“Ahora mismo me siento Juana la Loca. Sí, vi la película con él en una de esas pausas que tuvimos entre tanta discusión. Y me vi reflejada en la locura por amor. Me he visto loca. Más loca, desquiciada, descentrada. Y tengo que superarlo, que tengo que aceptar las cosas como están”. Así anunciaba María Jiménez en ¡HOLA!, hace más de dos décadas, su separación definitiva de Pepe Sancho. La cantante confesaba a nuestra revista, con la naturalidad que siempre la ha caracterizado, que su matrimonio con el actor se había roto “por agotamiento”. Cansados de poner parches a una relación que se resquebrajaba (“empecé a ver que mi matrimonio se me iba, se me tambaleaba”), de mutuo acuerdo, decidieron que aquello se había acabado, que lo mejor era cortar por lo sano.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
El pasado jueves, 7 de septiembre, una de las grandes voces de nuestro país se apagó para siempre, con 73 años a sus espaldas e innumerables triunfos por los que sin duda será recordada eternamente en la historia del arte español. La cantante y actriz sevillana falleció en su hogar natal, en el barrio de Triana, donde siempre fue feliz, rodeada de sus seres queridos. A lo largo de estas líneas, recordamos uno de los momentos más complicados y dolorosos que vivió María Jiménez, pero del que, como mujer fuerte, indomable y valiente, salió reforzada: su separación con Pepe Sancho.
“No pudo ser y me consta que lo hemos intentado de todas las formas posibles”, aseguraba, por su parte, el intérprete. Mientras María desgranaba los motivos de la ruptura a nuestro periodista José Antonio Olivar; Pepe lo hacía con Tico Chao, abriéndonos, además, las puertas del apartamento al que se había trasladado tras dejar la casa donde había vivido, hasta entonces, con la artista.
María y Pepe habían puesto punto y final a su convulsa y apasionada historia de amor, después de más de veinte años juntos, dos bodas, una separación (en 1984 rompieron su matrimonio y más tarde la trágica muerte de Rocío, la hija de María, los volvió a unir) y constantes rumores de infidelidad por parte del actor (que él negó en esta entrevista). Su relación había llegado a su fin, pero otro enfrentamiento estaba a punto de comenzar, cuando María ya no sólo acusó al que había sido su marido de ‘deslealtad’, sino también de maltrato.
‘Fue un flechazo, pero después fueron 20 puñaladas’
Eran los artistas del momento. A finales de los 70, mientras María Jiménez revolucionaba los escenarios con su inconfundible voz rasgada y su arrolladora fuerza, media España suspiraba por ‘El estudiante’ de la exitosa serie Curro Jiménez, el personaje que catapultó a la fama a Pepe Sancho.
El instante que sus caminos se cruzaron en un restaurante madrileño, fue “un flechazo, pero después fueron veinte puñaladas”, como ella misma explicó en el programa Lazos de sangre que emitió el pasado año TVE.
Una primera cita bastó para que María se enamorase locamente de Pepe, y en 1980, tras una particular proposición de matrimonio (ella le preguntó si quería casarse durante un ensayo) sellaron su amor con una boda celebrada en Sevilla, tierra de la cantante. La duquesa de Sevilla, Beatriz de Borbón, ejerció de madrina, y su hija Rocío se encargó de llevar las arras. La pequeña, que tenía once años, era la hija que la artista había tenido de soltera (todo un escándalo en su momento). Pepe la adoptó y se convirtió en un padre para ella.
Pero aquel ‘sí, quiero’ era visto por muchos como la crónica de una muerte anunciada. Los medios de comunicación incluso afirmaban, sin reparo, que “nadie apostaba por lo suyo” (en vista del fuerte carácter de ambos), y, en efecto, su felicidad no duraría mucho, aunque sí más de lo que habían previsto. Las peleas y las discusiones constantes abocaron su matrimonio al fracaso. Un año después de nacer su primer y único hijo en común, Alejandro, en 1984, decidieron tomar caminos separados.
