,type=downsize)
Construida por la marquesa de Argüelles en 1905, en sintonía con el estilo normando de los balnearios de Biarritz, Deauville y Bath, la casa asturiana de Lorenzo Castillo y su marido, Alfonso Fernández Reyero, se convirtió hace cinco años en ese refugio al que acuden cuando necesitan desconectar o ver a la familia. Una vivienda ubicada en Ribadesella que el interiorista acaba de redecorar. "Decidí que quería darle un aire más fresco, más joven y, en el fondo, más veraniego a la casa", nos explica Lorenzo en el último número de ¡HOLA! living, en el que visitamos la vivienda al completo.
"Los cambios fueron puramente decorativos, estructuralmente apenas separé el salón de la biblioteca". Y es que, según él mismo nos explica, para redecorar no es necesario incurrir en cambios estructurales, sino más bien invertir en cuatro puntos clave capaces de transformar por completo tu hogar.
© Pipi Hormaechea- Lee también: Leah de Wavrin nos cuenta cómo decorar una casa de campo con mucho encanto
Invertir en pintura y papel pintado
“Lo más fácil, rápido y económico para cambiar una casa es recurrir a pintura y papeles pintados. Solo cambiando el color de puertas y ventanas, mezclando incluso un color con un blanco roto o dos tonos armónicos, como el verde y el azul, nos dará un aire nuevo. Y si a esto le añadimos un papel pintado en la pared, aún mejor”.
La gama de colores ideal
“Para darle un aire más fresco a la casa, apuesta por tonos fríos en la carpintería combinados con papeles pintados en tonos cálidos -ocres, corales, marsala…-, con estampados vegetales o de rayas”.
© @lorenzocastillofeJuego de luces
“La iluminación es clave; tiene el poder de cambiar todo el conjunto. Busca lámparas de sobremesa y de pie con pantallas de tela lisa en tonos crudos o intensos, o más atrevidas, con estampados, que dan un aire muy sofisticado. Aparte, coloca algún espejo frente a las ventanas, para que la luz ‘se cuele’ en el interior”.
La importancia del textil
“Si el presupuesto es más alto, yo retapizaría sofás y butacas. Pero si no, lo mejor es hacer fundas de telas indias o linos
con mucha textura y caída, o añadir grandes almohadones antiguos y alfombras desgastadas a los pies”.
