Irene Urdangarín es la última mujer de la familia del rey que ha cumplido la mayoría de edad. El pasado 5 de junio, la menor de los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín cumplió 18 años, un aniversario marcado en rojo que, tal como publicábamos en las páginas de nuestra revista, no ha querido celebrar con una puesta de largo como, en su momento, hizo su prima Victoria Federica de Marichalar , dado que ella no quiere protagonismos y siempre ha procurado mantenerse alejada del foco mediático.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Irene, por tanto, tendrá una celebración discreta y familiar este 16 de junio, fecha que coincide con el fin de sus estudios de bachillerato en Ginebra (Suiza), donde reside junto a su madre desde hace ocho años, y a ella asistirán, en principio, entre otros familiares y amigos, los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, la infanta Elena con su hija y, por supuesto, sus padres y sus tres hermanos: Juan, de 23 años, Pablo, de 22 y Miguel, de 21.
La fiesta se llevará a cabo, por tanto, de manera íntima y privada. Y no tendrá el brilló de la celebración llevada a cabo por el mismo motivo que se organizó para su madre con motivo de su mayoría de edad . La conmemoración a la que hacemos alusión se celebró el 7 de septiembre -como reza el título de uno de los grandes temas de Mecano- de 1983. Y las protagonistas fueron las infantas Elena y Cristina, quienes invitaron para la llamada fiesta de la juventud a un grupo de amigos, españoles y extranjeros, con motivo de la nueva etapa de su vida tras terminar sus estudios de bachillerato y pasar a la Universidad.
Aunque se exigía como dress code que las mujeres acudieran con vestido largo y los hombres de esmoquín, no era una puesta de largo, ya que, según aclaró Zarzuela, las hijas de don Juan Carlos y doña Sofía ya lo habían hecho con anterioridad y habían participado en actos con distintos mandatarios internacionales de visita en nuestro país. Tampoco se trataba de un encuentro con la realeza europea , sino con los jóvenes de algunas casas reales unidos por lazos de amistad con las infantas de España.
A esta simpática fiesta juvenil, la primera que celebraban, se sumaron el entonces príncipe de Asturias, don Felipe, la princesa Alexia , hija mayor de los reyes de Grecia, Ana María y Constantino, y, por tanto, prima hermana de las infantas y de similar edad, y los príncipes Guillermo de Luxemburgo y Felipe de Wertenberg, en cuyo castillo de Alemania había pasado unos días doña Elena después de sus vacaciones en Palma de Mallorca.
La cena que precedió al baile, que contó también con la asistencia de jóvenes que habían coincidido con las infantas en actividades de verano, estuvo presidida por los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, que ocuparon una mesa con sus padres, los condes de Barcelona, y sus hermanos, los reyes de Grecia, Constantino y Ana María, los duques de Badajoz, la infanta Pilar de Borbón y Luis Gómez-Acebo, y los duques de Soria, la infanta Margarita y Carlos Zurita.
La infanta Elena escogía, para tan especial ocasión, un elegante traje largo de color azul con escote palabra de honor en forma de corazón, adornado con un fajín de color verde. Su hermana, Cristina, lució un vestido rosa con dos franjas en tonos azules y rosa. Alexia, por su parte, eligió un vestido rojo de escote palabra de honor y volantes con cinturón azul. Todas iban peinadas, de manera similar y acorde al estilo de la época, con una media melena ondulada.
Tendrían que pasar 35 años para que otra mujer de la familia del rey volviera a celebrar su mayoría de edad. Fue Victoria Federica , la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, que el 20 de junio de 2019 protagonizó su gran puesta de largo, convirtiéndose en la primera nieta de don Juan Carlos y doña Sofía que celebraba su puesta de largo. La gran fiesta tuvo lugar en la finca El Chaparral, de Madrid, ubicada en El Plantío. A ella acudieron 300 invitados, entre quienes se encontraban algunos miembros de su familia, así como sus amigos, entre ellos Gonzalo Caballero, torero con el que por aquella época mantenía una relación.