Con la pandemia, hacía dos años que no nos aventurábamos a planear un viaje internacional; así que, cuando decidimos escaparnos a México, la ilusión era máxima. Para entrar en México no te exigen pasaporte COVID en regla y ni siquiera una PCR. ¡Una maravilla! La primera parada de nuestro viaje fue en Punta Mita, un pueblo pesquero ubicado en la costa del Pacífico que estaba deseando conocer. Nos hospedamos en el Four Seasons, ya que es el primer hotel que se construyó y, por tanto, eligieron la mejor playa para edificarlo. Es un auténtico paraíso donde descansar y disfrutar, tanto de sus instalaciones, playa y spa, como de su gastronomía. El asiático del Four Seasons, Aramara, es exquisito. Lo primero que hicimos al llegar, fue visitar Sayulita, un encantador pueblito surfero que me recordó mucho a Bali. Hay un montón de restaurantes con comida típica mexicana, tiendas de diseño y spas.
La playa de Sayulita es preciosa y, gracias a que siempre hay buenas olas, los surferos dominan el ambiente. A mi marido y a mí nos encanta el surf, así que estábamos en el lugar adecuado con la temperatura perfecta. Uno de los lugares que más me enamoró fueron las Islas Marietas, reserva de la biosfera por la UNESCO. Tuvimos la suerte de coincidir con la temporada de avistamiento de ballenas, por lo que pudimos admirarlas muy de cerca. ¡Verlas saltar y nadar tan cerca es impresionante! Dejamos Punta Mita con pena, pero felices de llegar a nuestra próxima parada: Chiapas y la Selva Lacandona, también conocida como el pulmón de México. Este destino es especialmente querido para mí, puesto que mi padre lleva yendo más de 20 años a la Estación Chajul, dedicada a promover actividades para la protección, conservación, restauración e investigación de los recursos naturales de la Selva Lacandona, para el beneficio de México y de la humanidad. Al llegar, entendí realmente por qué mi padre se enamoró hace 30 años del proyecto de @natura_mexicana.
“La Selva Lacandona, en Chiapas, era una visita muy querida; mi padre lleva yendo más de 20 años a la Estación Chajul, dedicada a la conservación de esta selva”
Todo gracias a Javier de la Maza, biólogo mexicano que ha dedicado su vida a proteger la tan amenazada selva virgen mexicana. Trabajar por el bien de la humanidad no es siempre un camino de rosas, sino que implica enormes sacrificios: confrontar en solitario los intereses gubernamentales que están lejos de mantener las pocas selvas silvestres mexicanas que aún quedan en perfecto equilibrio, combatir a los cazadores furtivos que amenazan a los jaguares y a las guacamayas rojas, ambos en peligro de extinción, y sacrificarse por conseguir fondos de particulares, asociaciones y filántropos que entiendan la importancia de proteger los recursos naturales de la Selva Lacandona para el futuro de nuestro planeta.
Haber vivido la selva en primera persona ha sido de los momentos más interesantes de mi vida. El esfuerzo de los biólogos merece todo mi respeto. Volvimos en avioneta por las Cascadas de Agua Azul, en Palenque, que desde el aire son una cosa realmente espectacular.Y tras disfrutar del Pacífico y de la selva, tocaba uno de los destinos turísticos más demandados de México: Playa del Carmen, en la costa caribeña de la Riviera Maya. Llevaba años escuchando hablar del famoso resort Banyan Tree Mayakoba, un edén donde disfrutar en familia o en pareja. Teníamos una villa propia con piscina y con vistas al lago. Dentro del resort nos movíamos en cochecito de golf, algo que a los niños les encanta, sobre todo a la hora de ir al desayuno.
En el Banyan Tree hay todo lo que necesites para no tener que salir: piscinas, ecopaseo por el pantano, campo de golf, kids club, restaurantes, tiendas y playa, pero, aún así, nosotros decidimos salir un par de días para conocer un poco la zona. En Playa del Carmen y sus alrededores hay un millón de planes para ir con niños. Nosotros optamos por ir al nuevo parque acuático Jungala Aqua Experience, ya que los niños morían por ir a los toboganes y a su piscina de olas. Jungala no es el típico parque acuático americano, sino que es un lugar mucho más elegante y cuidado. Otra noche los llevé al famoso Cirque du Soleil JOYÀ. Nos quedamos abrumados ante la belleza del Teatro Vidanta, pero, sobre todo, ante el impresionante espectáculo del cual disfrutamos. Gracias, México, por regalarnos tu naturaleza, cultura y diversión. ¡Hasta la próxima!
Las direcciones de Vega
Punta Mita/ Para alojarse, el Four Seasons Punta Mita; para disfrutar en la mesa, el restaurante asiático Aramar del hotel; para visitar, el pueblo de Sayulita, Playa Escondida en las Islas Marietas y, en temporada, tener la oportunidad de ver ballenas. Selva Lacandona/ Para alojarse, el hotel Canto de la Selva; para hacer alguna compra, La Casa del Morpho; para visitar, el Parque Nacional Lagunas de Montebello, la experiencia kayak-canoas-tirolinas-aguas termales de Selvaje y las ruinas de Yaxchilán y Bonampak. Playa del Carmen/ Para alojarse, Banyan Tree Mayakoba; para comer, el tailandés Saffron, y para ir de compras, Gallery, Elements y The Shop at Sand, en Banyan Tree Mayakoba.