En 2011, el Cortijo de Santa Elisa, la impresionante casa del año 1884 donde nos encontramos, fue arrasado por un incendio del que quedaron cuatro paredes quemadas. Solo siete años más tarde, obtuvo un premio por parte de la Fundación de Casas Históricas y Singulares de España a “la ejemplaridad en la conservación de una casa, por su recuperación integral y acondicionamiento de su entorno”. Todo ello gracias a la intervención, el esfuerzo y el trabajo de nuestra protagonista, Paz González de Aguilar, hija del marqués del Arenal y nieta del marqués de Sauceda.
En estas líneas nos abre las puertas de su casa familiar con la mujer de su hijo, Ana Sansó-Rubert, futura condesa del Sacro Romano Imperio, y los dos hijos de Ana. Su marido, César del Alcázar, es hijo de Paz y está muy vinculado al IE Business School, del que su tío Diego del Alcázar Silvela es fundador y presidente. Paz tiene además otra hija, Teresa del Alcázar, casada con el honorable Harry Walker, hijo del que fuera máximo jefe de las fuerzas armadas del Reino Unido entre 2000 y 2006. Teresa ha vivido 14 años en Londres y es una alta ejecutiva experta en fondos de inversión. Fue allí donde se enamoró de Harry, su marido. Ana nos cuenta cómo su afición por el golf la llevó a ser deportista de élite.
Después de trabajar 12 años como abogada ha empezado un nuevo proyecto y una nueva ilusión: su firma de diseño de joyas. Su suegra, Paz, es interiorista vocacional y amante de las obras de arte, le encanta la pintura y recibir a toda la familia y amigos. En la casa “se han llegado a quedar hasta 30 personas, desde el desayuno a la última copa”. Adora Granada en verano por su cercanía a la playa y en invierno para esquiar. Cuando están en la casa dan paseos por la vega granadina, hacen visitas culturales y juegan al croquet en una pista diseñada por ella misma situada alrededor de la piscina.
“Aquí montamos a caballo, hacemos largas excursiones en bicicleta y en verano salimos a navegar todos desde la playa de La Herradura”, Ana
-¿Cuál es vuestro vínculo familiar con Granada?
-Los Aguilar tenemos ascendentes en Écija (Sevilla) y también tenemos historia en Granada. Mis antepasados entraron con los Reyes Católicos en esta ciudad y una prueba de ello es que somos la única familia que, en las Memorias de su Catedral, tiene una Fundación Antigua con tres misas a celebrar en el Altar Mayor el Domingo de la Santísima Trinidad.
-¿Te dedicas al interiorismo desde hace mucho tiempo?
-Sí, aunque yo tenía otra profesión, en un momento de mi vida me ofrecieron dirigir la reforma y acondicionamiento de un edificio para transformarlo en un centro de estudios. Fueron dos años de trabajo en los que decidí que era lo que yo quería hacer, y el trabajo fue llegando solo.
-¿En qué consistió la reforma de esta casa?
-La amplié y añadí a la casa principal parte de la casa de labor. Ganamos terreno al monte para hacer unos patios (la fuente está inspirada en la del Convento de San Francisco de La Alhambra). Levanté dos portadas sevillanas (como guiño a mi ascendencia ecijana) inspiradas en unos dibujos de mi abuelo Cristóbal González de Aguilar y Fernández Golfín, VIII marqués de Sauceda. También ampliamos la zona de jardín y una de las antiguas albercas se convirtió en la zona de piscina. Y, aprovechando un antiguo manantial, se hizo una fuente.
“Me encanta recibir gente en casa y que se sientan cómodos en ella. Les organizo planes y hago mía la frase de mi padre: ‘Qué bonitas están las casas llenas de gente”, Paz
-¿Cuál ha sido tu proyecto más ambicioso?
-No tengo uno concreto, pero sí me gustó mucho trabajar en un edificio del siglo XVII para una fundación donde hubo que integrar una donación de muebles antiguos y una colección de obra moderna. Y un piso en Chelsea (Londres), hace años, donde por primera vez realicé el concepto “cocina-comedor” y cocinabas con vistas al Támesis.