Sin embargo, la tragedia volvió a unirlos de nuevo. En 1985, Rocío perdió la vida, a los dieciséis años, en un fatídico accidente de tráfico. Su muerte sumió a María en una profunda depresión, y el dolor de su pérdida propició un acercamiento entre la artista y el intérprete. “Los dos habíamos perdido a una hija”, detalló María tiempo más tarde.
El 27 de febrero de 1987, cuando Pepe Sancho rodaba El Dorado en Costa Rica, se dieron el segundo ‘sí, quiero’. Un enlace que ¡HOLA! publicó en exclusiva. La famosa tercera boda, que ella misma calificó como ‘un engaño’ y a la que restó importancia, sería durante un viaje a Nepal.
Con la segunda boda comenzó también una etapa difícil para la cantante. A la ausencia de Rocío se sumó una mala racha en lo profesional que la apartó, temporalmente, de la música y la llevó a dedicarse, por entero, a la casa y su familia. Nunca se arrepintió de su decisión. “Estoy encantada con haber estado en mi casa, de haber creado mi mundo aquí para mi familia. Yo he creado un hogar. Eso es lo único que me mantiene con fuerza: saber que no me puedo reprochar nada. Si no, mi conciencia no dormiría tranquila nunca”, declaró a ¡HOLA!
Lo que sí desveló en sus memorias Calla, canalla , fue cómo su marido la fue “arrinconando y anulando”. Pero ella, mostrando, una vez más, toda su fortaleza, logró resurgir. A principios de los 2000, una colaboración con La cabra mecánica la devolvió al panorama musical. La ‘gitana ye-yé’ volvía a sentir el calor de su público.
‘No sé si ha habido una tercera persona… o ha habido varias’
En 2002, María Jiménez anunció en ¡HOLA! su separación. No había vuelta atrás. Si bien habló del ‘desgaste’ de su matrimonio, apuntó, también, a las constantes sospechas de infidelidad por parte de Pepe. “Yo no lo puedo decir porque no he visto a nadie, pero sé que ha habido cosas. no sé si ha habido una tercera persona… o ha habido varias. No lo sé, pero tampoco lo entiendo. Llegué a decirle que si estaba enamorado de alguien, que fuera feliz, que no pasaba nada más, pero que no estuviera mareándome de arriba y abajo. Le pedí que me dijera la verdad y estaba dispuesta a perdonarle. Pero él me negó todo”.
“No tenía más vuelta de hoja. La nuestra ha sido una ruptura por agotamiento y yo venía viendo, desde hace tiempo que mi matrimonio se iba a pique”, añadió.
Los parches que habían ido poniendo, no surtieron efecto. “Chispas han saltado y muchas (…) Yo tengo un carácter fuerte, pero me levanto alegre, y él, por el contrario, se levanta discutidor y es una persona que tiene que estar solo un par de horas para asentarse”.
Lo que la cantante le reprochó a su todavía marido era que no había querido “entrar en su mundo”. “La víspera de casarnos fuimos al Rocío por primera vez y a mí me hubiese encantado que él hubiera entrado en mi mundo, mi música, los tablaos… Pero no ha entrado nunca en mi mundo. Por el contrario, yo sí entré en el suyo”.
Y recalcaba que, en esta ocasión, no creía que la reconciliación fuera posible. Se tratabade una separación diferente a la de 1984. “Ahora es distinto, aunque te voy a ser sincera: tengo aún fe en que Pepe me eche de menos como yo le echo de menos a él. Pero claro, yo no lo puedo atar… y lo veo tan negro en estos momentos. Por otra parte, a veces pienso que alguna vez habíamos hablado de nuestras bodas de plata, y me hacía mucha ilusión y yo luchaba por superar todo esto”.
No tenía fuerzas para salvar su matrimonio. “La fuerza es una cosa que se va agotando. Una no tiene la misma fuerza a los treinta años que a los cincuenta”, sentenciaba. En aquel momento, sólo podía hablar de su dolor, de su decepción… y de que Pepe la había fallado.
