A punto de ser madre por segunda vez, Lulú Figueroa disfruta de los últimos momentos de tranquilidad -mientras su teckel, Lora, duerme al sol y su hijo, Ciro, juega a su alrededor- trabajando pincel en mano en el espacio preferido de su hogar: un precioso patio repleto de vida y vegetación.
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Un lugar especial
“Este patio ha sido el sitio en el que más tiempo he pasado durante el último año. Cuando sale el sol aprovechamos para hacer todo tipo de planes fuera. Yo hasta pinto ahí con Lora, mi teckel, siempre a mi lado, ahí, planchada al sol”.
El botánico en casa
“Tengo muchísimas plantas y nunca faltan las flores a mi alrededor, ya sea por el jazmín que estoy deseando que florezca -porque el olor es alucinante…- o porque lo lleno de floreros con ramos por todas partes”.
A mis pies
“Tengo una alfombra que me encanta, de Westwing, que me regaló una prima. Es perfecta para hacer un poco más acogedor el espacio. Los muebles he olvidado dónde los compré, pero son lo más cómodo del mundo”.
Una debilidad
“Me encanta tumbarme en el sofá del patio viendo jugar a Ciro con todas sus cosas repartidas por el suelo y el olor de las flores de fondo”.
Pieza clave
“Una de las cosas más especiales que tengo en el patio es una auténtica mesa de apoyo Campari, en edición limitada, creada por Lucas y Hernández Gil. Me encanta y es perfecta para todos mis utensilios de pintura”.
Algún capricho deco
“Uno de mis últimos descubrimientos han sido unos pequeños jarrones de una tienda que tengo al lado de casa que se llama AUNTY B, que literalmente trae la India a Madrid”.