Madrileña, casada con Pedro Espín Fernández de Córdoba y con dos hijos, Beatriz, de 8 años, y Pedro, de 7, Beatriz Romero tiene una larga experiencia en el mundo de la moda y la comunicación. Pero hace unos años esta emprendedora se decidió a fundar su propia firma de bailarinas, Betties Band, y hoy nos recibe en la casa de su familia: la Casona del Moral. Una preciosa construcción del siglo XIX, hecha por su tatarabuelo, y en la que se reúnen varias generaciones.
-¿Cómo definirías el estilo de este lugar tan especial?
-Es una casa rústica, con los materiales típicos de la zona de Segovia, pero con varios elementos que la hacen única como el arco de piedra que decora el jardín o la biblioteca sobre el porche de la piscina.
-¿Se ha mantenido así a lo largo del tiempo?
-La casa la levantó mi tatarabuelo Carlos de Lecea en 1870 y mi abuelo Carlos Romero de Lecea la rehabilitó con cariño y la amplió para albergar su extensa biblioteca. En la actualidad, gracias a los cuidados de mi padre, Carlos Romero Moreno, su actual propietario, la Casona del Moral mantiene todo su carácter rústico y acogedor, lo que hace de la casa, sus jardines y su biblioteca un lugar muy especial y emblema de nuestra familia.
“Mi bisabuela Manuela de Lecea plantó en este jardín un moral cuando era niña, en 1870. Un árbol centenario que da nombre a la casa”
-¿Cuál es vuestro plan favorito cuando venís aquí?
-Como empresaria, el trabajo y las responsabilidades te sobrevuelan 24 horas al día. Quizás por eso agradezco con más motivo que mi padre tenga siempre las puertas abiertas para descansar, pasear y pasar tiempo en familia. Dar un paseo por el pantano de Revenga charlando es la mejor medicina.
-¿En qué época del año soléis venir más?
-La casa está tan cerca de Madrid, donde vivimos, que es facilísimo encontrar una excusa para venir, ya sea invierno, para disfrutar del campo, una buena comida, largas sobremesas y leer un libro al calor de la chimenea, o verano, para disfrutar de la piscina, dormir la siesta a la sombra de un árbol o dar un largo paseo cuando cae el sol.
-¿Cuál es tu menú perfecto para un día en el campo?
-Lo más divertido es hacer un menú variado, que incluya productos de la zona, ensaladas y frutas. Recuerdo que cuando éramos pequeños, mi hermano Carlos y yo nos encargábamos del postre; cada uno con un pequeño cesto que nos daba mi abuelo, cogíamos frambuesas de la huerta de casa y en el camino nos comíamos la mitad entre risas.
-¿Les estás inculcando el amor por el campo a tus hijos?
-Por supuesto, no hay mejor combinación que pasar tiempo en familia en un entorno natural, y mis hijos lo viven a través de todos nosotros. Pedro, mi marido, es la mejor compañía para las excursiones por el monte, hacer deporte o dar un buen paseo, y mi madre tiene una habilidad especial para enseñarles lo más bonito de la naturaleza, conocer plantas y flores, identificar el olor de una higuera o hacer cabañas…
“En los años 60 y 70 mis abuelos hicieron de esta casa un lugar de encuentro de personalidades de las artes, las ciencias y la política”
-¿Cuáles son esas excursiones que os gusta hacer?
-Hacemos muchos paseos y excursiones. La Alameda del Parral que transcurre junto al río Eresma, en Segovia, es una maravilla. Más cerca, tenemos Madrileña, casada con Pedro Espín Fernández de Córdoba y con dos hijos, Beatriz, de 8 años, y Pedro, de 7, Beatriz Romero tiene una larga experiencia en el mundo de la moda y la comunicación. Pero hace unos años esta emprendedora se decidió a fundar su propia firma de bailarinas, Betties Band, y hoy nos recibe en la casa de su familia: la Casona del Moral. Una preciosa construcción del siglo XIX, hecha por su tatarabuelo, y en la que se reúnen varias generaciones.
-¿Cuál es vuestro rincón favorito de la casa?
-La biblioteca es un lugar especial y mágico… puede ser el sitio más tranquilo de la casa, o la zona más animada cuando tenemos invitados y el mismo espacio se convierte en escenario de comidas multitudinarias.
-¿Cuál es la pieza de decoración a la que más cariño le tenéis?
-La colección de abanicos de mi abuela Pilar, firmados por las mejores manos del mundo, son una verdadera joya que me trasladan a su época.
“Cada año mi padre reúne aquí a todas las ramas de la familia de varias generaciones en una gran fiesta que es muy especial para nosotros”
-¿Qué tipo de plantas y árboles hay en el jardín?
-Con una parte frontal de tierra de albero, el jardín es una combinación muy equilibrada de flores, plantas, árboles y frutales. Desde la rosaleda que decora el patio, pasando por dos abetos de más de veinte metros que estuvieron en Navidades en casa de mis abuelos, plátanos, ciruelos y nogales, hasta un moral centenario que mi bisabuela Manuela de Lecea plantó de niña en 1878 y que da nombre a la casa.
-¿Soléis recibir a gente en casa? ¿Qué organizáis cuando vienen amigos?
-En los años 60 y 70, mis abuelos, condes de Fontao, hicieron de esta casa un lugar privilegiado de encuentro y celebración de relevantes figuras de las artes, de las letras y de la política en sus múltiples veladas académicas. En la actualidad, mi padre se apoya igualmente en esta casa para recibirnos a todos y disfrutar de familia y amigos. Cada año nos reúne a todas las ramas de la familia de varias generaciones en una gran fiesta que siempre es un acontecimiento muy especial para todos.
-¿Podrías recomendar sitios para comer o cosas para hacer cerca de vuestra casa?
-Para tomar el aperitivo siempre es un acierto Casa Colo, en las Navillas, o la Taberna Tomasa en Valdeprados. Para comer nos encanta el Rancho de la Aldegüela, en Torrecaballeros, y no hay nada como las cenas de verano en la terraza de la Concepción, en Segovia, disfrutando de las vistas del atardecer en la catedral.