La ‘culpa’ de Pepe Sancho: ‘Me considero muy responsable de nuestra separación’
Pepe Sancho tampoco permaneció en silencio, y habló alto y claro de cómo habían llegado a esta situación. “No pudo ser, y me consta que lo hemos intentado de todas las formas posibles. Después de veintidós años juntos, que se cumplirían el próximo uno de junio, es evidente que queríamos resolver nuestros problemas. La verdad es que yo me considero muy responsable, y con esto no me quiero hacer la víctima, de no haber podido sacar adelante esto porque nunca me he sabido incorporar al mundo del que viene María”.
Ya lo había dicho ella. Pepe no había sabido entrar en su mundo artístico, pero él también se justificaba diciendo que el trabajo había sido, en gran parte, responsable de su distanciamiento. “María ha trabajado menos y yo he trabajado mucho, y eso ha hecho que yo haya descuidado mi matrimonio y no lo haya atendido como tendría que haberlo hecho”. E insistía en que asumía su culpa en la separación, “son pequeñas cosas que se van acumulando. Los seres humanos, cuando comenzamos a acumular cosas, vamos culpando al que más cerca tienes sin mirar más allá, sin darte cuenta de que el problema pueda estar en ti”.
Lo que no admitió en ningún momento fue que hubiese estado con alguna otra mujer que no fuera María, e incluso llegó a decir que su mujer hablaba de una “infidelidad supuesta”. “En ningún caso voy a hablar de que yo haya cometido infidelidad o adulterio alguno. Lo que sí he cometido ha sido el desliz, y nunca mejor dicho de salir a tomar algo con gente, lo que ha hecho que María se monte una película. Pero repito que está en su perfecto derecho porque yo no he estado lo atento con ella como debiera haberlo estado. Todo esto, unido al agotamiento de tantos años juntos”, reiteraba.
El intérprete explicaba que tanto él como ella seguían teniendo mucho éxito “aún a nuestra edad. Lo que nos divide final y definitivamente no puede ser fruto de una sospecha y un escarceo, sino que ya venía de muchos años atrás”. Sin embargo, esa sospecha (su hijo Alejandro dijo haber visto a su padre saliendo de casa en compañía de otra mujer) fue el detonante que llevó a María a dar definitivamente el paso. Para ella, ‘se acabó’, como dice una de sus canciones más populares.
“He salido con mis amigos a discotecas y a tomar copas, pero no hay fotos en las que aparezca besándome con una señora poqrue, además, tampoco lo he hecho. Yo he conocido a mucha gente. He tenido escarceos y he coqueteado porque yo soy muy coqueto, pero si me hubiera enamorado de alguien, evidentemente, hubiera salido corriendo de mi matrimonio. Después de veintidós años, no es una persona quien se carga un matrimonio, sino que éste se carga desde dentro”. “Yo perdono mucho más una infidelidad que una traición. El hecho de una infidelidad momentánea no es tan importante como el hecho de una traición”.
Pepe rehizo su vida. Tras las idas y venidas que marcaron su amor con maría Jiménez, encontró el amor al lado de la escritora Reyes Monforte , con quien se casó cuatro años después de su separación, en 2006. Ella publicó sus memorias Calla, canalla, en las que contó, sin tapujos, las luces y las sombras de su vida y de su matrimonio junto a Sancho. Siguió cantándole al amor y al desengaño, y un disco reinterpretando canciones de Joaquín Sabina volvió a poner las luces de los focos sobre ella.
En 2013, el inolvidable ‘Estudiante’ de Curro Jiménez falleció a los 68 años de edad. María, por su parte, en los últimos años, ha tenido que hacer frente a diversos problemas de salud. Sin ir más lejos, en 2020 se debatió entre la vida y la muerte, al permanecer más de dos meses ingresada en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, a consecuencia de una operación de una obstrucción intestinal que se complicó. Tras superarlo, la cantante regresó e incluso nos presentó un disco con el que nos dejaba claro que su música seguirá siendo si ‘arma’ para enfrentarse al mundo... Siempre, a su manera.