Si los ojos son el espejo del alma, se puede decir que un hogar es el reflejo de la mente. En la búsqueda del mindfulness, el estado de conciencia del presente, es habitual centrarse en la alimentación, a través de una dieta variada que atienda a las necesidades de nuestro cuerpo para sentirnos bien, y en las acciones de la rutina, implementando en el día a día una serie de hábitos que ayudan a nuestro bienestar mental. Sin embargo, lo que no resulta, a priori, tan evidente es que ese estado de calma y conexión con el presente se puede alcanzar en el hogar.
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En medio del caos y frenesí de cualquier agenda actual, tu casa tiene que cumplir la función de oasis. Un lugar que transmita paz, no solo gracias a la disposición de los muebles, la paleta cromática o la presencia de plantas a modo de decoración, sino por medio de pequeños actos que se realizan en el hogar para que el entorno más privado tenga un impacto positivo en el bienestar de cada uno. Asegúrate de cumplir estas sencillas tareas y notarás cómo tu mente se relaja automáticamente.
Haz la cama
Algo tan sencillo y rutinario como hacer la cama al levantarse puede parecer irrelevante a la hora de alcanzar el estado de mindfulness, pero nada más lejos de la realidad. Además de contribuir a que el dormitorio parezca más limpio y ordenado, hacer la cama es un pequeño ritual que ayuda a empezar el día 'con buen pie'. ¿Lo mejor? La sensación de meterse en una cama hecha al acostarse. Tu cuerpo y tu mente lo agradecerán.
Pon una alarma para cada tarea
Muchas veces nos enfrentamos a una lista tan larga de cosas que hacer en casa que, inevitablemente, intentamos abarcar mucho y no completamos de manera eficiente nada. En ese intento por ordenar nuestra mente, la opción más eficaz es centrar la atención en una única tarea. Pon una alarma con el tiempo aproximado de lo que crees que te llevará ese proceso de ordenar el armario, esa limpieza del baño o esa reorganización de la estantería y no hagas otra cosa hasta que suene la alarma. Te sorprenderá lo que eres capaz de conseguir cuando tu esfuerzo no se divide.
La importancia del olor
Una manera de convertir tu hogar en un entorno de relax instantáneo es apostar por la aromaterapia. La fragancia que desprenden los aceites esenciales, desde el revitalizante eucalipto hasta el efecto calmante de la lavanda, es decisiva a la hora de crear un determinado ambiente en una estancia. Sin requerir demasiado tiempo ni esfuerzo, invertir en un difusor -o en las tradicionales velas- contribuirá a que las tareas del hogar, o simplemente el mero hecho de estar en casa, sea toda una experiencia de desconexión.
Espacios minimalistas
Además de la importancia de no recargar un hogar con decoración excesiva, que tiende a agobiar en vez de contribuir a la atención en el momento presente, es esencial mantener las estancias ordenadas. Una casa organizada y ordenada refleja una mente ordenada, por tanto, intenta -en la medida de lo posible- mantener libre la entrada y los pasillos y la habitación en la que pases más tiempo. Si visualmente tu hogar está despejado, es mucho más fácil que tu mente también lo esté.
Guíate por la luz natural
Algo tan simple como sincronizar tu horario al máximo con el itinerario que sigue la luz natural cada día es de las maneras más naturales de vivir conectado al presente. Levantarse excesivamente tarde o acostarse cuando ya han pasado varias horas desde el anochecer afecta directamente a nuestra energía. Por eso, busca la coherencia entre lo que la luz y la oscuridad indican y tu agenda diaria, de manera que cuando atardezca y se acerque la noche desconectes de todo aquello que te mantiene activo como los aparatos electrónicos para prepararte mental -y físicamente- para el descanso.