sof a s nchez de betak© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

Sofía Sánchez de Betak: Memorias de África

Su estilo de vida nómada no conoce límites. La empresaria y diseñadora argentina comparte su viaje a Kenia junto a su marido, Alexandre de Betak, y su hija, Sakura. Porque descubrir mundo en familia -y con niños pequeños-es posible. Y maravilloso


Actualizado 17 de mayo de 2021 - 9:57 CEST

Lo de Sofía Sánchez de Betak con África no es flor de un día. El exótico continente la atrae desde hace tiempo, y esta vez quiso hacerlo más especial, si cabe.

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© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

Arriba, porche de Lolldaiga House y, abajo, Sakura, en la piscina del safari lodge Angama Mara, en una divertida escena compartida con una cebra.

“Todos los lugares tienen algo, pero África siempre será África. Hay un romanticismo especial allí, una forma de vida muy pura que te desconecta del resto del mundo. Hace años que voy a Kenia y tengo amigos locales que siempre me ayudan a descubrir lugares. Estuvimos en octubre y lo pasamos tan bien que decidimos regresar para las fiestas. Con esta pandemia, además, hemos visto que los peligros están a la vuelta de la esquina; uno corre más riesgos y pone en peligro a más personas en la ciudad que en la naturaleza. Así que pasar las fiestas en un lugar aislado parecía mucho más seguro”, cuenta la empresaria y diseñadora, que este mes lanza además su primera colección cápsula en colaboración con Mango -de quien es destacada embajadora-, y cuyo estilo de vida cosmopolita, inquieto y abierto al mundo la ha convertido en referente internacional.

“Celebramos el cumpleaños de Sakura en Kenia: un pícnic en un río donde los pastores llevan a sus animales, con jirafas y elefantes a lo lejos. No pudo ser más increíble”
© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

ÁLBUM FAMILIAR. Sofía Sánchez de Betak, Alexandre de Betak y Sakura, en un bonito retrato familiar.

El hecho de que  su hija, Sakura , aún no hubiera cumplido los tres años tampoco fue una limitación. Al contrario. “Creo que una de las cosas más importantes que debemos enseñarle a nuestra hija es la capacidad de adaptación. Exponerla a nuevas experiencias le va a servir para formarse como un ser independiente y curioso. El primer viaje exótico que hicimos fue a Perú y Costa Rica cuando ella tenía solo seis meses. Creo que estos retos solo la pueden fortalecer. Se adapta a nuevos horarios y climas, refuerza sus defensas, se acostumbra a salir de su zona de confort y aprende a comunicarse más allá del idioma o la cultura”.

© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

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Distintas escenas de su aventura en África.

Así que Sofía y Alexandre de Betak se liaron la manta a la cabeza mientras su dedo señalaba nuevamente Kenia en el mapa.

“Todos los lugares tienen algo, pero África siempre será África. Hay un romanticismo especial allí, una forma de vida muy pura que te desconecta del resto del mundo”
© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

PARA EL RECUERDO. Sofía, disfrutando del paradisíaco ambiente que se respira en Mike’s Camp, un mágico lugar ubicado en Kiwayu Island, en la costa keniata.

“Fue fácil organizarlo; pedí consejo a gente que conoce el lugar y alquilamos una casa grande y cómoda -Lolldaiga House-”. Pero en el viaje hubo tiempo para todo: safaris en familia, rutas a caballo, pícnics en la sabana, algún que otro baño con cebras, partidas de backgammon junto a la chimenea y hasta un cumpleaños, el de Sakura. “Cumple a finales de año y siempre lo hemos celebrado viajando: el primero fue en Patagonia; el segundo en Myanmar, donde es una tristeza ver lo que están viviendo ahora, y el tercero aquí. Organizamos un pícnic junto a un río donde los pastores llevan a sus vacas, ovejas y cabras a beber agua. Y a lo lejos veíamos jirafas, elefantes... no pudo ser más increíble”. Ni más inspirador.

“Sakura estaba feliz. Disfrutó de la naturaleza, quedó fascinada con los animales salvajes, dormía siestas en el auto cuando íbamos de safari, le encantó ir de campamento y de ruta a caballo”
© CORTESÍA DE SOFÍA SÁNCHEZ DE BETAK; ANGAMA MARA

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UNA NIÑA EN ÁFRICA. “Los niños se adaptan a todo; no necesitan nada más que a sus padres, mirar por la ventana y respirar aire puro. Y Sakura en Kenia estaba feliz. Disfrutó de la naturaleza, quedó fascinada con los animales salvajes, dormía siestas en el auto cuando íbamos de safari, le encantó ir de campamento y de ruta a caballo... Y adora hacer nuevos amigos”, cuenta su madre.