Como Julio César en su día, cuando Gabriela Palatchi aterrizó en Estambul, hace ahora seis años, ‘llegó, vio y venció’. Y ahora la historia se repite en Madrid. En menos de un año, la empresaria catalana -reconvertida en exitosa empresaria- ha hecho de la ciudad su centro de operaciones y también su hogar. Junto a su marido, el empresario turco Ediz Elhadef, y sus dos caniches, los ‘amantes’ Nemo y Carla, regresó a España con la idea de expandir horizontes, tanto en lo profesional como en lo personal. La jugada no pudo salirle mejor. Hoy lo que empezó como un pequeño proyecto hostelero, Gabfoods, que fundó durante su etapa en Turquía, es un negocio en plena expansión: tras asentarse en España con una dark kitchen en Madrid, ya vende producto envasado a todo el mundo y está a punto de hacerlo también con la nueva colección de menaje que Gabriela ha desarrollado junto a un buen puñado de amigas. Para final de año, además, habrá abierto un punto de venta físico en Madrid y cuenta con haber llegado a más ciudades de España con su delivery. El próximo año lo hará a otras ciudades europeas. Pero, mientras tanto, seguramente se le ocurrirá algún que otro nuevo proyecto que sumar a su lista… Aun cuando su apretada agenda no parece dejarle ya tiempo para nada más.
-¿Por qué decidiste volver?
-Me apetecía que Gabfoods estuviese en España, es mi país y tengo a mi familia aquí. La idea me vino durante el confinamiento y fue todo muy rápido. Tomé la decisión y la semana siguiente estábamos ya viendo casas…
“Madrid me pareció el sitio perfecto para empezar de cero con mi marido. Yo nunca había vivido aquí, así que era una aventura para los dos…”
-¿Por qué Madrid y no Barcelona, donde creciste?
-Madrid me pareció el sitio perfecto para empezar de cero con mi marido. Yo nunca había vivido aquí, así que era una aventura para los dos. Además, Madrid es una ciudad mucho más abierta, en Barcelona es difícil entrar en grupos… Así que con un marido extranjero me parecía más sencillo.
-¿Os costó mucho encontrar la casa perfecta para vosotros?
-No mucho. Pero nuestra primera opción era irnos al campo. Yo siempre quise tener gallinas. Pero mi padre nos quitó la idea de la cabeza. Insistió mucho en que no podíamos venirnos y, de repente, aislarnos por completo. Así que le hicimos caso y empezamos a ver casas en la ciudad. Y esta fue un flechazo. Salió al mercado a las 13 h, vinimos a verla y antes de que terminase ese día ya era nuestra.
-¿Cómo la decorasteis?
-¡Pues a distancia! Me hice un curso en YouTube, que me encanta, para aprender a distribuir espacios en planos, y compré todo online. Cuando llegamos, ya estaba todo aquí en sus cajas…
-¿No quisiste que te ayudara nadie?
-Ni de broma. Decorar es mi pasión, ¡no le iba a dejar hacerlo a nadie! Estoy muy contenta, además, con cómo quedó. Me encantaría dedicarme a ello.
“Decorar es mi pasión, ¡no le iba a dejar hacerlo a nadie por mí! Ni de broma”
-¡Pues siempre puedes ponerte a ello! Aunque ahora mismo creo que tienes varios frentes abiertos…
-¡Sí! Ahora que ya está instalado Gabfoods en España estoy a punto de abrir un showroom para mi primera colección de tableware. Estoy muy ilusionada con este proyecto, me encanta el menaje y todo lo que rodea a la mesa. Es mi obsesión. Así que cuando decidí instalarme en España, como mi idea inicial era abrir un restaurante (cosa que al final descarté por la enorme inversión que suponía), no dejaba de buscar estas cosas, y me di cuenta de que era muy difícil encontrar lo que yo quería… Así que hablé con amigas que tienen marcas propias, y puse en marcha una serie de colaboraciones con las que estoy encantada: con Siedres, con Magnetic Midnight, Mola Sasa, Anime Living, Los Encajeros… Me encanta la idea de colaborar y apoyar a otras mujeres con proyectos interesantes.
-¿También tienes una pequeña colección propia, diseñada por ti, verdad?
-Sí. De momento solo son unos individuales que hago en India, con la ayuda de una amiga de mi hermana, que se encarga de los estampados, y algunas piezas de cerámica. Todo artesanal y hecho a mano. La cerámica viene de España y México, pero quiero centrar aquí la producción. Es mi objetivo para el próximo año. En cocina todo lo local es muy importante, y quiero que lo sea también en todo lo que la rodea. Tengo pendiente un road trip por todo el país para encontrar todas las joyas artesanas que querré que estén a la venta en la web y el showroom de Gabfoods.
