Dolors y Natalia Roma: una casa en un pajar

Entramos en una casa encantada rodeada de naturaleza en la Cerdaña. Sus dueñas, hermanas e interioristas, han convertido un antiguo pajar del siglo XVI en un sueño familiar hecho realidad

22 de enero de 2022 - 18:34 CET22 ene 2022 - 18:34 CET

Esta es la historia de un viejo pajar en la Cerdaña catalana que pertenecía a una granja del siglo XVI y que las interioristas Natalia y Dolors Roma, dos hermanas de una familia de seis, han convertido en una espectacular casa. La reforma duró tres largos años y contaron con el prestigioso arquitecto Damián Ribas para transformarla en una de las construcciones más bonitas de la zona. Revestida de pino de Flandes y piedra, sus espacios son cálidos, llenos de luz y con un aire muy nórdico.

Vistas desde la casa rehabilitada, muy cerca de un lago.

Alegres y llenas de energía y buen humor, a estas dos hermanas no les pesa trabajar juntas desde hace 30 años. Les encanta venir los fines de semana a esta finca de cuento y desconectar con sus hijos y amigos; el verano aquí es delicioso y en invierno se refleja la luna llena en las montañas nevadas. En el porche con chimenea se reúnen en sobremesas que acaban con muchas risas de los seis hermanos y cuñados y los dieciocho nietos que forman esta gran familia unida.

Sobre estas líneas, María Dolores, la matriarca de la familia, junto a dos de sus hijas, Natalia y Dolors, y dos de sus nietos, Max y Martín.

-¿Cuál es la historia de este antiguo pajar?

-Pertenece a una granja que fue construida en el siglo XVI por unos italianos que procedían de Génova. Se instalaron en el Pirineo catalán para la explotación de las minas de hierro. La granja se utilizaba para la agricultura y la ganadería.

-¿Cuántas construcciones componen la casa?

-Hay diferentes espacios habilitados como vivienda: la vivienda de los antiguos masoveros, los cobertizos y el pajar donde se guardaba la maquinaria para arar los campos. Esta zona la rehabilitamos con madera de pino acabada con tintes. Nos encanta el contraste de esta fachada con los marcos de hierro de las ventanas.

“Esta granja fue construida hace cinco siglos por unos italianos de Génova que se instalaron en el Pirineo. Se utilizaba para la agricultura y la ganadería”

Arriba, María Dolores, la abuela y matriarca, sus hijas, dos de sus nietos y una de las perritas de la familia en el exterior de la casa. Sobre estas líneas, los niños recogen leña para la chimenea.

-¿Cuál es vuestra época favorita en la Cerdaña?

-Todas, pero el colorido del otoño y las puestas de sol son un verdadero espectáculo.

-¿Cuánto tiempo lleváis con vuestro estudio de decoración ?

-Llevamos toda la vida trabajando juntas, primero en nuestra tienda de decoración en Barcelona y, desde 2005, con nuestro estudio ND Disseny Interiors (@nd_dissenyinteriors).

En invierno, el fuego siempre está encendido y la chimenea ayuda a crear un ambiente acogedor.

-¿Cuál es vuestro estilo?

-Nos encanta el estilo nórdico vintage. Nos gusta la decoración neutra y jugar con los colores de las piezas fáciles de sustituir: los cojines, las cortinas y los elementos decorativos. Una casa ha de transmitir serenidad y personalidad. Los materiales nobles como la madera y el hierro ayudan, al igual que la luz natural y la iluminación.

-Un rincón favorito.

-Los porches de las casas, los puedes disfrutar tanto en invierno como en verano.

“Nos encanta el estilo nórdico y vintage. La decoración neutra y jugar con los colores de elementos fáciles de cambiar como los cojines y las cortinas”

En estas fotografías, los dormitorios y un rincón destinado al juego del billar.

-¿De dónde viene vuestra creatividad ?

-Nuestros padres nos inculcaron saber disfrutar de una mesa bien puesta y de cualquier rincón acogedor, disfrutaban decorando cualquier espacio coordinando telas, colores y maderas. Las velas, por ejemplo, han sido nuestra debilidad desde pequeñas. Con nuestro padre aprovechábamos las viejas, las fundíamos en un cazo y fabricábamos nuevas.

-Dolors, ¿soléis recibir aquí a amigos y familia?

-Sí, en nuestra familia se ha convertido ya en un arte. A la mayoría nos gusta cocinar y el estilismo de las mesas. Lo llevamos dentro gracias a nuestra madre. Hace algunos años celebramos su 80 aniversario y contando familia y amigos nos reunimos aquí 70 personas. Las celebraciones importantes las hacemos aquí.

La casa está decorada respetando las estancias de la antigua granja; se ha conservado la piedra y se ha abierto al exterior con grandes ventanales para que entre la luz. Los muebles son de estilo nórdico. Sobre estas líneas, la gran cocina de la casa, con una enorme mesa de madera donde se reúne toda la familia en largas sobremesas.

-¿Cuántos hijos tienes?

-Tengo trillizos, todo chicos. Desde el minuto uno muy esperados, muy buenos, dormían mucho y comían más o menos bien. Estoy hablando de hace 22 años. Ahora son unos hombretones de los que estoy muy orgullosa.

-Tenéis familia sevillana e italiana, ¿verdad?

-Nuestra abuela materna, Lola, era sevillana, y conoció a mi abuelo en una guerra de rosas, él era catalán y viajaba por toda España representando a una empresa textil. Se enamoraron y prueba de ello son el montón de cartas de amor que nuestra madre guarda como un tesoro.

Las hermanas en el porche y la capilla de la finca.

-¿Cómo lleváis ser socias y hermanas?

-Aunque parezca imposible, lo llevamos muy bien. Estamos muy compenetradas y coincidimos bastante en las decisiones a la hora de decorar o reformar una estancia. Llevamos casi 35 años de vida laboral juntas. Nos reímos cuando nos damos cuenta de que estamos pensando lo mismo a la vez. Esto nos pasa continuamente, imaginaos cómo estamos de sincronizadas. Pero esto tiene una explicación. Llevamos la sangre de nuestra madre, más un montón de años viviendo y trabajando juntas.

Los niños de la familia, un total de 18, disfrutan en los jardines que rodean la casa.