Si hay algo que le sobre a la joyera low cost preferida por la jet set, Casilda Finat Martínez-Costa, es personalidad. Sin embargo, cuando diseñó sus primeras joyitas, unos anillos con piedras de colores que arrasaron entre sus amigas y conocidas, pocos pudieron prever que poco tiempo después sería una empresaria de éxito, con nueve tiendas propias repartidas por nuestra geografía y un sinfín de seguidores (más de 300.000) en sus redes sociales, donde es toda una estrella gracias a su naturalidad. Pero está claro que estaba destinada a ello, y no solo por su impecable gusto, sino también por una originalidad que ha sabido trasladar siempre a todo lo que hace o, incluso, dice. Y es que con una historia detrás como la suya, no podría ser de otra manera. Al ser hija de Rafael Finat y Riva, conde de Mayalde, vizconde de Rías y próximo duque de Pastrana -título que ella heredará tras su fallecimiento-, tuvo el privilegio de crecer junto a su hermana melliza, Ani, en la histórica finca familiar de El Castañar, que ocupa 5.000 hectáreas al sur de Toledo y engloba una antigua aldea abandonada y varios cotos de caza mayor y menor que sirvieron a las hermanas de patio de recreo hasta los 18 años. Una infancia, por tanto, mucho más interesante que la del común de los mortales…
“Esta casa la encontró mi hermana Ani, que es como mi ángel de la guarda en Internet, y al principio, por las fotos, no me encantó, pero decidí verla igualmente y fue un flechazo”
Posteriormente, tras abandonar la impresionante propiedad familiar, repleta de obras de arte firmadas por algunos de los grandes nombres de la historia del arte español -tales como Valdés Leal o Federico Madrazo, por no mencionar la copia del Goya que hoy cuelga en el Museo Nacional del Prado-, y residir un tiempo en Madrid, Casilda contrajo matrimonio con Álvaro Martínez-Conradi, cuya familia, al igual que la suya, cuenta con una conocida ganadería, esta en Sevilla y dedicada a los toros de lidia. Juntos y enamorados se trasladaron a la capital hispalense y tuvieron dos niños, que hoy tienen 6 y 3 años, pero llegó un punto, debido al fulgurante éxito de los diseños de Casilda, en el que necesitaron volver a Madrid. Ahí comenzó una búsqueda de casa que se demoró algo más de lo previsto, pero hoy la familia celebra el inicio de su nueva aventura en la capital con un hogar a la altura de sus fantasías.
“Había visto muchísimas casas, tanto en Sevilla como en Madrid, pero ninguna como esta. El espacio, la luz, el barrio, hasta su olor, me convencieron de que era la definitiva”
-Estrenas casa, ¡háblanos de ella!
-Sí, ¡estoy tan feliz! Supera con creces las expectativas de la casa de mis sueños. Nunca pensé que tendría una tan bonita. La encontró mi hermana Ani, que es como mi ángel de la guarda en Internet, y al principio, por las fotos, no me encantó, pero decidí ir a verla igualmente y fue un flechazo absoluto. Llamé corriendo, tras esa primera visita, a mi madre y a ella para que viniesen a verla también y hacer una oferta. Había visto muchísimas casas, tanto en Sevilla como en Madrid, pero ninguna como esta. El espacio, la luz, el barrio, hasta su olor, me convencieron de que era la definitiva. He estado los últimos dos años, desde que volvimos de Sevilla, en un piso de mis padres en el que estábamos mucho más apretados, y el paso a mejor vida ha sido brutal.
“La mecedora del despacho era de mi bisabuelo y padrino, y al igual que el espejo dorado del baño de invitados, fue un regalo de mis padres. Le tengo mucho cariño”
-¿La has decorado tú misma?
-No, me ha ayudado Marina Herrera, de A-Típica, que es como de mi familia y tengo toda la confianza del mundo en ella, por lo que ha sido un proceso superdivertido y que he disfrutado muchísimo. He podido reconciliarme con la decoración de interiores, que es lo que estudié, en su día, pero que nunca me había encantado realmente.
“Con esta casa he podido reconciliarme con la decoración de interiores, que es lo que estudié en su día, pero que nunca me había encantado realmente”
-¿Cómo es el estilo de esta vivienda?
