Es más que una casa, es un mundo”, advierte un texto luminoso nada más entrar en el salón. Y es que Teresa Sapey ha sabido llevar su mundo de color, arte y diseño a la casa que tiene en pleno corazón de Madrid, con vistas al madrileño parque de El Retiro. Situada en el edificio en el que nació José Ortega y Gasset, esta casa refleja la arrolladora personalidad de la arquitecta, interiorista y diseñadora italiana. Se siente muy madrileña, no en vano llegó a la ciudad a finales de los ochenta y quedó prendada de ella. Aquí en Madrid tiene su estudio, en un antiguo tablao flamenco con mucha historia donde encuentra su inspiración, aunque en su casa ha creado un mundo propio capaz de transmitir su personalidad en cada rincón, bañando su atmósfera de energía y estilo contemporáneo.
-¿Qué es lo que te enamoró de esta casa?
-Este piso es especial. No es aristocrático ni noble, como la mayoría de pisos que dan a El Retiro. Para mí es como un loft con vistas. Es un contenedor sobrio donde reside mi casa y uso también la ciudad como casa: las vistas forman parte de ella.
-¿Sabías antes de verla que fue donde nació José Ortega y Gasset?
-Sinceramente, no. Sabía que había nacido en esta calle, frente a El Retiro, pero no que fuera justo este edificio. Eso lo vi cuando vine a visitarlo. La verdad es que me parece un gran reto, ojalá haya nacido en mi mismo piso. Pero se nota su esencia. Es una casa donde se piensa y se proyecta. Una casa filosófica.
“En esta casa se nota la esencia de Ortega y Gasset. No sé si nació en mi piso, pero es una casa donde se piensa y se proyecta. Una casa filosófica”
-¿Vives aquí todo el año o pasas temporadas en otros países?
-Soy arquitecta, por lo que soy nómada. Por mi trabajo vivo donde tengo cada proyecto. Paso largas temporadas en los sitios donde estoy trabajando. Últimamente he estado mucho en Marbella e islas Baleares, también en Francia e Italia. En este último país estamos a punto de entregar una residencia particular y ya tenemos un proyecto de un hotel que se iniciará el próximo año.
-¿Cómo describirías la atmósfera que envuelve tu casa?
-Refleja mi personalidad, así que es muy imperfecta. Mi casa es un mundo lleno de recuerdos de mi familia: mi tía, mis padres, mis abuelos... Está llena de regalos de amigos, recuerdos de viajes... Es un diario donde cada día escribo un capítulo diferente. Mi casa es mi diario abierto donde cada día añado una página nueva o arranco otra.
“Este piso es especial. No es aristocrático como las otras casas. Es un loft con vistas donde la ciudad de Madrid forma parte de la propia casa”
-Se ve una casa muy alegre y con muchos toques de color...
-Cuenta que soy mediterránea, que he nacido alrededor del mar como una española más. Por eso me siento adoptada por Madrid. Cuenta que el Mediterráneo es mi cultura. La cama de Ulises es la cama de todos nosotros. Suelo decir que el sol nos ha tatuado la creatividad. Su luz hace esta casa alegre, como la personalidad de todos los que vivimos envueltos por el mar Mediterráneo.
-¿Cómo definirías tu carácter y cómo se refleja en tu hogar?
-Mi personalidad hablaría de varias personalidades. La personalidad cambia según el periodo de la vida. Soy ecléctica, alegre y cosmopolita, respetuosa con el pasado para construir con el presente el futuro de la gente. Me gusta mucho crear espacios tanto en lo residencial como en lo hostelero y hotelero y también diseñamos barcos, aviones, casas prefabricadas, etc.
“Esta casa cuenta que soy mediterránea, que he nacido alrededor del mar. Su luz la hace alegre como el mar que nos baña”
-¿Cuál es tu rincón favorito de la casa?
-El más pequeño de todos. Está ubicado al final del pasillo, donde me siento a leer. Para mí es como una caja, la caja mágica donde descubro muchas cosas.
-¿Cuáles son las piezas de decoración más especiales que podemos encontrar?
-Son un secreto, pero os adelanto que podría ser un gran jarrón de Fornasetti que a veces ríe y a veces llora, unos candelabros barrocos en plata de mi bisabuelo y una colección de escarabajos de varios tamaños y colores que he ido coleccionando.
“Mi personalidad habla de varias personalidades. Soy ecléctica, alegre y cosmopolita. Respeto el pasado para construir, con el presente, el futuro”
-¿Cuáles has diseñado tú?
-Una lámpara naranja que presenté en la Feria de Milán, todas las piezas que tengo de Vondom como los Adán o los Chemistubes, las alfombras, la mesa baja de centro del salón también es diseño mío, además del pedestal que soporta el globo terráqueo, que es un mueble bar giratorio que esconde botellas de alcohol en su interior. Es un secreto que solo abro cuando recibo a mis amigos y familiares en casa.
-¿Coleccionas objetos u obras de arte?
-He sido gran coleccionista porque siempre me ha gustado comprar, pero compro por curiosidad y de forma compulsiva. Es un coleccionismo ecléctico. Mi interés por el arte viene de familia y las obras clásicas que tengo son todas heredadas.
-A finales de los ochenta te instalaste en Madrid, ¿qué te conquistó de la ciudad?
-Llegué con amor y sigo queriendo cada día más esta ciudad. Me conquistó su amor maternal e incondicional: nos quiere a todos por igual, como si de sus hijos se tratase. Adoro Madrid, en mi opinión es la mejor ciudad donde vivir. No solo de Europa, sino del mundo. La calidad de vida es muy agradable. Me siento totalmente adoptada. Llevo más años viviendo en España que en Italia. Es mi hogar.
-Eres arquitecta, interiorista y también diseñas piezas de decoración e incluso ropa. ¿Lo abarcas todo?
-Nací con la creatividad y la estética. En esta vida sé hacer solo esto: crear, pensar e inventar espacios para que la gente viva a gusto hoy y mañana. Construyo y diseño casas, hoteles, tiendas, objetos... Lo que sea por hacer un mundo mejor y disfrutar de él. Diseño prendas de ropa exclusivamente para mí, pero como dice la vida: nunca digas nunca... No me importaría recibir una propuesta de una marca para diseñar algo...
“Nací con la creatividad y la estética y solo sé hacer eso: crear, pensar e inventar espacios para que la gente viva a gusto”
-¿Tus hijos han heredado tu gusto por la arquitectura?
-Mis hijos, que son mellizos, James y Francesca, han heredado lo mejor de las dos familias. Siempre digo que es el mejor proyecto que he hecho en mi vida; también el más complicado, porque nunca termina. James es muy creativo, pero está dedicado a la gestión en el mundo empresarial; Francesca, tras regresar de Londres, donde estudió y trabajó varios años, se asoció conmigo en el estudio. Juntas unimos dos maneras de crear y proyectar. Nos complementamos bien.
-¿Estás casada?
-Estoy casada con la vida. Y mi amigo, amante y marido es mi trabajo.
-Tu estudio era un antiguo tablao flamenco, ¿por qué elegiste ese lugar?
-Me enamoré de este estudio porque entré y el portero me dijo que era un sitio de pecado. El lugar donde Ava Gardner conoció a Luis Miguel Dominguín; y eso me hizo pensar que la belleza y la alegría nos acompañarían siempre...