Estaban destinadas a cruzarse, como los vientos de este lugar que las atrajo por distintas razones y las hizo primero amigas y luego socias en torno a un proyecto con sabor a isla, Lapa Studio. Como buena gallega, Greta Chicheri cuenta que lo primero que sintió por la desértica Fuerteventura “fue una mezcla de rechazo y atracción”. Pero la isla se la ganó y hoy es la principal fuente de inspiración de esta pintora cuya obra se expone ahora en la madrileña galería Utopía Parkway.
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De madre escritora y padre músico, a la finlandesa Julia Puranen también le tiraba lo creativo. Estudió fotografía, pero se le pegó la pasión por el diseño textil de su tía abuela -una de cuyas obras está expuesta en la Casa Blanca-. Al finalizar los estudios se lanzó a los caminos y los alisios la arrastraron a la isla. “No tenía intención de quedarme, pero la isla decidió por mí”. Al norte, en Lajares, es donde montó un taller textil junto a Greta. El resto de amigas acabó recalando allí de forma natural.
Cris Girona lo hizo huyendo del estrés de su Barcelona natal. “Vine a hacer un curso de surf y me enamoré de la isla y de mi monitor”. Acabó formando una familia y varias firmas de accesorios artesanos, a las que en breve se les sumará una de moda en fibras naturales. También para la ilustradora y directora de arte Bili Puig de la Bellacasa fue una sorpresa. La primera vez que estuvo se preguntó por la gente que habitaba aquellos pueblitos. “Hoy vivo al pie de un volcán con mi novio, mi bebé y mi perrita y no concibo la vida de otro modo”. Ninguna de ellas, en realidad. La isla las atrajo y su creatividad las reunió. El de Lapa Studio fue un proyecto que se empezó a gestar delante de un café. “Se trataba de un escaparate para el talento de la isla que albergara a artistas, diseñadores y artesanos. Pero en cuestión de paciencia andamos un poco escasas -bromean-; así que dos cafés más tarde estábamos buscando local”.
“Lapa Studio se empezó a gestar delante de un café; era un escaparate para el talento de la isla que albergara a artistas, diseñadores y artesanos. Pero en cuestión de paciencia andamos escasas y dos cafés más tarde estábamos buscando local”
Lapa Studio se inauguraba en 2018 y el éxito ha sido tal que estrenan tienda online (lapaestudio.es) y en breve firma de ropa. Ahora los días de estas mujeres se dividen entre Lapa, los niños, la playa y el surf, los paseos con los perros y sus respectivos talleres. Pero también tienen tiempo de reunirse. Su lugar favorito, la casa de Greta, inspirada en las tradicionales casas terreras de la zona: blancas, rectangulares y de cubierta plana. “Vengo de Galicia y tenía claro que quería un pequeño oasis. Techos altos, puertas de cristal correderas que dieran luz y continuidad y pérgolas de palos de ágaves (pitas les llaman aquí) que dan un aspecto rústico ”, explica. Todas, además, viven cerca, en el norte de la isla. “Y Greta -aseguran- es la mejor de las anfitrionas. Su casa es un poco como si te adentraras en uno de sus cuadros: cálida, hecha con detalle y mucho cariño”.
“Greta -asegura el resto- es la mejor de las anfitrionas; su casa es un poco como si te adentraras en uno de sus cuadros: cálida, hecha con detalle y mucho cariño”