La pasión de la top canaria por hundir las manos en la tierra húmeda y disfrutar del perfume del huerto recién regado le viene de niña. Fue su madre, la británica Norma Griffiths, quien se encargó de descubrirle los misterios de ver crecer lo que uno ha sembrado, de llevar el fruto propio a la mesa y de disfrutar del tiempo que, en contacto con la tierra, discurre de otra manera; valores que ahora se esfuerza por inculcar en los pequeños Alan y Aura con ayuda de su marido, Rudy Fernández, en el huerto que ella misma ha creado en su casa de las inmediaciones de Madrid. Acompañada de sus dos perros, Denver y Bella, y con algunas de sus recetas estrella -rebosantes de verduras- aguardando en la nevera, la modelo nos recibe en un huerto cuyas plantas aún están bañadas por el primer rocío de la mañana.
-¿De dónde te viene la pasión por cultivar?
-Yo nací en Gerona, y allí vivíamos en un pueblo en las montañas. Teníamos olivos con los que hacíamos nuestro propio aceite de oliva, vides, todo tipo de árboles frutales y un bosque cerca hasta el que nos acercábamos a coger setas y espárragos. Fue así hasta que, con cinco años más o menos, nos fuimos a vivir a Canarias. Allí también teníamos una casa de campo con mucho terreno y muchos animales, una vida idílica y un huerto, huerto.
-¿Qué recuerdos infantiles tienes asociados al mismo?
-Mi madre siempre ha tenido huertos y grandes jardines, y yo recuerdo, ya desde pequeñita, estar todas las tardes con ella ayudándola, regando las plantas, plantando cebollas, fresas, de todo un poco… y quería darles eso también a mis hijos, la posibilidad de salir y coger sus propias frutas y verduras. En esta casa por fin pude hacer un minihuerto, y estoy encantada.
“Mi madre siempre ha tenido huerto, y yo estaba todas las tardes con ella regando, plantando… Ella me enseñó a meter las manos en la tierra mojada, y para nada se me caen los anillos por ello”
-¿Cuándo decidiste embarcarte en este proyecto?
-Toda mi vida de adulta he estado de aquí para allá, siempre con una maleta a cuestas. Llevo una vida estable hace mucho tiempo, pero digamos que desde hace tres años dispongo de un terreno donde poder darle forma a ese huerto que me apetecía tanto. Era como mi sueño, tener un huerto en casa. Y por fin me lancé.
-Tu huerto, dividido por terrazas, es muy particular. ¿Cómo se te ocurrió?
-Tenemos un jardinero al que he tenido que pedirle consejos y mucha ayuda. Pero la estructura de terrazas fue una idea mía que surgió buscando inspiración en Pinterest. Rastreé huertos urbanos buscando la manera de optimizar el espacio lo mejor posible, y así surgió este huerto en alturas con ocho terrazas distintas. Lie al jardinero, que me ayudó a buscar un carpintero, y el resto vino poco a poco. Mi madre me dio la base, ese amor por la naturaleza, ese gesto de meter las manos en la tierra mojada con el que para nada se me caen los anillos. Y luego he ido aprendiendo, sobre todo porque las frutas y verduras que crecen aquí, en Madrid, no tienen que ver con las que crecen en Canarias. Así que ahí voy, aceptando consejos de unos y otros.
“Toda mi vida de adulta he estado de aquí para allá con una maleta a cuestas; pero desde hace tres años dispongo de un terreno. Tener un huerto en casa era mi sueño”
-Un huerto es sacrificado, ¿logras estar ahí, al pie del cañón?
-Recoger tu propia verdura es un lujo, pero tener que plantarlo tú sola es un gran trabajo. El huerto tiene su propio riego, pero en los días de mucho calor, en verano, hay que estar ahí y regar mucho. Y el invierno es complicado, hay que protegerlo de las heladas. Y cada seis meses hay que sacar todo lo que hay y plantar la nueva temporada, dejando que respire un poco entre una siembra y la otra. Hay que estar constantemente reponiendo y atenta. Yo siempre que puedo estoy, pero también me ayuda mucho mi jardinero.