“La cerámica de mi colección viene de España y México, pero quiero centrar aquí la producción. Es mi objetivo para el próximo año”
-¿Tienes previsto llegar a más sitios con tu empresa?
-Sí. La web ya hace envíos a todo el mundo de producto envasado y todo lo nuevo que acaba de salir: menaje, textil… Y me gustaría mucho abrir más dark kitchens, primero en España y luego en otras ciudades de Europa, para que el delivery pueda llegar a muchas más personas.
-Habiendo hecho de esta un trabajo a tiempo completo… ¿continúas amando la cocina?
-¡Sí! Pero es verdad que ya no cocino a diario. Mi día a día es ir apagando, o encendiendo, fuegos en mi empresa. Pero me chifla hacerlo el fin de semana para amigos. Eso sí, todo lo que hago ahora es muy sencillo: cosas a la plancha, ensaladas… Al principio, cuando llegué, sí que hacía grandes cenas invitando a mucha gente, casi a diario. Porque me encanta recibir, pero ahora mismo no tengo ni un minuto libre…
Su cocina en tres claves
Internacional
En la cocina Gabriela se confiesa autodidacta, y sus idas y venidas por el mundo han sido no solo su principal fuente de inspiración, sino también su escuela. Hoy, en la carta de su delivery pueden verse platos indios, turcos, de inspiración asiática o dulces típicamente americanos… con un twist.
Colorida
…Y no solo en cuanto a las tonalidades que aparecen en el plato, que siempre son múltiples y variadas gracias al uso de muchas especias exóticas y vegetales de todo tipo, también en cuanto a las mezclas de sabores, en muchos casos de lo más inesperadas en una gastronomía como la nuestra.
Saludable
Sin gluten y sin azúcar, y por supuesto centrada en lo vegetal. Así es la comida por la que apuesta Gabriela. Que siempre ha defendido disfrutar de todo ocasionalmente… manteniendo las ‘buenas costumbres’ alimenticias en el día a día.
Arroz biryani vegetal
Ingredientes
Para la marinada: ● 125 g de yogur ● 1 cucharadita de cilantro en polvo ● 1 cucharadita de chile en polvo ● 2 cucharadas de biryani masala ● 1 cucharadita de semillas de comino ● 13 chiles verdes frescos● 1/2 cucharadita de cúrcuma ● 1,5 cucharadita de sal ● 4 cucharadas de hojas de cilantro ● 200 g de verduras cortadas ● 13 cucharadas de hojas de menta
Para el arroz: ● 1 cucharadita de semillas de comino ● 1 cucharada de aceite de oliva ● 1 cucharadita de zumo de limón ● 2 cucharadas de sal ● 490 g de arroz basmati
Para el Biryani: ● 3 cucharadas de ghee o aceite de coco ● 1 cucharadita de semillas de comino● 3 cucharadas de anacardos ● 4 semillas de cardamomo ● 3 clavos de olor ● 1 rama de canela● 2 cucharadas de pasta de jengibre ● 20 g de cebolla frita ● 125 g de yogur
Elaboración
- Primero hay que preparar la marinada mezclando todos los ingredientes en un bol y añadiendo después los vegetales cortados en cubos. Dejar reposar una hora en la nevera.
- Mientras tanto, poner a remojo el arroz. En una olla, poner 1,6 litros de agua con las semillas de comino, el aceite de oliva y el zumo de limón. Llevar a ebullición y añadir el arroz escurrido. Cocinar durante cuatro o cinco minutos. Colar el arroz y colocarlo sobre una superficie limpia, esparciéndolo para que se enfríe.
- Entonces, para hacer el Biryani, poner en una olla a fuego medio el ghee. Añadir las semillas de comino, los anacardos, las semillas de cardamomo, la canela y los clavos. Cocinar durante un minuto, aproximadamente. Añadir la pasta de jengibre y saltear unos segundos más. Una vez se hayan ligado todos los sabores, añadirlas en la marinada. Remover. Añadir la mitad de la cebolla frita en finas tiras, medio yogur y un poco de agua y seguir removiendo. Poner la mitad del arroz en una capa.
- No hay que mezclarlo. Añadir el resto de la cebolla y, encima, una segunda capa de arroz. Tapar la olla y dejar hacerse todo durante unos cinco minutos. Tal cual está, ponerlo al baño María y dejarlo terminar durante unos treinta minutos. Servir caliente.