El movimiento slow nació el 9 de diciembre de 1989 de la mano del activista italiano Carlo Petrini, a raíz de su protesta por la apertura de un restaurante de comida rápida de McDonald's en Roma. Una tendencia que defiende las tradiciones gastronómicas locales, la agricultura ecológica, la compra de forma ética y responsable, así como la práctica del slow eating, que consiste en comer despacio disfrutando de la compañía. Poco a poco, esta tendencia ha ido englobando otros aspectos del día a día tales como la moda, el diseño de interiores, el deporte, las escapadas...Incluso dio lugar a una corriente conocida como Cittaslow, que busca mejorar la calidad de vida en las ciudades mediante la protección de las construcciones y el entorno natural, así como su personalidad única.
Un estilo de vida que contrasta con el caos, el tráfico, los ruidos y la gente corriendo por las calles que te encuentras cuando viajas a Italia pero que, al mismo tiempo, se respira en la actitud de sus habitantes, sus calles, sus comercios, sus casas y en cada pequeño rincón. Pero, para apuntarte a la tendencia slow y decir adiós al estrés no necesitas mudarte a la cuna de la pasta, solo tienes que aplicar los trucos clave de las italianas en tu día a día.
Cocina sencilla con productos de calidad
Di adiós a los toques extravagantes, las especias y los añadidos. La cultura gastronómica italiana defiende la sencillez por encima de todo, con ingredientes locales, frescos y estacionales cocinados al estilo tradicional. También ponen especial atención en la calidad de los productos. Aunque resulte muy complicado con la cantidad de procesados que se consumen hoy en día, trata de investigar la procedencia de los alimentos que consumes o, como alternativa, cultívalos tú misma.
Convierte cada comida en una actividad social
Aunque en otros países haya recibido diferentes nombres como mindful eating o slow fooding, lo cierto es que en Italia, disfrutar del momento de la comida o la cena en compañía de amigos y familia es una costumbre de lo más natural. Una necesidad fisiológica que han sido capaces de transformar y convertir en uno de sus pasatiempos más apreciados.
La familia por encima de todo
Más allá de los conflictos y los roces, en Italia se da una gran importancia a la familia. Mantener una buena relación con tus parientes así como practicar las interacciones sociales te ayudarán a ser más feliz. Sí, así de sencillo. Y es que, las comunidades cuyos habitantes cuentan con una mayor cercanía y conexión emocional, y disfrutan de momentos de relajación con sus seres queridos, presentan niveles de estrés más bajos y un estilo de vida mucho más saludable.
Tómate tu tiempo
Uno de los aspectos más importantes del estilo de vida italiano es la forma en que, valga la redundancia, viven su vida. Respetan sin excepción los momentos de descanso como la hora de la comida o el momento de la siesta y no dan tanta importancia a aspectos como llegar puntuales. Una filosofía que puede sonar rara e incluso resultar incómoda pero que entenderás en cuanto empieces a practicarla.
Convierte los paseos en tu nueva afición
En tu pueblo, el campo, la ciudad, durante tus vacaciones...el lugar no importa tanto como la experiencia. Caminar con tus amigos de un punto de la ciudad a otro, dar un paseo con tu familia después de la cena, incluir los paseos en tu rutina de ejercicio o simplemente disfrutar del aire fresco puede ser la mejor forma de empezar o terminar el día.
Disfruta de los pequeños detalles
Si tienes la suerte de visitar Italia, fíjate bien en las costumbres de sus habitantes. Seguramente verás a muchas personas que sacan las sillas a la calle y se sientan en la puerta de su casa, solo para charlar y ver pasar a la gente. Una forma de disfrutar del presente sin secretos, gastos ni rutinas elaboradas. Simplemente parar y convertir la cosa más simple en el momento más especial del día.