Los ramos de flores que hacía para su abuela y las rosaledas antiguas son algunas de las imágenes más preciadas que la paisajista Nena Malo guarda para sí de entre los recuerdos de su infancia. Quizá de ahí su amor por las flores y su deseo, un tanto audaz en su momento, de cambiar la carrera de Económicas y Empresariales por la de paisajista. “Cuando descubrí que se podía estudiar una carrera enfocada en los jardines desde diferentes perspectivas -el arte, la historia, la botánica, la arquitectura, la construcción- no lo dudé”.
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Una decisión que en casa vieron con cierto asombro pero de la que nunca se arrepintió. Sin apenas terminar la carrera ya recibía encargos y tan pronto como finalizó, se lanzó a montar su propio estudio. “Aunque los comienzos son duros, ha sido muy gratificante emprender haciendo lo que me gusta”. Nena se ríe al recordarlo. “Al principio en casa no entendieron que dejara a un lado el mundo de la empresa para dedicarme a la ‘jardinería’. Pero ahora me llena de orgullo ver presumir a mis padres de mi aventura”. Sus paisajes y jardines pueden rastrearse por media España, y su huella ya se ha dejado ver también al otro lado del charco, en Miami.
En la actualidad, cuenta, se halla inmersa en varios proyectos muy especiales para ella. Entre los mismos, este fantástico invernadero al que ha dado forma en casa del empresario Cristian Abelló. “Me gustan los proyectos en los que puedo intervenir en el conjunto con total libertad; así me implico también en la arquitectura y la decoración, dos disciplinas que están intrínsecamente relacionadas con el jardín”.
“Me gusta rodearme de cosas bonitas y crear espacios con encanto; sacar la decoración al jardín y dejar entrar el jardín al interior”
-¿Cómo definirías tu estilo?
-La estética y el buen gusto son claves en mi vida, ¡me gusta estar rodeada de cosas bonitas! Crear espacios con mucho encanto, tanto en el exterior como en el interior; sacar la decoración al jardín y dejar entrar un poco de jardín al interior son mis claves.
-¿Qué papel juega un invernadero?
-Es un privilegio disponer de un invernadero o jardín de invierno; un espacio heredado del concepto orangerie, signo de distinción en residencias europeas durante los siglos XVII y XVIII. Es el espacio que deja entrar el jardín al interior, a resguardo de lluvias, con la comodidad de un salón y del que disfrutar todo el año.
-¿Cómo fue la reforma?
-Elegí materiales naturales como la piedra o la madera, espejos que confundieran y ampliaran el espacio e introdujeran el jardín al interior. Diseñé la mesa, en piedra negra brasileña, casi como una escultura. Todo gira en torno a ella y hace el espacio aún más especial. Está arropada por sillas, lámparas y candelabros que encontramos en anticuarios, brocantes y salas de subastas; buscar la pieza perfecta para cada rincón es un plan que me divierte mucho llevar a cabo sin prisa. El último toque es la fotografía de Arthur Elgort; me divierte y parece pensada para este lugar.
Para este invernadero, propiedad del empresario Cristian Abelló, se eligieron materiales naturales y espejos que introdujeran el jardín en el interior. La mesa central, en piedra, es la protagonista
-¿Qué papel ocupan las flores?
-Me apasionan las flores, cada día más. Las rosas son mis favoritas. De hecho, en uno de mis últimos proyectos estoy diseñando un huerto de flores para disfrutarlas y utilizarlas en la decoración de mesas y estancias a lo largo de todo el año. Tener flores frescas en casa es siempre señal de cuidar los detalles. A mí me encanta recibir, organizar almuerzos para amigos, poner la mesa y decorarla con flores como si de un pequeño jardín se tratara. Unos días me apetece algo en concreto, y otros días voy a la floristería y, con lo que tienen fresco del día, compongo lo que va a ser ese efímero jardín. Arropado con luz natural durante el día y a la luz de las velas por la noche, son espacios mágicos para disfrutar y compartir.
-¿Cuál es la actividad que más disfrutas trabajando en el exterior?
-En el jardín puedo pasar horas, lo disfruto durante cualquier estación. Un jardín evoluciona con el paso del tiempo y es necesario prestarle atención. Me apasiona, así que pierdo la noción del tiempo cuando estoy en el jardín.
-¿Cuál es tu hora mágica en el jardín?
-No sabría elegir entre la primera hora de la mañana o bien entrada la tarde. Pero es una pasión que comparto con todo el que está a mi alrededor, y creo que consigo transmitirla.
“Es un privilegio disponer de un jardín de invierno; un espacio heredado del concepto orangerie, signo de distinción en residencias europeas en los siglos XVII y XVIII”
Las claves del jardín
- Visión: “El paisajismo es una disciplina artística más, con el hándicap de que el proceso de desarrollo es más largo y los jardines alcanzan su plenitud con el paso del tiempo. Hacen falta visión, paciencia y cuidados”. ‘
- Techo: “Un jardín debe tener una buena estructura con planta perenne y ‘techo’; árboles que lo arropen y le den estructura, dependiendo de la zona, insolación y efecto que busquemos”.
- Cambio de estación: “El jardín ha de transformarse con cada estación y sacar el máximo partido. Color, luz, aromas, sonidos e incluso el agua cambian en cada una. ¡Es como tener un espacio nuevo cada temporada”.
“Tener flores frescas en casa es señal de cuidar los detalles. A mí me encanta organizar almuerzos, poner la mesa y decorarla como un pequeño jardín”