vicente todol © Todolí Citrus Fundació

Vicente Todolí: la felicidad entre limones

De director de la ‘Tate Modern’ a crear la mayor colección de cítricos del planeta; así es la fascinante trayectoria vital y profesional de este valenciano fiel a sus dos grandes pasiones: el arte y el huerto


1 de marzo de 2022 - 11:54 CET

Vicente Todolí es ese tipo campechano y simpático, tocado con gorro de paja y calzado con ropa de trabajo, que mira con arrobo un limón. También es uno de los grandes nombres del mundo del arte, un valenciano que, tras ser director artístico del IVAM y dirigir el Serralves de Oporto, estuvo al frente de la Tate Modern hasta que, en 2012, se quitó de la gestión del mundo del arte para repartir su tiempo entre sus dos grandes pasiones: la dirección creativa pura y los cítricos. Sí, los cítricos. Las naranjas y limones de la tierra que lo vio nacer, Palmera, en la comarca valenciana de La Safor. Una decisión meditada y explorada en el tiempo que, sin embargo, tiene ese punto excéntrico tan del gusto de la industria de la que proviene. La epifanía le sobrevino camino de incorporarse a su puesto en el IVAM, después de una larga estancia en Nueva York. “Me había convertido en el más urbano de los urbanitas -cuenta él- y, al regresar a Valencia, en el 86, entré en crisis. Ahí es cuando comencé a buscar el modo de que la parte urbana se reconciliara con la rural”.

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© Todolí Citrus Fundació

Acompañando a un amigo médico en sus paseos por las montañas buscando el modo de recuperar las hierbas medicinales, él dio con un terreno en ruinas en cuya escalera se sentó a reflexionar. “Contemplé aquel paisaje desolado y pensé: ‘Si eso se restaurara, ¿cómo sería en 20 años?’”. Decidió plantar olivos; su primer proyecto de restauración ambiental. El segundo sería convertir un terreno heredado en su oasis particular. “En 500 metros planté 17 variedades de palmeras”. Pero los cítricos seguían ahí, en su paisaje emocional. Su padre los había levantado a los tres hermanos con el alba desde pequeños para echar una mano en el campo.

“Lo pensé como un huerto botánico; una experiencia, como lo eran los jardines persas”

“Muy duro -sonríe Todolí al recordar-. Si esto es lo que me espera, me decía, mejor estudiar”. Así que se fue. Pero aquella comarca, una ciudad jardín hecha de pueblos y rodeada de campos, nunca se fue de él. “Salías de casa y a 20 metros ya estabas en un campo de naranjos. Ahí es donde realicé mis primeros viajes metafóricos”. Solo necesitaba un empujón. Y su amigo Ferrán Adrià fue quien se encargó de dárselo. Todolí había adquirido un pequeño terreno vecino cuando decidió acompañar a Adrià a unos invernaderos del sur de Francia donde al cocinero le gustaba comprar cítricos exóticos. “Yo solo pensaba: ‘Si con el frío que hace aquí logran estos cítricos, ¿por qué nadie lo ha intentado en mi tierra?’. Y Ferrán me dijo: ‘Hazlo tú’”. Todolí se embarcó así en un pequeño proyecto dedicado a explorar sus variedades y posibilidades.

© Todolí Citrus Fundació

Vicente Todolí enseña su proyecto: un huerto con 400 variedades en Palmera (comarca valenciana de la Safor).

Un giro urbanístico inesperado, sin embargo, acabaría convirtiendo aquella pequeña empresa en la mayor colección de cítricos del planeta. “En 2012 me entero de que van a liquidar la mayor parte del paraje de mi niñez; era como si me borraran una parte de mi infancia. Así que fui a ver al alcalde y le propuse hacer una fundación. Aquel verano les compré tierras a unos 16 vecinos”. Así nacía Todolí Citrus Fundació, un proyecto de defensa medioambiental, laboratorio, gran colección -cuenta con 400 variedades- y, cómo no, museo al aire libre. “Lo pensé como un huerto botánico. Una experiencia, como eran los jardines persas, donde, además de los cítricos, tienes el agua que corre, el sonido de los pájaros, una inmersión sensorial que apela a todos los sentidos. El lugar más cercano al paraíso en la tierra”. Su fundación es también un legado de futuro y, bromea, toda una lección de paciencia, “porque aquí no hay un fast forward”.

© Todolí Citrus Fundació

El valenciano en su huerto, que cuenta con grandes variedades de cítricos.