foto 17© Nathan Dehart

Celia Tejada, días de rancho

La influyente diseñadora -exdirectora creativa de grandes firmas de decoración americanas- nos recibe en su particular rancho en California, al que se escapa siempre que puede para sentirse un poco más cerca del valle cántabro en el que creció


Actualizado 2 de mayo de 2021 - 20:00 CEST

Si tuviésemos que nombrar a la española que más ha influido en el estilo decorativo de los Estados Unidos, esa sin duda sería Celia Tejada. Nacida en el valle de Valderredible, Cantabria, se mudó muy joven -y por amor, como suelen ser estas cosas…- a San Francisco, California. Allí no tardó en destacar por su particular visión de los interiores  y, durante varias décadas, lideró los equipos creativos de los grandes titanes de la decoración americana: RH Restoration Hardware, Pottery Barn y Williams Sonoma. Su corazón, sin embargo, siempre permaneció en el campo, en concreto en el valle que la había visto crecer. Por eso, no paró hasta encontrar una finca en la que poder sentirse en casa cuando no le era posible viajar a España. Y lo encontró en el viejo rancho olvidado que convirtió en  Tejada Ranch , un refugio para todos los suyos en el que incluso elabora su propio vino.

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“La finca está rodeada por más de 80 hectáreas de montañas llenas de vida, con un río y una cascada maravillosa, en las que habitó la Etnia pomo”
© Nathan Dehart

Celia, originaria del valle de Valderredible (Cantabria), recogiendo unas ramas en los alrededores de su rancho en California, Tejada Ranch, donde elabora su propio vino con cepas de tempranillo procedentes de Valladolid.

-¿Cómo encontraste este sitio?

-Fue mi hermano Ibo (que también vive en California). Los dos queríamos tener un ‘pueblo’ cerca de San Francisco donde poder pasar fines de semana con nuestros hijos y revivir nuestra infancia en Valderredible (Cantabria). Ibo me llamó un día diciendo “creo que he encontrado nuestro paraíso en California”, y así era.

“Mi hermano Ibo, que también vive en California, encontró este lugar. Los dos queríamos tener un ‘pueblo’ cerca de San Francisco”
© Nathan Dehart

© Nathan Dehart

El comedor aledaño a la cocina, según Celia, el auténtico corazón del lugar, y debajo, ella y un detalle de otra de las estancias, en las que abunda el arte emergente.

-Parece mucho más que una casa de fin de semana

-Sí, la propiedad está rodeada por más de 80 hectáreas de montañas llenas de vida, con un río y una cascada maravillosa, en las que habitó la etnia pomo. Cuando llegamos, plantamos alrededor del rancho dos hectáreas de viñedos con cepas de tempranillo descendientes de las viñas de Alejandro Pesquera, en Valladolid, y recuperamos los establos, que se estaban cayendo pero tenían todo el encanto del Viejo Oeste americano. La casa era de los años setenta, y la reformé inspirándome en el arquitecto mexicano Luis Barragán, mi favorito.

© Nathan Dehart

© Nathan Dehart

Una casa con personalidad. Arriba, el salón del rancho, protagonizado por un impresionante sofá.

-¿Cuál es tu rincón preferido?

-La gran chimenea exterior, donde me escapo a leer con un café rodeada de alfombras mientras escucho el bullicio de mi gente feliz. Aunque el auténtico corazón de la casa es la cocina-comedor.

© Nathan Dehart

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Cuantos más, mejor. Abajo, Celia con sus dos hijos en el rancho. En el resto de las fotos, dos vistas del dormitorio principal, abuhardillado y con un saloncito integrado.

-¿Qué planes sueles hacer cuando estás en el rancho?

-Pues es el refugio de mi familia y amigos, aquí recargamos las pilas con largos paseos por los viñedos con Lola, la llama; el rebaño de ovejas y Pumba, el medio jabalí que se cree nuestro cerdito… También recogemos huevos frescos del gallinero, cocinamos juntos y convertimos las tardes en noches de interminables tertulias y cine. Mucho cine.

“Recuperé los establos, que tenían todo el encanto del Viejo Oeste americano, y reformé la casa inspirándome en el arquitecto mexicano Luis Barragán, mi preferido”
© Nathan Dehart

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Detalles de algunos de los baños y de un pasillo.

-Este último año, a pesar de haber pasado mucho tiempo aquí, has puesto en marcha varios proyectos nuevos, ¿no?

-Sí, creo que en estos momentos no hay que esperar a que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia. He aprovechado para desarrollar Proyectos con Propósito, entre los que se encuentra la plataforma ArteInmortal y una agencia para la cristalización de empresas con principios. En España, todos mis ideales se aglutinan en Molino de Tejada, mi “nido”; un pequeño hotel que satisface esa necesidad tan visceral estos días de volver al campo y disfrutar de ese tesoro que es el tiempo…

© Nathan Dehart

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Celia paseando junto a su llama Lola y su rebaño de ovejas por la finca que rodea el rancho. Abajo, una caravana vintage que hace las veces de suite para sus invitados.

En versión original

  • Talla XXL: mesas, sofás, arte o estructuras de cama...si quieres darle a tu casa un aire genuinamente americano, apuesta por los grandes tamaños.
  • Aire étnico: desde los atrapasueños y los coloridos textiles del área navaja hasta las cabezas de animales de la frontera con México, Estados Unidos está lleno de ‘recursos’ para el hogar.
  • Natural (o no): la madera al natural convive con los colores más saturados...¡Tendrás que perder el miedo (tan europeo) a esa mezcla!
© Nathan Dehart

© Nathan Dehart

“Aquí recargamos las pilas con largos paseos por los viñedos con Lola, la llama; el rebaño de ovejas, y Pumba, un medio jabalí que se cree nuestro cerdito…”

FotografíaNathan Dehart