingerir la comida, esta ya puede condicionar nuestras emociones. La forma en la que planificamos nuestro menú semanal (desde la rigidez y el estrés o desde el disfrute y el autoamor), cómo vamos a la compra (con agobio de no “caer en la tentación” o con felicidad por darte lo mejor), son claros condicionantes de nuestras emociones y están íntimamente relacionados con nuestra alimentación. Además, los alimentos que se comen desde el estrés (en vez de practicar una alimentación consciente) se digieren peor, generan un deterioro de la barrera intestinal y eso repercute en nuestras hormonas y emociones.

-¿Cuáles son los alimentos que conformarían la base de lo que podría entenderse como una dieta de la felicidad?

-Verduras de todos los colores, esto es algo que alegra a nuestro intestino y también a la vista. El brócoli es mi favorito. Proteínas como el pescado azul, que alimenta mi intestino pero también mi cerebro y me ayuda a pensar mejor y estar más calmada. Hidratos de calidad como pueden ser los cereales integrales (mejor evitar el trigo) o la patata asada. Y sobre todo, ¡alimentos que estén ricos!

-¿De qué manera está la forma de comer directamente asociada a un estado de humor y cómo modificarlo? 

-El mejor ejemplo es el que todas hemos sentido alguna vez en nuestra vida: el hambre emocional. Esa sensación de que tu cuerpo necesita ingerir urgentemente algún alimento muy sabroso y, a ser posible, con mucho azúcar. Esto es una consecuencia de la elevación del cortisol por el estrés, nuestro cuerpo siente que debe huir y va a buscar aquellos alimentos que nos den más energía de manera rápida: grasas y azúcares. Podríamos elegir aguacate y dátiles pero… nos vamos a por los dónuts. Esto activa un mecanismo llamado “el sistema de recompensa”, que va a hacer que busques de forma desesperada ese alimento supersabroso del que pretendes comerte solo una onza pero acabas comiéndote toda la tableta. Porque el azúcar y la grasa nos provocan más estrés y por lo tanto más ganas de seguir comiendo.

-¿Qué estilo de vida es el que completa el modelo nutricional que propones?

-Una vida consciente. ¿Qué significa? Que estoy presente en mis acciones, que disfruto del presente y me permito cuidar mi cuerpo en vez de castigarlo. Esto se tangibiliza no solo en una alimentación saludable, sino en la práctica de ejercicio de forma regular, un descanso de calidad y una reducción del estrés.

-¿En qué te ha beneficiado a ti alimentarte de esa manera?

-Me siento más sana y me noto en consonancia con mi cuerpo. Simplemente, soy más feliz.

Brownie con tahini

© Juan y Nariana Nazábal

Ingredientes (para 2 personas):

● 180 g de chocolate negro 85 % ● 12 dátiles ● 100 ml de aceite de oliva ● 3 huevos eco ● 50 g de harina de almendra ● 100 g de harina de avena ● 1 pizca de sal ● 1 cdta de levadura

Para el topping: ● 8 cdas de tahini ● 4 cdas de sirope de arce ● una pizca de sal ● 100 g de chocolate negro 85 % ● sal gorda

Elaboración

1. Funde los 400 g de chocolate en el microondas.
2. Tritura los dátiles, mézclalos con el aceite, los huevos, la harina de almendra, la harina de avena, la sal y la levadura.
3. Añade el chocolate fundido y mezcla.
4. Prepara un molde pequeño con papel vegetal (20 x 20) y vierte encima la mezcla del brownie.
5. Mezcla los ingredientes del topping y echa por encima de la mezcla de brownie.
6. Con un palillo mézclalo por encima.
7. Hornea durante 20’ a 180 ºC.

Brócoli con piñones y queso parmesano

© Juan y Nariana Nazábal

Ingredientes (para 2 personas):

● ½ brócoli mediano ● 4 cdas de AOVE ● 2 cdtas de sal ● 1 cdta pimienta ● 1 cda de vinagre de manzana ● 1 cdta de sirope de arce ● 2 cdas de piñones ● 2 cdas de parmesano en trocitos

Elaboración

1. Lava el brócoli y córtalo en ramas no muy pequeñas para que quede bonito en la presentación.
2. Calienta una sartén, pon las 4 cucharadas de AOVE, echa el brócoli, la sal y la pimienta.
3. Cocina un total de 5’ paraque se dore sin quemarse y para que quede crujiente.
4. Cocina los piñones en una sartén con una gota de AOVE (para que no se peguen).
5. Cocina 2’ para que se doren sin quemarse.
6. Pasa el brócoli a una fuente.
7. Añade el vinagre, el sirope de arce, los piñones y el parmesano en trocitos.
8. Mezcla todo.
9. Si te parece que puede necesitar un poco más de aceite, échalo justo en el momento de comer el plato.

Mis favoritos en la cocina

• Tres cosas que no deberían faltar nunca en la despensa: Kombucha, huevos y brócoli.
• El mejor consejo en la cocina: Practica    batch cooking.  Deja la mayor parte de la comida de la semana preparada y así evitarás improvisaciones.
• Una manía o costumbre a los fogones: Usar todas las máquinas a la vez, soy una friki de la organización y una optimizadora del tiempo por definición.
• Herramienta o gadget de cocina predilecto: Thermomix forever.
• Último descubrimiento: Ottolengui no ha sido un descubrimiento reciente, pero últimamente estoy probando muchas de sus recetas y me flipan.

Mi menú diario

“Hago máximo tres ingestas al día, es la mejor manera de cuidar nuestro intestino y nuestras emociones en nuestro día a día”.

• Desayuno: “No siempre desayuno, porque practico ayuno intermitente. Cuando lo hago: yogur de coco con kiwi y moras y dos huevos revueltos”.
• Comida: “Curri de garbanzos y verduras con arroz integral”.
• Cena: “Salmón al horno con ensalada de espinacas, tomates cherry, tomate seco en aceite de oliva y queso feta”.