Qué duda cabe, los sevillanos Marcos y Jaime Soto se criaron entre guitarras y artistas. Hijos de José Manuel Soto , escriben y componen sus propias canciones; demuestran un gusto especial por los estribillos melódicos y brillan en esa armonía vocal que se forma cuando sus voces se unen. Desde este mágico lugar que es la finca familiar de La Maloca, en Villa Manrique de la Condesa (Sevilla), nos hablan de su trabajo, sueños y proyectos.
- ¿Cómo nace Mi hermano y yo?
-MARCOS: Después de una lesión de rodilla que le obligó a tomar distancia del terreno de juego, Jaime necesitaba un respiro y volamos juntos a la India . Mágicamente, cuarenta mañanas después ya éramos un dúo.
“Llevamos toda la vida viviendo la música desde dentro, de la composición a los ensayos, los escenarios, los camerinos... y en la sangre también había algo de nacimiento, seguro”
-Ahora sacáis nuevo disco.
-Fuimos a los Alpes franceses a visitar a un amigo en marzo de este insólito 2020 y, en vez de ocho días, nos quedamos dos meses debido a la situación. Allí se gestó este álbum al que llamamos Megève en honor del pueblo que nos acogió.
-¿Hay una historia en cada una de las canciones?
-Las canciones están vivas y tienen alma propia; aunque una canción venga al mundo sin avisar, tendrá su historia.
-¿Componéis los dos?
-Sí, de lo contrario, no disfrutaríamos de este rico equilibrio.
-¿Alguna anécdota respecto al nuevo disco?
-Después de los Alpes fuimos a casa de nuestro querido hermano y maestro Edu, quien, además de acogernos en su refugio de la sierra madrileña, hizo el papel de productor y nos abrió las puertas para grabar como siempre habíamos soñado; el día entero con la cabeza centrada solo en las canciones, ropa cómoda, café y risas, ilusión y complicidad.
-¿Os ha influido vuestro padre, José Manuel Soto, a la hora de dedicaros a la música?
-Claro, llevamos toda la vida viviendo la música desde dentro, de la composición a los ensayos, las furgonetas, la convivencia con los músicos, los escenarios, los camerinos, las cámaras... Y en la sangre también había algo de nacimiento, seguro.
“Después de una lesión de rodilla que le obligó a distanciarse del terreno de juego, Jaime y yo volamos juntos a la India. Mágicamente, cuarenta mañanas después, ya éramos un dúo”
-Vuestros registros de voz son parecidos, ¿vuestras personalidades también?
-Los registros sí; a veces, ni nosotros sabemos quién es quién. Las personalidades, sin embargo, han sido siempre polos opuestos, pero parece que eso, con el paso del tiempo, está cambiando...
-Jaime, cuéntanos sobre tu faceta empresarial en el Club Atlético Central.
-JAIME: Soy presidente de uno de los clubes de fútbol más especiales del mundo; somos una familia, y nos divierte tanto lo que estamos creando que no vemos techo alguno. Dos ascensos en los dos primeros años, y en todo lo demás, ya te digo, somos únicos y especiales. Abónate y compruébalo.
-¿Venís mucho a La Maloca?
-La afición de nuestro padre por los caballos la mantiene mi hermana, nosotros venimos de vez en cuando. Aunque cualquier plan con amigos es perfecto.
-Sois aficionados a la decoración, ¿como vuestra madre?
-M: Me divierte imaginar, me gusta el minimalismo y me atrevo con la arquitectura. Nuestra madre siempre ha diseñado sus casas y mi padre siempre ha tenido buena imaginación a la hora ver una cosa donde no la hay. Creo que la herencia viene de ambos.
-Describís vuestra música como un viaje; ¿cuál es vuestra próxima parada?
-M: África .
-J: Un viaje a Senegal, en mayo o junio, para llevar música, fútbol, mucha alegría y servicios médicos.
-¿Vuestro reto a nivel musical?
-Componer una canción que le guste a todo el mundo.