“Una finca de gran belleza, quizá única en la Costa mediterránea”. Así definió el cantante su ‘refugio’ personal en la localidad malagueña de Ojén. A tan solo diez kilómetros de Puerto Banús, las 400 hectáreas de terreno albergan una propiedad principal, dos edificaciones para invitados, varias piscinas distintas e incluso un helipuerto. Entre las estancias importantes se encuentra una sala de grabación, un salón de juegos y una bodega, aparte de siete habitaciones y un total de ocho baños. Sin embargo, la debilidad de Julio siempre han sido sus árboles centenarios, sus jardines, sus huertos… toda la naturaleza que conforma la finca. Fiel defensor de la tierra, el cantante tuvo que hacer frente a un duro golpe el 30 de agosto de 2012. Aquel día un terrible incendio se llevó por delante parte de su querida Cuatro Lunas y con ello, una parte del corazón de Julio, de Miranda y de sus hijos. Recordamos el reportaje en el que ¡HOLA! habló con el cantante de cómo era su casa y el gran significado que tenía para él.
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El incendio del 30 de agosto de 2012
Desde Coín a Monda, pasando por Mijas, Alhaurín el Grande y Ojén, las cenizas cubrieron más de 8000 hectáreas. “Al ver las fotografías de los árboles y la tierra calcinada, siento profundamente el dolor de la pérdida de algo muy querido, la tierra y nuestro perro ‘Chaplin’, compañero de mis hijos”, explicaba el artista en un manifiesto cuando le llegó la noticia más triste de su vida. “Cada árbol quemado es como un trozo de nuestras almas arrebatado por una mano criminal”. Julio había plantado con sus manos muchas de las especies de la finca -algunas de ellas, foráneas-. Desde longevos alcornoques a encinas grandes, esbeltos cipreses, enormes pinos… “Sembré hierva donde había peñascos. Hice crecer hortalizas y frutales donde había vegetación salvaje”. Esta tragedia consternó al artista y lo motivo a la creación de un libro con imágenes de los rincones más bellos de la finca antes de ser calcinados como recuerdo para enseñar la que “era y es la culminación de mis sueños” a sus seres queridos y amigos.
“Sumo mi voz de protesta a quienes se indignan ante la impunidad de los incendiarios o no entienden la ineficacia de las políticas de prevención”. Julio no solo había previsto este horrible suceso, sino que había propuesto un plan de reurbanización de la zona para crear un espacio -al estilo Beverly Hills- con el que se cuidase y respetase el entorno natural con la idea de crear uno de los lugares más importantes del Mediterráneo. No obstante, su proyecto fue rechazado y, aun así, él construyó sus propios cortafuegos. Algo que hizo que, cuando sucedió lo peor, las estancias principales de su refugio se salvasen de las llamas y “una parte de los jardines está intacta porque yo entendí que la única manera de salvar el monte era creando Naturaleza alrededor”. Además, el fuego no consiguió alcanzar la capilla donde el cantante y Miranda celebraron su boda, ni el colegio de los niños -donde la bandera de España que había alzada permaneció intacta-.
Su familia estuvo llorando dos días enteros tras la noticia. “Yo estaba en Punta Cana, pero estaba en contacto permanente con la gente que trabaja en la finca. Y sí, fue muy angustioso porque salieron muy tarde de la casa, tan solo cinco minutos antes de que llegara el fuego… pero podría haber sido una desgracia más grande”, relataba el artista en una entrevista muy personal para esta revista. A pesar de todo, Julio nunca tiró la toalla. Él sabía que todo volvería a estar como antes: “En un par de años, esa finca volverá a estar perfecta”. Lo que preocupaba en aquel momento era devolverle a la tierra su esplendor robado, solidarizarse con todas aquellas personas que lo habían perdido todo en los numerosos incendios de ese verano de 2012 y hacer justicia a nivel nacional.
“Yo estoy enamorado de mi país”
Julio es un amante de España y “de sus bellos montes y valles de secano”. “Busqué en mi país una zona con clima templado, y allí -en Marbella- hay un clima privilegiado”, por eso eligió este terreno para “tener allí mi refugio y el de mi familia”. De todas las casas que tiene, este maravilloso cortijo de estilo andaluz de la Costa del Sol es el hogar favorito de Miranda y de sus hijas gemelas, Victoria y Cristina.
Su mujer pasa larga temporadas en verano bajo el sol de Marbella. Ella fue -junto al cantante- la decoradora principal de las ‘Cuatro Lunas’. Desde sus paredes con estucado y en colores cálidos, maderas, muebles de Bali combinados con sofás blancos y muchas plantas; todo ello formaba parte del gusto exquisito y la elegancia del feliz matrimonio. Por su parte, sus hijas disfrutan del exterior de la casa que cuenta con un bosque de alcornoques centenarios, tres piscinas -entre ellas la infinity pool que se funde con el mar Mediterráneo, un huerto orgánico y cuatro millas de caminos privados para practicar senderismo.
Actualmente, las gemelas acaban de aterrizar en la Costa del Sol. Allí, en su casa de Ojén, en Cuatro Lunas, disfrutan de una gran variedad de actividades al aire libre, como la hípica. Y es que la joven Victoria, que cumplió 23 años el pasado mes de mayo, ya ha salido a galopar por las más de 400 hectáreas que tiene la finca y por la serranía de Málaga a lomos de un ejemplar negro y escoltada por uno de sus perritos ‘Luke’ -como hemos visto en las páginas del último número de ¡HOLA!-. Tanto ella como su hermana Cristina son expertas amazonas, y gozan de los privilegios de esta tierra, y también de las propuestas que ofrece la ciudad de Marbella: desde su oferta gastronómica en Puerto Banús hasta las noches de conciertos del Festival Starlite.