vega royo villanova noah living 31© Vega Royo-Villanova

Vega Royo-Villanova, aventura en familia

De Sayulita a Playa del Carmen, Vega Royo-Villanova narra en primera persona la fantástica crónica de un viaje a México cuya visita a la Selva Lacandona y la Estación Chajul -un lugar dedicado a la protección medioambiental muy vinculado a su padre- fue la parte más emotiva


18 de junio de 2022 - 19:31 CEST

Con la pandemia, hacía dos años que no nos aventurábamos a planear un viaje internacional; así que, cuando decidimos escaparnos a México, la ilusión era máxima. Para entrar en México no te exigen pasaporte COVID en regla y ni siquiera una PCR. ¡Una maravilla! La primera parada de nuestro viaje fue en Punta Mita, un pueblo pesquero ubicado en la costa del Pacífico que estaba deseando conocer. Nos hospedamos en el Four Seasons, ya que es el primer hotel que se construyó y, por tanto, eligieron la mejor playa para edificarlo. Es un auténtico paraíso donde descansar y disfrutar, tanto de sus instalaciones, playa y spa, como de su gastronomía. El asiático del Four Seasons, Aramara, es exquisito. Lo primero que hicimos al llegar, fue visitar Sayulita, un encantador pueblito surfero que me recordó mucho a Bali. Hay un montón de restaurantes con comida típica mexicana, tiendas de diseño y spas.

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© Vega Royo-Villanova

Arriba, Vega Royo-Villanova; su marido, Marcelo Berenstein, y sus hijos, Noah y Ada, en el incomparable marco de las cascadas de la Selva Lacandona.

La playa de Sayulita es preciosa y, gracias a que siempre hay buenas olas, los surferos dominan el ambiente. A mi marido y a mí nos encanta el surf, así que estábamos en el lugar adecuado con la temperatura perfecta. Uno de los lugares que más me enamoró fueron las Islas Marietas, reserva de la biosfera por la UNESCO. Tuvimos la suerte de coincidir con la temporada de avistamiento de ballenas, por lo que pudimos admirarlas muy de cerca. ¡Verlas saltar y nadar tan cerca es impresionante! Dejamos Punta Mita con pena, pero felices de llegar a nuestra próxima parada: Chiapas y la Selva Lacandona, también conocida como el pulmón de México. Este destino es especialmente querido para mí, puesto que mi padre lleva yendo más de 20 años a la Estación Chajul, dedicada a promover actividades para la protección, conservación, restauración e investigación de los recursos naturales de la Selva Lacandona, para el beneficio de México y de la humanidad. Al llegar, entendí realmente por qué mi padre se enamoró hace 30 años del proyecto de @natura_mexicana.

“La Selva Lacandona, en Chiapas, era una visita muy querida; mi padre lleva yendo más de 20 años a la Estación Chajul, dedicada a la conservación de esta selva”
© Vega Royo-Villanova

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Arriba, Noah y Ada, de Minis Baby&Kids, en Chichén Itzá. De izquierda a derecha, Ada, en la cabaña VIP de Jungala; Noah, bebiendo coco en Banyan Tree Mayakoba, y madre e hija, de Nomadi Deluxe y Minis Baby&Kids, en la cena maya del Banyan Tree.

Todo gracias a Javier de la Maza, biólogo mexicano que ha dedicado su vida a proteger la tan amenazada selva virgen mexicana. Trabajar por el bien de la humanidad no es siempre un camino de rosas, sino que implica enormes sacrificios: confrontar en solitario los intereses gubernamentales que están lejos de mantener las pocas selvas silvestres mexicanas que aún quedan en perfecto equilibrio, combatir a los cazadores furtivos que amenazan a los jaguares y a las guacamayas rojas, ambos en peligro de extinción, y sacrificarse por conseguir fondos de particulares, asociaciones y filántropos que entiendan la importancia de proteger los recursos naturales de la Selva Lacandona para el futuro de nuestro planeta.

