Hacer una mudanza nunca es tarea fácil. Si te ha tocado vivir la experiencia, seguro que ya lo sabes. Pero, como no es algo que se pueda evitar, especialmente si te gusta moverte por el mundo, vives en un piso de alquier o simplemente sigues buscando la casa de tus sueños, lo mejor es preprarte como es debido. Un objetivo que nuestras redactoras de ¡HOLA! living se han propuesto ayudarte a conseguir en el último número de la revista, donde comparten sus claves para una mudanza feliz. Lo más importante: ser previsora y seguir estos consejos.
Cuanto menos, mejor
“Tanto en cuanto a cosas que conservar y empaquetar, como a la ‘ayuda’ por parte de tu entorno. La cantidad de personas que se acercan a echar una mano acaba siendo inversamente proporcional a su eficacia… y, entre cerveza y cerveza, nadie sabe qué hay en cada caja o, incluso, alguna se queda olvidada (¡¿no la habías cogido tú?!) fuera del camión”.
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La organización es la clave
“Organiza las cajas con sentido. Cuanto más organizadas estén, más fácil será después colocar lo que contienen en su sitio: vajilla, ropa, baño, escritorio… Apuesta por cajas pequeñas para todo lo que no sea textil o accesorios de vestir (más ligero) para evitar que pesen demasiado. Las de los libros son perfectas, pide en tu librería que te las guarden. Y siempre escribe con un rotulador gordo lo que contienen”.
Mide bien (¡y confirma!) los plazos
“Te puedes llevar un disgusto, y más aún en este año, en el que las producciones han permanecido meses suspendidas. En lo esencial -cama, sofá, mesa...-, asegúrate siempre con el vendedor de cuándo vas a recibir el pedido y, si puedes, elige la opción ‘recibe primero, paga después’. En algunos casos (por experiencia personal), aligera un poco la entrega”.
Cables por doquier
“Entre Internet, la televisión, las lámparas y otros aparatos, es probable que termines con un tremendo amasijo de cables. Intenta sustituir todos los posibles por alguno más corto (los de la antena suelen ser muy largos, pero los hay cortos) y agrúpalos con bridas o anclajes específicos detrás de los muebles”.
La ferretería del barrio: tu nueva aliada
"Desconocía la existencia de un sinfín de útiles de lo más prácticos: almohadillas para que los muebles no rocen y puedan moverse mejor; cuelgafáciles y cinta superadhesiva para cuadros y espejos; ganchos para ‘anclar’ la escoba en el armario…”.
Asegúrate de tener el movil con sonido
“Y mejor aún: colgado de ti con una funda que te permita tenerlo siempre contigo sin necesidad de sujetarlo. El sonido es importante porque, entre tanta caja y tanto caos, es más que probable que lo extravíes en más de una ocasión. Y seguro que lo necesitarás”.
Aliviar tensiones
“¿Te mudas con tu pareja? Es probable que surja algún roce, así que ten preparado algún as en la manga. Por ejemplo, un masaje descontracturante para dos cuando termine el lío… Y todo lo que sea especialmente importante para ti llévalo tú misma a la nueva casa el día anterior”.
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Cada detalle cuenta
“Un error muy común que puede darte un buen susto es no tener en cuenta el tono de los suelos y puertas de la casa a la hora de elegir los muebles. Sobre todo porque estos suelen encargarse antes de llegar a la casa y, sinceramente, ¿quién se acuerda del tono exacto del marco de las puertas? Por eso es importante fotografiar cada detalle”.
Plantas, la apuesta segura
“Si un rincón se ve ‘desangelado’ o falta algún mueble por llegar, la solución es fácil y rápida: plantas. Y si son altas o puedes jugar con grupos de ellas a distintos niveles -colocándolas sobre un taburete o, incluso, una torre de libros-, mejor”.
La importancia de los olores
“¿Aún no lo sientes como ‘tu hogar’? Nada que unas velas o un espray de olor que te guste no puedan arreglar. Hay que quitar el olor a nuevo (o a cerrado) y que todo comience a impregnarse de uno que te resulte agradable y familiar. Compra unas flores frescas, pon un bol con manzanas y naranjas pinchadas con clavos de especia… En poco tiempo, te sentirás en casa”.