Los caminos de Adriana Arranz-Sobrini y Cristina Chaves Galán se cruzaron en la universidad, cuando ambas cursaban la carrera de Arquitectura, y desde entonces continúan entrelazados. En 2008 decidieron hacer de su amistad y vocación un proyecto común y montaron su propio estudio de arquitectura e interiorismo en Madrid. Catorce años después, Galán Sobrini sigue hogarizando espacios, un verbo que ellas mismas han acuñado para explicar su filosofía. Para estas dos mujeres no se trata solo de diseñar una casa, sino de hacerlo acorde a quien y como va a vivir en ella. Solo así pueden ofrecer a cada cliente su verdadero hogar: uno hecho a medida, atemporal y funcional. Hablamos con ellas sobre la actividad que desempeñan y la residencia que ilustra estas páginas, propiedad de la también arquitecta Catalina Horvath Jaume.
-¿Cuál es vuestra carta de presentación?
-La clave de nuestro trabajo es desarrollar proyectos muy personalizados.
-¿Cómo es para vosotras la vivienda ideal?
-Aquella que, además de responder a las necesidades del cliente en el momento de adquirirla, tiene la capacidad de adaptarse al paso del tiempo. Una que envejezca bien y en la que la luz sea lo más característico.
-Contadnos más acerca de la casa de Catalina, o como se dice en catalán, Can Catalina.
-Se trata de una finca privada cerca del puerto de Andratx (Mallorca), localizada en un entorno protegido frente a la bahía de Cala Llamp. Es antigua, con claros orígenes de arquitectura rural payesa. Un estilo que hemos respetado y ensalzado, usando materiales locales e introduciendo guiños a la edificación típica de la isla.
-¿En qué ha consistido exactamente la reforma que habéis implementado?
-Esta residencia familiar la construyó el abuelo de Catalina, por lo que tiene una gran carga sentimental. Necesitaba una puesta a punto exhaustiva para convertirla en un refugio más sostenible, cómodo y agradable. Buscábamos mantener su esencia de casa mediterránea e invitar al sosiego propio de las vacaciones de verano. Por esa razón trabajamos para conseguir estancias amplias, luminosas y blancas. No solo mejoramos los acabados, sino también las instalaciones.
-¿Cuál es vuestro rincón favorito?
-Uno de nuestros preferidos es el vestíbulo, convertido en el alma de este hogar. Pero, quizá, los bancos de obra exteriores, situados debajo de los pinos y con vistas al mar, sea el más disfrutable.
Hoja de ruta
- Todo oídos: “La labor inicial de escucha y entendimiento es esencial para acometer cada proyecto”.
- Factor sorpresa: “Nuestros clientes casi nunca se esperan las propuestas que les hacemos”.
- Amplitud de miras: “Hay que buscar la máxima flexibilidad y aprovechamiento de los espacios”.
- Sobre el mismo eje: “Es fundamental encontrar un hilo conductor que nos acompañe de principio a fin”.
- Corte y confección: “Otro truco a tener en cuenta es trabajar a medida y de forma personalizada”.
- En el clavo: “También es importante elegir los materiales y acabados adecuados para la ubicación”.