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En el sentido de las agujas del reloj, cenote sagrado Ik-Kil, al lado de Chichén Itzá; Vega, en la entrada de la Estación Chajul (Selva Lacandona); Ada, con un traje de baño de Neck and Neck, en las aguas termales de Selvaje (Selva Lacandona); Playa Escondida, en las Islas Marietas (Punta Mita), y Noah, bañándose en el Río Lacantun.

Haber vivido la selva en primera persona ha sido de los momentos más interesantes de mi vida. El esfuerzo de los biólogos merece todo mi respeto. Volvimos en avioneta por las Cascadas de Agua Azul, en Palenque, que desde el aire son una cosa realmente espectacular.Y tras disfrutar del Pacífico y de la selva, tocaba uno de los destinos turísticos más demandados de México: Playa del Carmen, en la costa caribeña de la Riviera Maya. Llevaba años escuchando hablar del famoso resort Banyan Tree Mayakoba, un edén donde disfrutar en familia o en pareja. Teníamos una villa propia con piscina y con vistas al lago. Dentro del resort nos movíamos en cochecito de golf, algo que a los niños les encanta, sobre todo a la hora de ir al desayuno.

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En la imagen, Noah, pescando en Tulum. La organización del viaje y actividades estuvo a cargo de Rodrigo López del Hierro, socio de @tulumcircle, “un servicio concierge fantástico con el que estuvimos en las mejores manos”.

En el Banyan Tree hay todo lo que necesites para no tener que salir: piscinas, ecopaseo por el pantano, campo de golf, kids club, restaurantes, tiendas y playa, pero, aún así, nosotros decidimos salir un par de días para conocer un poco la zona. En Playa del Carmen y sus alrededores hay un millón de planes para ir con niños. Nosotros optamos por ir al nuevo parque acuático Jungala Aqua Experience, ya que los niños morían por ir a los toboganes y a su piscina de olas. Jungala no es el típico parque acuático americano, sino que es un lugar mucho más elegante y cuidado. Otra noche los llevé al famoso Cirque du Soleil JOYÀ. Nos quedamos abrumados ante la belleza del Teatro Vidanta, pero, sobre todo, ante el impresionante espectáculo del cual disfrutamos. Gracias, México, por regalarnos tu naturaleza, cultura y diversión. ¡Hasta la próxima!

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Arriba, hotel Four Seasons Punta Mita; izquierda y abajo, detalles del pintoresco pueblo costero de Sayulita, un lugar lleno de encanto cuya fantástica playa -llena de olas- se ha convertido en paraíso del surf, una pasión que comparten Vega y su marido.

Las direcciones de Vega

Punta Mita/ Para alojarse, el Four Seasons Punta Mita; para disfrutar en la mesa, el restaurante asiático Aramar del hotel; para visitar, el pueblo de Sayulita, Playa Escondida en las Islas Marietas y, en temporada, tener la oportunidad de ver ballenas. Selva Lacandona/ Para alojarse, el hotel Canto de la Selva; para hacer alguna compra, La Casa del Morpho; para visitar, el Parque Nacional Lagunas de Montebello, la experiencia kayak-canoas-tirolinas-aguas termales de Selvaje y las ruinas de Yaxchilán y Bonampak. Playa del Carmen/ Para alojarse, Banyan Tree Mayakoba; para comer, el tailandés Saffron, y para ir de compras, Gallery, Elements y The Shop at Sand, en Banyan Tree Mayakoba.

© Vega Royo-Villanova

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Arriba, Vega, con falda y blusa de Charo Ruiz, en las camas-casa de la playa del Four Seasons Punta Mita. En la imagen, Marcelo y su hijo disfrutando en el parque acuático de Jungala, tacos tradicionales y Noah, con traje de baño de Neck and Neck en la cabaña VIP del mencionado parque.