La difícil situación que nos ha tocado vivir en los últimos meses, así como vernos obligadas a permanecer en nuestro hogar, en el que hemos tenido que instalar incluso nuestro centro de trabajo, nos llevó a buscar alternativas para combatir el estrés y la ansiedad. Es así como aprendimos a convertir cada rutina en un momento único e incluso encontrar en los sonidos que nos rodean una forma de escapar del estrés del día a día. Y, aunque aún quedan unos meses difíciles por afrontar, las semanas que hemos pasado encerradas en casa nos han ayudado a aprender una lección muy importante, que sin duda va a cambiar por completo nuestra forma de ver la vida: disfrutar de cada momento como si fuera el último.
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Un mantra que en la cultura japonesa tiene nombre propio, Ichigo-Ichie. En línea con el Gaman, la filosofía asiática con la que vas a aprender a enfrentar mucho mejor los problemas, y el Jin Shin Jyutsu, una ténica muy sencilla proveniente de Japón que promete con eliminar el estrés a través de un masaje de manos, este nuevo descubrimiento es una de las claves que te van a ayudar a afrontar la nueva normalidad.
Al igual que hicieran con su libro Ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz, Francesc Miralles y Héctor García estudian este concepto en su nueva obra Ichigo-Ichie. Haz de cada instante algo único. Un término que tiene su origen en la ceremonia del té japonesa, en la que el maestro requiere la atención plena de sus alumnos con el objetivo de disfrutar y experimentar ese momento a través de los cinco sentidos: el sabor del té, su aroma, la belleza y el tacto de los utensilios empleados para servirlo, así como todos y cada uno de los sonidos que les rodean.
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El objetivo de esta tradición es muy simple: disfrutar cada instante como una oportunidad única. Pero no debemos confundirlo con el más extendido Carpe Diem, ya que presentan una diferencia esencial. Mientras que este último concepto hace referencia a disfrutar del momento como si fuera el último, dejándonos arrastrar por nuestros deseos más locos y primarios, el Ichigo-Ichie tiene un componente de mindfulness que te anima a disfrutar conscientemente de cada cosa que hagas, incluso las tareas más rutinarias de tu día.
Por ejemplo, preparar la comida o tender la ropa en tu terraza, bañada por los rayos del sol, con el olor a limpio inundándolo todo, pueden convertirse en verdaderos placeres. El objetivo final es recordar cada momento de nuestra vida como una oportunidad única que aprovechaste y exprimiste al máximo.