-¿Y tus hijos, Alan y Aura, se animan a echarte una mano?
-Sí, sobre todo si se trata de recoger fresas (risas). A los niños les encanta la idea de que de esa semillita va a salir un tallo del que saldrá una planta; en el cole también les fomentan la pasión por el huerto con clases de jardinería. A veces Alan viene a casa con semillas que ha germinado él mismo en el cole, y las plantamos aquí.
-¿Qué tienes plantado?
-De la temporada anterior, coles y lechugas, que son de invierno, y ahora nos metemos de temporada total con la fresa, y ya para el verano saldrán los tomates, calabacines, berenjenas y todo tipo de olorosas, que me encantan: albahaca, menta... Me gusta mucho cocinar con muchas especias y hierbas y darles a los platos su toque fresco con una ramita de tomillo, hierbabuena u orégano. Y mi proyecto ahora mismo es ampliar la zona de olorosas. Ah, y allí al fondo tengo los árboles frutales. Hay cerezos, un granado, un níspero, un manzano y un peral. Este invierno ha habido algunas bajas que hemos tenido que reponer. Y tengo una higuera justo al final que el año pasado sacó muchísimos higos negros, una de mis frutas favoritas para ensaladas.
-Así que todo acaba en tu cocina.
-Es que yo viviría a base de frutas y verduras. No soy vegana, pero la mayor parte de mi dieta se basa en ellas. Y me gusta hacer platos frescos, con hortalizas de temporada. Y sobre todo me gusta inculcar en mis hijos el gusto por comer variado y de muchos colores. Alan come mejor, le gusta más la verdura. Pero a Aura le gusta mucho la fruta. Con el añadido de que todo va de la huerta a la mesa, y es cuando mejor sabe.
“Quería darles a mis hijos la posibilidad de salir y coger sus propias frutas y verduras. Alan a veces viene con semillas germinadas por él en el cole y las plantamos aquí”
-Y el incentivo de que te encanta cocinar. ¿Rudy es más de cocinar o de comer?
-Rudy es buen comedor, y a veces le gusta cocinar. También me ayuda, no te creas, que esto es un trabajo de equipo.
-¿Y qué dicen los demás de tu cocina?
-Me gusta mucho invitar a gente, familia y amigos, y saben que, cuando vienen a casa, van a comer bien. Dicen que tengo un estilo propio, me encanta decorar los platos, hacerlos bonitos. Juego con los colores, hago formas geométricas. La primavera durante el confinamiento se dio muy bien en la huerta, y encima pude dedicarme al huerto a full, así que estuve cocinando muchísimo. Durante aquellos meses hice cada día una ensalada diferente; soy la reina de las ensaladas.
-Vas a acabar en MasterChef...
-No lo creo (risas). El programa me parece una pasada, pero no me veo. Soy una persona muy tranquila, y el estrés de estar a contrarreloj me pondría de los nervios.
-¿Tus platos estrella?
-¡Los que os he preparado hoy! Un par de ensaladas, mi ensaladilla con coliflor y las albóndigas de calabacín. Hubo una época en la que trataba de comer menos hidratos y yo a las albóndigas, por ejemplo, no les pongo pan rallado. Ninguna de estas recetas lleva apenas hidratos.
“La estructura de terrazas por alturas fue una idea mía, surgió buscando huertos urbanos en Pinterest. Lie al jardinero, a un carpintero, y poco a poco”
-Supongo que el huerto será también tu terapia particular. ¿Cuál es el momento que más disfrutas?
-Por la tarde, en primavera, justo cuando se está poniendo el sol y la luz es preciosa; estoy regando y veo cómo todo se está empapando y saca los olores, como la hierbabuena, cuyo aroma se percibe mucho mejor. Mientras, recojo unos pepinos para una ensalada y unos tomates para preparar un gazpacho para los amigos. Una maravilla.
