Tristán Domecq -una de las figuras más destacadas del interiorismo actual pese a su juventud- viste los espacios como un modisto vestiría a su musa: conociéndola primero, entendiéndola después y dándole aquello que verdaderamente necesita para sentirse mejor... y más bella. Por eso sus espacios, siempre elegantes, son también cálidos, dinámicos y desenfadados sin renunciar a esa extraña cualidad que se conoce como atemporalidad. Los proyectos de viviendas que concibe su estudio de interiorismopresumen de lógica interna, materiales nobles, una luz invitadora y un carisma sencillo y efectivo, carente de estridencias; algo que puede decirse también de su propia casa, que predica con el ejemplo. La cocina, en ese sentido, es también una de sus partes predilectas. “Diseñamos las cocinas con el mismo mimo que un vestidor. Nos gusta que se vean bonitas para disfrutarlas igual que después disfrutamos las comidas”. Palabra de experto.
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Un estilo en 5 claves
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Cromatismo neutro
“Nos gustan las paredes en tonos neutros. Los tierras beis o blancos rotos son siempre buena opción”.
Jugar con detalles y texturas
“Elegimos textiles neutros en tapicerías y les damos el toque de color con cojines, arte o mantas. Los linos o tejidos naturales, como el algodón, con algo de textura, siempre son una buena elección”.
El arte de iluminar
“Es de lo más importante; nos gusta jugar con luz indirecta para los lados del sofá, mesillas de noche, y focos de techo que focalicen la luz en puntos concretos”.
A tus pies
“Los suelos son muy importantes. Nuestra seña de identidad es mezclar madera en Punta Hungría o en listones con una colocación especial. También los dibujos que diseñamos para los suelos de piedra en entradas, baños y cocinas”.
Separar espacios
“Lo hacemos con puertas correderas dobles; siempre jugando con materiales nobles, como madera, y traslúcidos, como el cristal, para que den amplitud, pero preserven la intimidad”.