Por primera vez, Elisa Sednaoui- hoy entregada a su fundación, Funtasia - abre las puertas de la casa que su marido, Alex Dellal , empezó a idear para ellos cuando se conocieron. Hoy, con dos hijos en común y una vida a caballo entre Los Ángeles, Italia, Egipto y Brasil, la familia se escapa siempre que puede a Londres para disfrutar de una vivienda que evoca el comienzo de su relación.
Desde el principio de su relación, en el año 2013, Elisa Sednaoui y el que hoy es su marido, Alex Dellal, han sido una de las parejas más discretas del panorama internacional. Atrás quedaron los tiempos en los que ambos copaban portadas. Él, como exnovio de Carlota Casiraghi y personaje clave de la joven sociedad londinense, y ella, como una de las modelos del momento y protegida de Christian Louboutin debido a la amistad que le une a su familia, originaria también de Egipto. Pero ellos querían algo distinto. Se alejaron de los medios para formar una familia , que hoy cuenta con Jack, de 7 años, y Samo, de 3 , y perseguir sus sueños. Alex, tras un tiempo dedicado al arte emergente, dio el salto al sector inmobiliario, donde hoy goza de gran éxito, y Elisa se lanzó sin miedo a lo que siempre había querido: contribuir a la igualdad de oportunidades para todos los jóvenes a través de su propia fundación, Funtasia. Hoy, a pesar de haber cambiado su residencia a Los Ángeles, la pareja continúa volviendo a Londres -entre viaje y viaje, de trabajo o placer- siempre que su agenda lo permite...
“Cuando nos conocimos, Alex acababa de comprar esta casa y no tenía nada que ver con lo que ves ahora… Estaba para tirarla entera y él la reformó por completo”
-Es la primera vez que muestras esta casa tan especial para vosotros, en Londres, ¿verdad?
-¡Sí! Para mí esta casa es un símbolo de amor. Cuando nos conocimos mi marido y yo, él acababa de comprarla y no tenía nada que ver con lo que ves ahora... Estaba para tirarla, y él la reformó por completo para convertirla en nuestro hogar.
-¿Cómo es ahora?
-Está en el centro de Notting Hill, y tiene un jardín muy especial. Dentro, hay guiños a varias corrientes arquitectónicas y detalles en los que veo directamente a mi marido, como el metal de las ventanas, bastante particular, o la madera usada como un ‘efecto’ más dentro de la decoración. Me siento un poco mal hablando yo de la casa porque él te la explicaría muchísimo mejor. Pero creo que en ella hay algo atemporal, muy moderno al mismo tiempo, pero nada frío, como a veces sucede en las viviendas muy contemporáneas. La fachada apenas se tocó, así que, desde fuera, jamás te imaginarías cómo es el interior.
Tenemos muchas obras de cuando mi marido tenía una galería de arte emergente. Hoy, muchos de aquellos jóvenes son artistas muy reconocidos”.
-¿Hay alguna pieza dentro que tenga un significado especial para vosotros?
-Sí, hay varias. Tenemos unos muebles, por ejemplo, que nos encantan, de la firma brasileña Prototype SP. Mi suegra es de allí, así que Alex creció viendo las piezas increíbles que su madre traía de Brasil y quiso homenajearla de este modo, apostando por el nuevo diseño del país.
-También tenéis bastantes obras de arte contemporáneo, ¿verdad?
-Sí. Alex tuvo una galería, hará unos diez años, que representaba a artistas emergentes que ahora se han vuelto bastante reconocidos, y tenemos muchas obras de aquella época. También tenemos algunas cosas de Julian Schnabel, Hiroshi Sugimotoo JR. Mi marido tiene super claro lo que le gusta, pero valora mi opinión y he aprendido a confiar yo misma más en ella. Como es más instintiva, tendía a infravalorarla, pero creo que, a la hora de comprar algo para tu casa, todas las opiniones son igual de lícitas. Es una inversión... pero también tiene que mover algo dentro de ti.
-¿Crees que el confinamiento que vivimos afectó a tu relación con tu casa, como les sucedió a muchos?
-¡Creo que, sobre todo, me ha hecho más escrupulosa con la limpieza! Hemos descubierto un limpiador al vapor que es una maravilla, no lo soltamos. Pero como yo ya trabajaba desde casa, no me supuso tanto cambio como a otra gente. Lo que me ha hecho es vivir más en el presente y apreciar más la suerte que tengo. Y también volcarme aún más en mi fundación.
“Mi hijo Jack participa en las actividades de Funtasia. Siempre tuve claro que todos los niños, independientemente de su situación socioeconómica, necesitan desarrollar ciertas herramientas imprescindibles para la vida”
-Háblame de Funtasia...
-Desde niña supe que quería hacer algo con un fin social. Algo que tuviera que ver con crear conexiones y con las diferentes culturas. Y así nació Funtasia. Su misión es proporcionar a los jóvenes de todo el mundo las herramientas necesarias para convertirse en ciudadanos realizados, sanos y participativos. Lo hacemos a través de la experiencia de profesionales exitosos y creativos, activando programas experienciales en espacios seguros, que refuerzan la educación formal, promueven el autodescubrimiento...
-¿Ha cambiado la COVID las prioridades de la fundación?
-Durante el último año, debido al distanciamiento social, las necesidades de relación, socialización e interacción se han visto muy afectadas. Las relaciones pasaron a ser únicamente digitales y a adquirir una dimensión inexplorada. Eso ha desencadenado estrés, frustración y ansiedad en muchas personas. Para hacer frente a esto, desarrollamos una estrategia digital que ofrece a los niños la posibilidad de tener un lugar digital seguro donde socializar y encontrar contenidos destinados a reforzar competencias transversales y habilidades como la resiliencia y la autoconciencia, hoy más necesarias que nunca...
-He visto que has introducido a tu hijo Jack en las ‘labores’ de Funtasia...
-Sí. Mi convicción desde que la fundé es que todos los niños en el mundo, independientemente de su situación socioeconómica, necesitan trabajar ciertas herramientas, imprescindibles para la vida y para la convivencia. Son cosas que la educación actual no es capaz de asumir y me parece que es responsabilidad de todos formar individuos que prosperen como ciudadanos plenos y participativos. Necesitamos profesores más preparados y programas educativos más contemporáneos. A través de los programas que estamos implementando crearemos oportunidades para que jóvenes de distintos orígenes se reúnan y tengan las mismas oportunidades. Y la COVID nos ha dado la oportunidad de llegar a más gente. Mi hijo y otros niños que conozco tenían la necesidad de conectarse y fue increíble ver cómo, tras probarlo, querían más, preguntaban cuándo seguíamos... Para mí, eso le dio sentido a todo.