Enero es el mes de las nuevas oportunidades, entre ellas, la de romper con todo aquello que no nos hace felices. De eso sabe, y mucho, la modelo e instructora de yogaVeronica Blume. Esta disciplina llegó a su vida para quedarse y, precisamente, es en la masíaLa Garriga de Castelladral donde, hace más de siete años, comenzó a impartir sus conocidos retiros, a los que invita a todo aquel que quiera conocerse, conectar con su interior y disfrutar de la naturaleza.
-Según el dicho: año nuevo, vida nueva. ¿Qué propósitos tienes para este 2023 que acaba de entrar?
-He terminado el 2022 con la sensación de que ha sido un año intenso en el que he aprendido una barbaridad y mucho de ello se ha asentado en mi vida. De cara al 2023, mi propósito es crear más retiros, cursos y experiencias con los que acompañar a las personas hacia una vida más consciente a través del yoga y la meditación, entre otras herramientas. Tengo la suerte de haber encontrado una vocación profesional que es, además, un camino personal.
-Hace casi 20 años el yoga llegó a tu vida para quedarse. ¿Cómo se convirtió en una filosofía transversal?
-Todo empezó estando embarazada. En aquel momento mi vida se transformó por completo; muchas de las cosas que formaban parte de ella, dejaron de tener sentido. Fue uno de esos momentos que te invitan al cambio. Modelo y profesora de yoga pueden parecer dos polos totalmente opuestos, pero la verdad es que, en mi caso, este salto es de lo más coherente que me ha pasado en la vida. De una experiencia “de fuera hacia dentro” pasé a una vivencia “desde dentro hacia fuera”.
-¿Qué te ha aportado el yoga?
-Aprender a respetar mi autenticidad y mi cuerpo; estar más presente conmigo misma y con los demás; saber que existe un lugar dentro de mí al que siempre puedo volver para encontrar la calma que tantas veces había buscado fuera, y una sensación de conciencia que para mí es calidad de vida y crecimiento. En realidad, el yoga es un camino. Sin duda, ser madre y descubrir esta disciplina han sido los dos momentos más importantes en mi evolución como persona.
“Modelo y profesora de yoga pueden parecer dos polos totalmente opuestos, pero la verdad es que, en mi caso, este cambio es de lo más coherente que me ha pasado en la vida”
-¿Y cómo te han marcado todos esos años como modelo?
-Coincidieron con mi adolescencia, así que todas aquellas vivencias han influido mucho en cómo he aprendido a entender la vida. Me han hecho independiente y más valiente de lo que me creo a veces, me han permitido explorar diferentes facetas y a desenvolverme en un mundo con el que, a menudo, no me sentía identificada. Pero también supusieron una desconexión total conmigo misma, que es la base del camino que estoy recorriendo ahora. La búsqueda de esa conexión, respeto, equilibrio y paz que nace dentro de mí es consecuencia de este bagaje y, por ello, tiene tanto sentido mi vínculo con el yoga.
“Entiendo la alimentación como una forma de nutrirme física y energéticamente. Como ecológico y de cercanía. Y tomo muchas verduras, legumbres, sopas y zumos frescos”
-Sigues igual de radiante, ¿qué haces para cuidarte?
-Estoy más tranquila que nunca. Vivo cerca de Barcelona, pero en la naturaleza. Mis paseos por el bosque y la montaña se han convertido en parte de mi práctica de yoga. Además, hace años que he dejado de usar cosmética que contenga sustancias tóxicas y eso se nota mucho. He simplificado mi rutina y cuidarme de manera consciente, desde todas las áreas (lo que hago, lo que como, lo que pienso, con quién paso tiempo…), es la filosofía de vida que elijo.
-¿Cómo te alimentas?
-Gracias al yoga he aprendido a escuchar a mi cuerpo. Cada vez que lo practico me encuentro conmigo misma y, cuando no estoy alimentándome bien, el cuerpo me lo hace saber. He probado todo tipo de dietas, pero el verdadero bienestar me ha llegado cuando he aprendido a soltar toda esa locura y a escucharme. Entiendo la alimentación como una forma de nutrirme a nivel físico y energético. Compro producto ecológico y de cercanía. No como carne roja desde mis 16 años. Tomo mucha verdura (me encanta al horno), legumbres, sopas y, cada día, me hago un zumo fresco con un montón de frutas y verduras.
-¿Qué consejos le darías a aquellas personas que quieren iniciarse en el yoga?
