Descendiente de familias bodegueras, tanto por la rama Domecq como por la de González Byass , lo lógico hubiera sido encontrar a este jerezano con la nariz dentro de una copa, analizando sus matices. Pero, como les ocurrió a otros miembros de su familia, lo que corría por sus venas era arte y, por sus dedos, bronce. A pesar de su corta carrera, Pelayo Domecq ya ha expuesto en distintas ferias y galerías, muchas en Madrid, pero también en ciudades como Londres y Lisboa. Su santo y seña son expresivas piezas llenas de movimiento que rinden homenaje a la naturaleza y a esos toros y caballos que se quedaron grabados en su retina desde niño, y que han acabado cobrando forma gracias a ese don que, cuenta, Dios le ha dado para plasmar con las manos.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
-¿Cuándo sentiste la llamada del arte?
-Soy totalmente autodidacta. Todo surgió a raíz de un trabajo en el colegio que hicimos con plastilina; todo el mundo quedó sorprendido y comencé a modelar. Ese don se afianzó durante mi estancia de estudiante en Madrid. Aquí fundí mi primera escultura en bronce y empecé a tomármelo más en serio. Con el tiempo hice más, distintas tiendas se interesaron y al cabo del mes se acabaron vendiendo. Eso fue lo que realmente me enganchó, ver que mi obra gustaba.
-En tu familia hay más de un artista...
-Partimos de la base de que, antiguamente, en casi todas las familias había artistas, casi todos autodidactas. En mí confluyen dos ramas, tanto por Domecq como por González, que se han entrelazado. Mi abuela es buena pintora y artista y mi abuelo Luis Domecq pintaba sensacional, hacía preciosos dibujos a plumilla, y su hijo Nicolás Domecq es un gran escultor. Dentro de la familia, además, hay primos con los que comparto estas aficiones.
“Antiguamente, en casi todas las familias había artistas autodidactas. Mi abuela es una gran artista, mi abuelo Luis Domecq pintaba sensacional y su hijo Nicolás Domecq es un gran escultor”
“En Madrid fundí mi primera escultura. Luego hice más, distintas tiendas se interesaron y al cabo del mes se vendieron. Eso me enganchó, ver que gustaban”
-¿Qué te dijo tu familia cuando vio que la escultura era algo serio?
-Siempre me han apoyado. Mi madre quiso que me fuese a Estados Unidos a estudiar Bellas Artes. Pero tras terminar la carrera de ADE en España empecé a trabajar y a llevar la escultura en paralelo desde aquí. Muchos me dicen que debería dedicarme a esto plenamente, pero pienso que la vida no está fácil para vivir como un artista. Y creo que, organizándote bien, es una cosa compatible con mi trabajo.
-¿Por qué bronce?
-Mi trabajo principal es modelar la cera para después fundir en bronce a la cera perdida, y el bronce es el material que, al fundirlo, llega al último detalle de mis dedos.
-¿En qué proyectos estás trabajando en la actualidad?
-Trabajo en un regalo personal para S.M. el Rey D. Juan Carlos . Me gustaría demostrarle mi reconocimiento, apoyo y cariño por todo lo que ha hecho por nuestra maravillosa España. En mi humilde opinión, los españoles no hemos sabido valorar su obra. Nos ha garantizado la libertad y la paz durante todo su reinado, teniendo, como he dicho, el mejor país del mundo.
“Me dicen que debería dedicarme a esto plenamente, pero la vida no está fácil para vivir como un artista. Además, cuando te levantas todos los días con ilusión, eres capaz de compaginarlo todo”
-Compaginas el trabajo como asesor agrícola y gestor de fincas con la escultura. ¿Todo un reto?
-Cuando te levantas todos los días con ilusión por trabajar, eres capaz de compaginarlo todo. Yo sabía que no podía ser competitivo trabajando en una oficina, simplemente, porque no me gustaba. He buscado un trabajo que me gustara para compaginarlo con la escultura.
“Esta es la casa de mi abuela, de cuya remodelación se encargaron ella y mi madre. Yo me dedico a la crítica constructiva (risas). Espacios, materiales y luces son importantes para contemplar las esculturas”
-¿Cuál es tu rutina de trabajo?
-Tengo un estudio y un taller en Jerez. Suelo trabajar todas las tardes, y según la inspiración del día me paso a modelar o a preparar las esculturas ya hechas. Cuando estoy trabajando necesito estar solo, no puedo ver gente por el taller. También voy al menos dos veces al mes a Madrid a la fundición.
-¿De qué manera te inspira tu ciudad, Jerez?
-Cuando terminé la carrera me fui a trabajar por un tiempo a Londres con González Byass. Luego regresé para pensar y reflexionar sobre mis planes de futuro. Asentarme en cualquier rincón de España hubiese sido maravilloso, ¡España no tiene desperdicio! Hoy por hoy creo que he tomado una buena decisión al volver a Jerez. Le debemos mucho a esta ciudad, tiene un potencial importante y la provincia es increíble.
-Háblame de esta finca familiar; ¿refleja de alguna manera tu personalidad como artista?
-Es la casa de la finca de mi abuela, cerca de Jerez, actualmente convertida en un pequeño hotel. En cuanto al interiorismo la profesional es mi madre, que lleva toda la vida dedicada a ello y se encargó, junto con mi abuela, de su remodelación y decoración. Yo me dedico a la crítica constructiva (risas). Me gustan la arquitectura y el interiorismo; y creo que los espacios, los materiales y las luces son componentes importantes para contemplar las esculturas.
“Tengo un estudio y un taller en Jerez. Trabajo todas las tardes, según el día modelo o preparo esculturas ya hechas. Cuando estoy trabajando necesito estar solo, no puedo ver gente por el taller”
-¿Cuál es tu rincón favorito?
-¡Junto al fuego de la chimenea!
-¿Con un buen vino de Jerez?
-Por supuesto; un amontillado, sea de la bodega sea. ¡Todos son buenos!