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A día de hoy tenemos varias cosas claras en cuanto al cuidado del medio ambiente, y las más evidentes son que nos encontramos ante una crisis climática sin precedentes en la historia y que nuestra implicación individual es decisiva si queremos revertir esta situación. El papel que jugamos es el de consumidores responsables, y poco a poco hemos aprendido a reducir el consumo de plástico de un solo uso, a separar y reciclar basuras, a controlar el consumo de agua o a elegir moda sostenible. Ahora también comenzamos a prestar más atención a lo que comemos en todos los aspectos, ya no solo para cuidar nuestra salud, sino también la del planeta. Si en los últimos años la dieta vegetariana y el veganismo han ido ganando adeptos (muchos famosos, Beyoncé entre ellos) preocupados por estas dos cuestiones. La cosa ya se ha puesto más seria y empieza a imponerse un nueva tendencia alimentaria: la climatariana o climariana.
El objetivo: revertir el cambio climático
Los climatarianos o climarianos priorizan a la hora de comer aquellos alimentos que causen un impacto menor sobre el medio ambiente, y lo hacen eligiendo productos que no aumenten el calentamiento global o incrementen el efecto invernadero. Para ello no basta con elegir productos de origen ecológico, también hay que prestar atención a la distribución de los mismos y a su forma de consumo.
De hecho, el término climatariano (o climariano), que a día de hoy se recoge en el diccionario de Cambridge (climatarian) incluye a aquellas personas que cuidan de manera consciente del medio ambiente cuidando los hábitos de su vida cotidianos para reducir su huella de carbono. Una forma de hacerlo es, como decíamos antes, reduciendo el consumo de plástico que es precisamente de lo que más nos encontramos a la hora de hacer la compra.
¿Cómo se alimenta un climatariano?
Un climatariano es un consumidor concienciado que sabe que no basta con reducir o eliminar de la dieta la carne o evitar el uso indiscriminado de plásticos. Hay que prestar atención en la elección de los alimentos y procurar elegir aquellos cuya producción sea local. Además, es preferible que su producción no implique un proceso que genere un exceso de gases invernadero: verduras, frutas o granos siempre han de predominar en la lista de la compra de cualquier climatariano.
Del mismo modo, las carnes han de ser frescas y, a ser posible, que no produzcan de rumiantes. La mejor opción aves y cerdo, además de los pescados. En cualquier caso, un climatariano tiende a reducir el consumo de proteína animal, aunque no lo elimine, ya que esta es una forma de evitar el exceso de producción de carne en todo el planeta.
También es muy importante evitar el sobreconsumo, algo que un climatariano tiene muy en cuenta. De hecho, la ONU ha señalado esta tendencia a comprar más de lo que necesitamos como un gran problema, ya que termina en la basura hasta el 30% de la comida que actualmente se produce en el planeta. Como ves no se trata tanto de poner el foco en la salud, aunque sea una alimentación ideal para cuidarnos, sino de una tendencia alimentaria que antepone el cuidado del mundo en que vivimos por encima de todo.