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rouje© @rouje

Aprende a respirar: el secreto para liberar estrés y cuidar tus emociones

Una técnica que puedes practicar siempre que los nervios o la ansiedad se apoderen de ti


Actualizado 1 de diciembre de 2020 - 10:13 CET

En una año en el que el estrés y la ansiedad se han convertido en compañeros inseparables de muchas mujeres, prácticas como el yoga y la meditación han ganado más protagonismo que nunca, en un deseo por placar esos sentimientos. Lo mismo sucede con la decoración, centrada ahora en crear hogares sostenibles, relajantes y libres de estrés. Sin embargo, es probable que no encuentres el tiempo necesario cada día para invertir en una sesión de yoga o que meditar bien te resulte demasiado complicado, y aquí es donde la respiración puede convertirse en tu tabla de salvación. 

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Colección de yoga de Mango© @mango

Aprender a respirar bien no solo es bueno para favorecer la oxigenación del cuerpo, sino que tiene la capacidad de reducir el estrés y la ansiedad, conectar con las emociones y manejar mucho mejor la frustración y los sentimientos negativos. Una buena forma de fomentar la positividad al mismo tiempo que reenfocas tu mente y tomas el control de la situación, en lugar de dejarte llevar por las emociones. Y lo mejor es que no necesitas mucho tiempo ni experiencia para llevarlo a cabo. Más concretamente, existe una técnica de respiración mundialmente extendida en la que solo necesitarás invertir unos minutos de tu tiempo.

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Alexandra Pereira con vestido de encaje© @alexandrapereira

La técnica de respiración 4-7-8

Como su propio nombre indica, esta técnica se centra en realizar respiraciones profundas en intervalos de 4, 7 y 8 segundos. Tras soltar el aire y relajar la boca, de tal forma que los labios queden ligeramente separados, ciérrala e inspira suavemente por la nariz durante 4 segundos. A continuación, retén el aire y contén la respiración durante 7 segundos, para después soltar todo el aire por la boca durante 8 segundos. De esta forma, conseguirás equilibrar los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, que suelen descontrolarse cuando respiras aceleradamente.