Para Cristina Espejo y Marta Goyanes cada vivienda que diseñan es como un traje confeccionado a medida. No hay dos iguales, porque cada cliente es diferente al anterior. “Intentamos satisfacer la lluvia de ideas que nos lanzan en las primeras reuniones. Los ayudamos a ordenar los conceptos y los guiamos para conseguir la mejor versión de su casa soñada. Habitable, cálida y armoniosa. Los espacios nos hablan, toman vida propia y nuestro ojo, ya entrenado, es capaz de distinguir lo que vale y lo que no con rapidez y criterio”, explican las cofundadoras del estudio de arquitectura e interiorismo Espejo & Goyanes. Amigas en lo personal y compañeras en lo profesional, este tándem comenzó a fraguarse durante la carrera. “Siempre decimos que somos mejores juntas que por separado. La conexión que tenemos se nota en el proceso creativo”, apuntan. Tan iguales y tan distintas, estas dos mujeres se complementan a la perfección. Hay genio y técnica. Una suma de talento que se traduce en hogares con alma y atemporales, concebidos a partir de materiales naturales de la mejor calidad y decorados con piezas artesanales. Ejemplo de ello es este proyecto localizado a las afueras de Madrid, donde el paisaje exterior queda integrado de manera orgánica.
“Intentamos satisfacer la lluvia de ideas de nuestros clientes. Los ayudamos a ordenar los conceptos y los guiamos para conseguir una casa habitable, cálida y armoniosa”
Cinco básicos
- Personal e intransferible: “La casa tiene que estar al servicio del cliente para ser verdaderamente única”.
- Punto de partida: “En cada proyecto introducimos una base neutra de calidad. Así, a la hora de decorar, todo luce”.
- Mezcla ganadora: “Nos gusta diseñar a medida y combinarlo con artículos de anticuario que aporten carácter”.
- Detalles clave: “La iluminación, mejor si es indirecta, y los materiales nobles, para que envejezcan bien. Un buen lino, madera, piedra...”.
- Firmas de cabecera: “Nos encantan las reliquias de Berenis. Este chalet cuenta con algo suyo en cada estancia”.