Tras el testimonio de su hijo, Ángel Cristo Jr, y la muerte de hermano, Salvador, Bárbara Rey vive su semana más complicada. Totalmente devastada, la artista se encuentra en el punto de mira tras ser señalada por su hijo como ‘el verdadero problema de su familia’. Atrás quedaron los años de tranquilidad y unión entre ellos: ya no hay mensajes cifrados ni frases encriptadas. En el año 2005, Bárbara y su primogénito posaron, en exclusiva para ¡HOLA!, en Boston, donde él estudiaba producción musical. Nada ni nadie hacía presagiar que la relación entre madre e hijo iba a estar en la cuerda floja.
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Paseando por las inmediaciones del Capitolio, este viaje fue muy especial para ambos. Ángel Cristo Jr cumplía 24 años, y su madre disfrutaba junto a él de este día tan especial. “Mi hijo está muy centrado en sus estudios de producción musical. Feliz y contento, y muy mayor, incluso ha crecido. Está más hombre”, contaba la artista, muy orgullosa, en nuestras páginas.
Siempre han existido las ‘dos Bárbaras’: la madre coraje y protectora, para la que más importante ha sido el amor que daba a sus hijos, mujer vulnerable y que tenía el corazón lleno de tiritas; y por otro lado, la Bárbara artista, que, cuando se ponía delante de los focos, hablaba sin tapujos de sus problemas y todas las injusticias que ha tenido a lo largo de su vida. “Cuando estoy sin trabajar me deprimo, me pongo muy triste. Soy una trabajadora nata y lo necesito para vivir. Si no quisiera trabajar me podría dedicar a vivir del cuento, pero para mí es imprescindible, por lo que me repercute económica y anímicamente”, expresaba.
El circo
Por otro lado, el circo llegó a ser su ‘salvación’ y en 2005 tenía pensado volver. “Sí, volveré al circo en el que yo me sienta feliz, en el que pueda decir lo que quiera, en el que me sienta a gusto… Este es otro circo diferente al del pasado, que tuvo sus momentos muy bonitos…, y otros menos”. Finalmente, no fue así: ella quiso emprender esta aventura con sus hijos, y si no era junto a ellos, no le merecía la pena volver. De su matrimonio con Ángel Cristo, el primogénito de ambos confesó que no tenía “recuerdos bonitos” cuando trabajó con sus padres en el circo. “A los 5 años me ponen a trabajar con los elefantes. Cuando eres un niño, todo es un juego. Más tarde te das cuenta de la irresponsabilidad de tus padres”, explicaba Ángel Cristo Jr. en el programa de Telecinco ¡De viernes!
‘Siempre hay sitio para el amor’
En su vida personal, Bárbara Rey siempre ha sido frágil y, aunque reconoció que siempre ha estado abierta al amor, era el motivo “por el que más he sufrido”. Propio de la sinceridad que siempre la ha caracterizado, confesaba: “no creo que encuentre nunca al amor de mi vida”. “Tengo una predisposición muy buena para el amor, pero un amor completamente distinto. La vida tiene etapas y cambia. Yo siento que puedo amar, pero a alguien que me respete, que me quiera, que sepa aceptar mi profesión y los problemas que pueda tener”.
Además, Bárbara se definía como “una persona muy tolerante, muy comprensiva”, con una capacidad de perdón enorme. Y añadía: “Acepto incluso que un hombre me pueda engañar. Lo acepto y lo perdono siempre que esa persona me quiera, aunque prefiero que no sea así. Soy muy fiel por naturaleza, pero muy infiel en lo que se refiere a mi libertad”. Por otra parte, le preguntamos quién había sido el hombre de su vida y la actriz contestaba: “No he encontrado al hombre de mi vida. Si lo hubiera encontrado, estaría conmigo”.
‘No soy feliz’
Todo lo que ha conseguido Bárbara Rey ha sido gracias a su esfuerzo, cuando con dieciocho años salió de su pueblo con ocho mil pesetas. “Lo que me he ganado ha sido a pulso y nunca he pasado por ningún aro”. Durante esta entrevista, miró hacia atrás para hacer un balance sobre su intensa vida, y reconocía “no soy feliz”. “Tengo momentos de felicidad, tengo un gran sentido del humor. Es mi forma de agradar a los demás. Hay muchas cosas que me provocan infelicidad, como no ser reconocida profesionalmente como creo que debería serlo”.
La actriz siempre pensó que no tenía el trabajo que debería tener, por ser una de las artistas de su década que merecen tener un lugar, pues ella ha ocupado un lugar notorio en nuestra historia del espectáculo. Pero, ¿cambiaría algo de su vida? “Cambiaría cosas de mi vida, aunque en otros momentos he dicho todo lo contrario. Hay cosas que no habría hecho o que habría hecho de una forma más inteligente, más sibilina. Hubiese preferido que mis hijos hubieran nacido de un matrimonio feliz donde nunca hubiera faltado un padre, donde hubiese habido compenetración y apoyo”.
“Habría cosas que no hubiera dejado pasar por alto, cosas que no habría abandonado por casarme, no habría dejado que me perjudicaran profesionalmente como lo han hecho… porque mi trabajo es sagrado”, apuntaba. Ella, que siempre se ha presentado al mundo como una madre coraje, y ahora ve como su ‘mundo’ se tambalea.