-¿Soléis pasar aquí temporadas?
-Tengo dos hijos, César, casado con Ana, y Teresa, con Harry; y entre mis dos hijos y cinco nietos, que son como hermanos entre sí, siempre hemos fomentado mucho la vida familiar. Venimos muchísimo, aunque aún nos gustaría venir más, porque en esta casa se puede disfrutar de la ciudad (Granada) y el campo.
-¿Cómo recibes a tus invitados?
-Me gusta mucho que venga gente a casa, me ocupo de que estén cómodos, y que a la vez se diviertan; les organizo planes culturales o paseos por el campo. Me apunto a otra frase que decía mi padre: “Qué bonitas están las casas con gente”. Si no cabemos todos, tenemos un hotelito cerca en el que alojarnos.
“Tengo dos hijos y cinco nietos y aquí nos hemos quedado hasta 30 personas, desde el desayuno hasta la última copa”, Paz
-Ana, eres canaria, y César, tu marido, madrileño, ¿cómo os conocisteis?
-Los negocios de mi padre nos obligaron a venir a Madrid cuando cumplí diecisiete años. Entonces vivíamos en La Moraleja, donde celebré mi puesta de largo. Aunque César no estuvo, de ahí salieron amigos comunes y, unos años más tarde, uno de ellos me invitó a la finca de mi suegro en Ciudad Real. Ese fue el día en que nos conocimos, y hasta hoy.
-¿Cómo decides colgar la toga un día, después de años trabajando como abogada, para crear tu propia firma de joyas?
-Desde que era pequeña me ha gustado mucho el mundo de la joyería, quizás lo heredé de mi abuela y mi madre. Me encantan los clásicos, pero son joyas que, hoy en día, son inaccesibles. Combinar diseños clásicos y atemporales haciéndolos accesibles fue el reto, y todo con una calidad diferencial.
“Con ocho años jugué mi primer campeonato de España de golf y más tarde fui campeona de Europa. Lo tuve que dejar por una lesión”, Ana
-Has sido deportista de élite, una gran golfista; cuéntanos de dónde te viene esta afición.
-Empecé a jugar al golf en el Real Club de Golf de Las Palmas con seis años gracias a mis padres y a mi abuelo Pedro, que era el jugador de la familia. Con ocho años jugué mi primer campeonato de España en Sevilla. La sensación de salir del cole para jugar al golf fue tan emocionante que, desde entonces, fue un no parar. Viajaba por España y Europa dos semanas al mes para competir y los fines de semana jugaba 18 hoyos los dos días. En invierno entrenaba de 6 a 8 de la mañana antes de ir al colegio. Cuando nos mudamos a Madrid, nos hicimos socios del Golf de La Moraleja, y empecé a entrenar ahí después del colegio y la universidad. En 2002 y 2003 gané, con la Selección Española, el Campeonato de Europa en Rusia y en Dinamarca. Fueron dos campeonatos superemocionantes hasta el final. En 2005 me operaron de lumbares por un desplazamiento vertebral y tuve que dejar la competición. Estuve dos años sin poder jugar y, desde entonces, solo juego y compito para divertirme.
Historia de la casa
- Los orígenes
La casa se construye en el año 1884, en un lugar idílico, se dice que siguiendo unos planos de Juan de Villanueva y de Montes, máximo exponente de la arquitectura neoclásica en España, que pasó por Granada setenta años antes.
- Los materiales
La casa, que estaba encalada, escondía una mampostería donde Paz ha realizado una gran labor de restauración. Usó materiales de la zona como la piedra Sierra Elvira para suelos y fuentes y artesanos de la zona y ceramistas supieron interpretar sus diseños para los cuartos de baño y la cocina. El empedrado granadino rodea la casa.
- La presencia del agua
La zona de jardín original de la casa y una de las antiguas albercas se convirtió en la zona de piscina. Paz aprovechó que había un antiguo manantial para hacer una fuente.