Sus recetas
Ensaladilla de coliflor
Ingredientes: ● 500 g de coliflor hervida 20 min● 2 latas de atún ● 1/2 cebolleta picada ● 2 zanahorias ralladas● 3 huevos cocidos, 2 para la ensaladilla y 1 para decorar● 100 g de aceitunas y alcaparras● 60 g de mayonesa
Elaboración: Machacamos la coliflor con un tenedor en un cuenco y añadimos el resto de ingredientes. Colocamos en moldes cilíndricos y retiramos. Decoramos con aceitunas y el huevo rallado por encima.
Ensaladilla de espinacas y fresas
Ingredientes: ● 100 g de espinacas baby ● 100 g de fresas ● 20 g de piñones ● 50 g de parmesano ● 50 g de tomates cherry ● 10 g de semillas de calabaza ● 2 cucharadas de aceite de oliva ● 1 cucharada de salsa de soja ● 1 cucharadita de mostaza de Dijon
Elaboración: Colocamos la espinacas baby en un recipiente y encima las fresas cortadas, piñones y lascas de parmesano. Terminamos con tomates cherry y semillas de calabaza. Mezclamos aceite de oliva, salsa de soja y mostaza de Dijon en un bol aparte y, con una cucharilla, aderezamos nuestra ensalada.
Albóndigas con calabacín
Ingredientes: ● 1 kg de carne de ternera picada● 1 calabacín rallado ● 50 ml de nata para cocinar ● 100 g de queso parmesano rallado ● 2 huevos ● sal● pimienta ● 1/2 cebolleta picada● ramita de perejil picado.
Para el pisto: ● 1 cebolla● 1 calabacín pelado ● 2 zanahorias ● media berenjena ● una lata de 400 g de tomate natural triturado● sal ● pimienta
Elaboración: Mezclar todos los ingredientes y hacer bolitas. Colocar en una bandeja de horno con papel vegetal. Rociar aceite de oliva en espray sobre las albóndigas. Cocinar 15 min a 180 grados. Después de este tiempo, darles la vuelta y cocinar otros 15 min. Aparte, para preparar el pisto: cortar en dados la cebolla, el calabacín pelado, las dos zanahorias y la media berenjena. Sofreír en una sartén con 100 ml de aceite de oliva durante 20 min. Añadir una lata de 400 g de tomate natural triturado. Sal y pimienta al gusto. Dejar cocer unos 20 minutos más. Después triturar todo en una batidora hasta que salga una salsa fina. Colocar las albóndigas en una fuente y verter la salsa por encima.
Carpaccio de calabacín y ricotta
Ingredientes: ● 1 calabacín ● 1 tajada de melón ● 100 g de ricotta ● 6/8 aceitunas negras de kalamata ● 6/8 hojas de albahaca ● 2 cucharadas aceite de oliva ● 1 cucharada de zumo de limón ● sal del Himalaya ● pimienta blanca semillas de sésamo
Elaboración: Con una mandolina cortamos un calabacín y una tajada de melón en láminas muy finas. Colocamos como base de nuestro carpaccio en un plato llano. Hacemos 6 bolitas de ricotta con dos cucharas, colocamos 6/8 aceitunas de kalamata y decoramos con hojas de albahaca. Terminamos con una vinagreta cítrica de aceite de oliva, zumo de limón, sal del Himalaya y pimienta blanca.
Las cuatro estaciones
- Invierno. Es cuando se prepara la tierra. A la espera de la primavera, la tierra descansa y se abona con nutrientes para las siguientes plantas.
- Primavera. A finales de la primavera empieza la abundancia. Los primeros en llegar son alcachofas, espárragos, guisantes, habas, rabanitos, remolachas, lechugas, nabos. Es ahora cuando siembras para recoger a lo largo del año.
- Verano. A medida que avanza el verano, el huerto se inunda de hortalizas. Tomates, berenjenas, calabacines, pimientos… En verano hay que estar muy atenta al riego, mejor de noche.
- Otoño. Vuelta a la calma, ya has hecho el trabajo en primavera y ahora sigues recolectando para el día a día, y también para guardar: patatas, cebollas, calabazas...
Huerto urbano paso a paso
Huerto urbano paso a paso