-Es una casa superyó. Es alegre, colorida, divertida, atrevida y, al contrario que en mi primera casa, en esta me he pensado mucho más todo con la idea de que sea la definitiva y las piezas me vayan a encajar siempre. Aún quedan cosas por hacer, pero intento que cada rincón sea especial para mí.
-¿Cuáles son las piezas más especiales o con más historia en la casa?
-Los cuadros. Son casi todos o bien regalos de seres queridos o bien hechos por estos. Por ejemplo, el azul grande del salón es una foto que me regaló mi madrina, de Diego Calero. La foto de la Puerta de Alcalá nevada la hizo mi amiga María Morenés durante Filomena, y el cuadro del mar que también tengo en Sotogrande igual es un regalo de Cova Tellaeche que me da una paz brutal.
“Es una casa superyó. Es alegre, colorida, divertida, atrevida y, al contrario que en mi primera casa, en esta me he pensado mucho más todo con la idea de que sea para siempre”
-¿Hay alguna pieza ‘heredada’ de tus antepasados?
-La mecedora del despacho era de mi bisabuelo y padrino y, al igual que el espejo dorado del baño de invitados, fue un regalo de mis padres. Le tengo un cariño muy especial.
-Tu familia tiene algunas propiedades muy especiales, ¿cuál es tu preferida?
-Sin duda el campo de mis abuelos (la finca El Castañar) pues es donde crecí. Viví allí hasta los 18 años y allí he pasado algunos de los mejores momentos de mi vida. Solemos ir el fin de semana y aún hoy es el punto de encuentro de nuestra familia en cualquier ocasión especial.
“Casi todos los cuadros de la casa son o bien regalos de seres queridos o bien hechos por estos. Por ejemplo, el grande azul del salón es una foto que me regaló mi madrina de Diego Calero. Y la foto de la Puerta de Alcalá nevada la hizo mi amiga María Morenés durante Filomena”
-¿Cómo crees que ha afectado a tu vida el venir de una familia con tanta historia y tantos títulos?
-No creo que los títulos hoy en día sean algo que afecte a tu vida directamente. Son más un adorno del que yo al menos estoy muy orgullosa, pues se le concedieron a antepasados míos por méritos concretos. Pero no cambian tu día a día, eso desde luego. Es una herencia familiar bonita y que te enlaza directamente con la historia de tu familia…
-Tienes mucho éxito en redes sociales; ¿está eso ‘bien visto’ en el entorno aristocrático?
-Creo que las redes sociales hoy en día están muy normalizadas en prácticamente cualquier entorno, ya que es fácil darse cuenta de que son un medio casi fundamental de difusión, comunicación, información y, en definitiva, de ser parte del mundo actual. ¡Así que creo que podríamos decir que sí!
“Mis padres son bastante antirredes y odian que los saque. Alguna regañina me ha caído por no respetarlos en este sentido, así como por utilizar el móvil más de la cuenta cuando estoy con ellos”
-¿Se ha quejado alguna vez tu familia por tu grado de exposición en redes?
-Es cierto que es algo que a los progenitores no les suele gustar... Mis padres son bastante antirredes y odian que los saque. Alguna regañina me ha caído por no respetarlos en este sentido, así como por utilizar el móvil más de la cuenta cuando estoy con ellos… Hay cosas que nunca cambian, se tenga la edad que se tenga.
“No creo que los títulos nobiliarios hoy en día sean algo que afecte a tu vida directamente. Son más un adorno del que yo al menos estoy muy orgullosa, pues se le concedieron a antepasados míos por méritos concretos”
-¡Incluso siendo una empresaria de éxito! ¿Recuerdas la primera joyita que hiciste?
-Sí. Empecé vendiendo unos anillos de piedras de colores que se mezclaban entre sí y gustaron mucho a mis conocidas. Sería hace unos diez años. ¡Cómo pasa el tiempo!
-Y ahora, ¿qué sorpresas preparas para el 2022?
-Pues de momento una colección veraniega de volverse loco y espero que alguna que otra ‘casildada’ divertida y otras ocurrencias especiales…
Sus reglas
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