"¿Sabías que la piel responde a un conflicto por separación? ¿O que una dermatitis es la fase de resolución de un problema?". Asi nos introduce Gisella Gil, naturópata y fundadora de The Emotions Lab, el concepto de cosmética emocional, el cual analizamos en el último número de ¡HOLA! living con la ayuda de los mejores expertos en la materia. Y es que el mundo de la belleza avanza a pasos agigantados. Y no, no nos referimos únicamente a todas esas herramientas inteligentes que elevan la tarea de cuidarse a otro nivel, sino aspectos más elementales como el beneficio emocional que nos aportan los diferentes cosméticos y su reflejo sobre la piel.
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Esta misma es la base de la cosmética emocional, un concepto que Bella Hurtado, de Aromatherapy Associates, nos ejemplifica a la perfección: "Lady Di tenía un truco para sobreponerse a la timidez que la caracterizaba; se ponía unas gotitas de Revive Evening Bath & Shower Oil de Aromatherapy Associates y así la vencía". Precisamente, esta misma marca estudió, décadas atrás, la forma en que los aceites esenciales influían sobre determinados mecanismos del cerebro, logrando así un efecto sobre el estado anímico de cada persona.
No obstante, ha sido The Emotions Lab quien ha terminado por convertirse en la primera marca española que trabaja 100% la cosmética emocional con marca registrada, con el objetivo de conectar "con el lenguaje de la piel, desbloqueando a nivel emocional lo que está estancado".
Es por ello que trabajan con formulaciones centradas en los aceites esenciales y vegetales, activos naturales con hidrolatos y flores de Bach, y una novedosa herramienta: un mapa facial de las emociones. Con él, tratan de determinar de qué manera influye cada emoción sobre nuestro rostro para conseguir así no solo un cuidado externo, sino velar también por la felicidad de la piel.