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la asesora de firmas de moda amanda wang© Pierre Regnier

Normandía, guía ‘insider’

Afincada en París, la asesora de firmas de moda, Amanda Wang nos descubre los tesoros que esconde la cercana región costera de Normandía. Un lugar perfecto para desconectar del mundo


21 de marzo de 2021 - 14:27 CET

Amanda Wang se instaló en París, procedente de Taiwán, con el objetivo de vivir de su pasión, la moda, y ocho años después es ya una de las parisinas más cool. Tras trabajar para diversas firmas, hoy está centrada en el lanzamiento de   Crush Collection , pero no por ello deja de sacar tiempo para explorar el país que la enamoró por completo.

la asesora de firmas de moda Amanda Wang© Pierre Regnier
la asesora de firmas de moda Amanda Wang© Pierre Regnier
Aquí, las históricas murallas del monte Saint-Michel. Arriba, Amanda Wang.
“Descubrimos enclaves tan pintorescos como los pueblecitos de Dinard, Giverny, donde vivió Monet, o Villequier, donde muchos escritores se han refugiado desde el siglo XVIII”

En su última escapada de fin de semana, antes de que Francia endureciese las restricciones, Amanda y su novio, el director de arte Pierre Regnier, decidieron recorrer con calma el curso del río Sena hasta llegar a la costa y, una vez allí, descubrir el mágico monte Saint-Michel y los pueblecitos más pintorescos de la región. “Fue un viaje inolvidable. Nosotros lo hicimos en cuatro días, pero se puede hacer en menos tiempo. Queríamos disfrutar de cada rincón sin prisas”, explica ella.

Dulce de Vent de Vanille, Dinard© Pierre Regnier
Uno de los dulces de Vent de Vanille, en Dinard.
Comedor de Maison Plûme, en Villequier© Pierre Regnier
Comedor de Maison Plûme, en Villequier© Pierre Regnier
Imágenes del comedor de Maison Plûme, en Villequier.

En su ruta hubo paradas para comer ostras recién cogidas en Cancale, para disfrutar de los acantilados de Étretat o para dar paseos a caballo en torno al monte Saint-Michel. “También descubrimos enclaves tan pintorescos como Dinard, con una de las mejores pastelerías que he probado, Vent de Vanille, o los históricos Giverny, donde vivió -y pintó sus obras más famosas- Monet, y Villequier, tradicional refugio de escritores desde el siglo XVIII”, resume. Y todo ello acompañado de la mejor gastronomía francesa… ¿Qué más se podría pedir?

Sus direcciones clave


Amanda, disfrutando de las vistas al Sena desde uno de los muchos embarcaderos que pueden verse de camino a su desembocadura.
© Pierre Regnier
Amanda, disfrutando de las vistas al Sena desde uno de los muchos embarcaderos que pueden verse de camino a su desembocadura.

EL HOTEL

Quedé cautivada por el encanto de Maison Plûme, en Villequier, y con el Sena justo enfrente. Siempre está lleno de escritores que se escapan unos días ahí para recuperar la inspiración.

PARA COMER

Manoir de Rétival es un ‘ must’ . Lo lleva el famoso chef alemán David Goerne, que mezcla como nadie el producto local (marisco) con el espíritu más ‘rock & roll’. Es uno de los estrellas Michelin menos convencionales que he probado.

DE VISITA

La Casa de Monet, en Giverny, es imprescindible. Me sorprendió cómo dominaba el uso del color incluso en su casa, ¡pintada siguiendo los preceptos de la colorterapia!.

EL PLAN

Optamos por descubrir el monte Saint-Michel a caballo. Es increíble ver lo que es capaz de hacer el hombre; seas o no religioso, es un monumento -construido a merced de las mareas- que impresiona.

FOTOGRAFÍAPierre Regnier
TEXTOEstefanía Asenjo
LOOK 1prenda de punto de Crush Collection
LOOK 2prenda de punto de Crush Collection