Las que reciben mi amor y las que tienen siempre una sonrisa.
Ir a El Rastro de Madrid y comer en el Hotel Four Seasons o en el restaurante Aarde con un buen champán y después... ¡ir de compras!
Mis cremas de Maribel Yébenes, un anillo muy especial y mi altavoz. Una canción que te pone de buen humor. Cualquiera de Coldplay. ¡Me cambian el humor!
La pizza del restaurante Don Giovanni en Madrid. No se puede creer tanta delicia.
Cuando mi padre nos llevaba a mi hermana y a mi a la Casa de Campo (Madrid) o mi madre nos regalaba un vestido de Fiorucci, aunque hubiera que compartirlo.
Cualquier viaje a Londres: desde el primero a mis 20 años al último a mis 55.
Que mañana madrugaré, será un gran día y lograré sacarle partido…
Marrakech.
La hora del desayuno.
Una conversación con mis amigas, una copa de vino en la comida, ver a un bebé riendo, que mi hija me diga que me quiere... y que me regalen peonías rosas.
Calm.
Mi pareja. Es la persona más graciosa del mundo. ¡Y el humor de Paz Padilla! ¡Es única!