Jessie Inchauspé-@glucosegoddess en Instagram y autora del superventas La revolución de la glucosa (Ed. Diana)- sufrió un accidente que le cambió la vida al caerse desde lo alto de una cascada. Se rompió “literalmente la espalda” y se sometió a una operación bastante delicada que la dejó triste y desconectada de su cuerpo.
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Fue entonces, al no entender qué le pasaba, cuando empezó a estudiar el cuerpo humano, la nutrición y concretamente el impacto de la glucosa en el organismo. Terminó la carrera de Bioquímica y desde entonces se ha dedicado a poner en lenguaje sencillo los principales estudios científicos que explican cómo afectan al cuerpo y a la mente las ingestas descontroladas de azúcar. Como ella misma nos cuenta, “no he descubierto nada, pero ayudo a la gente a entender lo que otros llevan investigando mucho tiempo”. Sus gráficos son la mejor manera para evitar alimentos que engordan y alteran nuestra alimentación.
“Tuve un accidente en una cascada que me cambió la vida. Me rompí la espalda, me operaron y después de aquello me sentía desconectada de mi cuerpo. Entonces empecé a investigar”
- Piña como postre vs piña como snack: La fruta, mejor con el estómago lleno.
- Sándwich de atún vs ensalada + atún + pan: No comas los hidratos a la vez que el resto de los alimentos.
- Pan blanco vs pan integral: El pico de azúcar es mucho mayor en el primer caso.
La experta aconseja
Empieza siempre por las verduras: Cuando vayas a comer, comienza por los vegetales. Su fibra recubre nuestro intestino y así nuestro cuerpo no absorbe tanta glucosa si los comemos en primer lugar.
Añade vinagre a tu alimentación: Con una cucharadita de postre en la ensalada o diluida en un gran vaso de agua antes de comer es suficiente. La composición del vinagre y sus ácidos ayudan a que el cuerpo procese menos azúcar.
Muévete justo después de comer: Sal a dar un paseo o baila durante 15 minutos tus canciones favoritas en casa si no puedes pasear. El consejo en este caso es sencillo: mueve tus músculos para quemar la energía que acabas de consumir.
Empieza el día con un desayuno salado: Es crucial que nuestra primera comida del día sea salada. Si lo que recibe el cuerpo nada más empezar el día es azúcar, te lo seguirá pidiendo a lo largo de la jornada con pequeños cravings o antojos dulces.
El dulce siempre al final: Si tienes antojo de dulce (una galleta, un poco de chocolate o una porción pequeña de tarta), cómetelo. No es que no puedas hacerlo. Eso sí, resérvalo como final de la comida o la cena, a modo de postre. Nunca como snack entre horas.