-Hay muchísima gente que me dice eso de “lo tengo pendiente”. Se limitan, porque hay demasiadas creencias sobre lo que “necesitamos” para hacer yoga. Me dicen “no soy flexible” o “soy muy nerviosa”. En realidad, la flexibilidad y la calma mental no son requisitos, sino consecuencias de una práctica regular. Siempre digo lo mismo: ¡pruébalo! Busca un lugar que te resulte cómodo y date la oportunidad. El yoga siempre llega a nuestra vida en el momento oportuno.
-En este reportaje nos recibes en esta espectacular masía, ¿qué significa para ti?
-La masía La Garriga de Castelladral es un lugar muy especial para mí. Aquí di mi primer retiro hace unos siete años y he compartido momentos inolvidables que me van a acompañar para siempre. El entorno natural y la casa lo hacen todo. Tienen una energía muy especial. La belleza inunda cada rincón y, después de muchos retiros, puedo decir que es un espacio que saca lo mejor de las personas.
-¿Y qué es lo que más te gusta de ella?
-El respeto y la forma tan armoniosa en la que se juntan naturaleza y el cuidado por los detalles. Lo que la hace tan hermosa es el mimo y gusto exquisito con los que la familia que la lleva la han creado.
“Aquí bajo el ritmo, paseo por el campo, hago baños de bosque, duermo como nunca y observo cómo la belleza del entorno se va instalando en mí”
-Háblanos de la historia de esta casa.
-Sus piedras llevan el sello del tiempo y muestran cómo el edificio se ha ido adaptando a las necesidades de cada época. La construcción data del siglo XII. Empezó como una casa medieval; más tarde, en el siglo XVIII, fue un centro de producción de vino, aceite de oliva y cereales y, finalmente, volvió a ser una vivienda con un encantador hotel.
-¿Qué te gusta hacer cuando estás aquí?
-Gozar, en mayúsculas. Bajar el ritmo, pasear por el campo, hacer un baño de bosque -que es una experiencia guiada increíble-, dormir como nunca, darme un masaje, disfrutar de la comida y observar cómo, poco a poco, la belleza del entorno se va instalando en mí.
-Además está en plena montaña. ¿Qué te proporciona rodearte de la naturaleza?
-Volver a la naturaleza ha sido lo más grande que me han aportado los últimos años. Me permite escucharme y calmar el sistema nervioso, que suele estar expuesto a tantos estímulos. No hay nada como pasear en silencio, con los sentidos despiertos y recibiendo toda la energía.
-Es evidente que el cambio climático está afectando al planeta y hemos de replantearnos la manera en la que vivimos. ¿Qué crees que podemos hacer cada uno de forma individual?
-Lo primero es aprender a respetar el mundo en el que habitamos. Aprovecha ahora que empieza un nuevo año para reflexionar sobre cómo te cuidas a ti y al entorno y para proponerte cambios.
“Volver a la naturaleza ha sido lo más grande que me han aportado los últimos años. No hay nada como pasear en silencio, con los sentidos despiertos”
-¿Cómo se ve Veronica Blume en un futuro?
-Satisfecha. En paz conmigo misma y con el entorno que me rodea. Me veo compartiendo mi propio camino de crecimiento en diferentes formatos.
-Para terminar, ¿estás con algún proyecto entre manos?
-Estoy creando una agenda bonita de retiros para el año que viene. Además, se vienen cursos online y presenciales que me emocionan y me llenan de gratitud.
El universo Blume
- Autocuidado: La suya es una vida saludable y llena de energía en la que el interior se mima igual (o más) que el exterior.
- Yoga y meditación: Funcionan como un eje central. Además de ser profesora, también imparte retiros. Uno de los más significativos es el que organiza en la masía La Garriga de Castelladral.
- Alimentación: Consume productos ecológicos y de cercanía, y muchas frutas, legumbres, sopas y zumos frescos.
- Hobbies: Le encanta pasear por el bosque y la montaña cada mañana, algo que se ha convertido en parte indispensable de su práctica de yoga.
- Belleza: Hace tiempo que la modelo dejó de usar cosméticos con sustancias tóxicas y entendió que el mayor cuidado es dedicar tiempo y espacio al interior.
El bosque encantado
Los colores y materiales de la naturaleza nos hacen volar a un universo de calma y a un estado de ánimo zen para desconectar del estrés diario a través de piezas sencillas y bellas.