El pasado 10 de enero falleció Constantino II, último rey de Grecia y hermano menor de la Reina Sofía. A sus 82 años, fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro médico Hygeia de Atenas, después de sufrir un derrame cerebral que agravó anteriores problemas respiratorios y cardiácos que padecía. Los días previos a su muerte, toda la familia real griega se reunió en Atenas para despedirse del monarca. No pudieron faltar sus hermanas, la Reina Sofía y la princesa Irene; sus hijos, y su esposa, la Reina Ana María. A lo largo de estas líneas, recordamos la boda real del rey Constantino y Ana María, en 1964, y que fue el broche de oro de una bonita historia de amor que ha durado casi sesenta años.
Los reyes más jóvenes del mundo
Tenían dieciocho y veinticuatro años respectivamente y, con su matrimonio, iban a convertirse en los reyes más jóvenes del mundo. Ana María y Constantino de Grecia se casaron el 18 de septiembre de 1964 en una ceremonia celebrada en la Catedral de la Asunción de Santa María en Atenas, el mismo lugar que escogió su hijo, Philippos de Grecia, para celebrar su enlace religioso con Nina-Nastassja Flohr el pasado 23 de octubre.
El templo había sido iluminado con un millar de cirios y decorado con diez mil gladiolos. Grandes tapices y terciopelos de color rojo -un tono símbolo del Imperio de Bizancio- daban un aspecto todavía más regio a la Catedral, y numerosos sillones en rojo, azul y oro esperaban a los invitados mientras un coro de ochenta voces entonaba entonaba salmos.
A las 10.15 horas de la mañana el cortejo nupcial se ponía en marcha. En aquella comitiva real estaban los reyes Juan Carlos y Sofía, el duque de Edimburgo, Elena de Rumanía, Balduino y Fabiola de Bélgica, Rainiero de Mónaco y Gustavo Adolfo de Suecia. Constantino de Grecia llegó antes que la novia, como marca la tradición, y lo hizo del brazo de su madre y madrina, la reina Federica. Pocos minutos después, hacía su entrada Ana María de Grecia acompañada de su padre, Federico IX de Dinamarca, y seis damas de honor que, como ella también vestían de blanco: la princesa Clarisa de Hesse, la princesa Tatiana de Radziwill, Cristina de Suecia, Margarita de Rumanía y Ana de Inglaterra.
La princesa Ana María lució un maravilloso diseño realizado por el por el modista danés Holger Bloom que, en aquel momento, era uno de los creadores de moda. Se trataba de un vestido de inspiración siglo XVIII confeccionado con satén duquesa cubierto por dos capas de tul . Uno de los detalles más llamativos es que tenía dos colas de largo desigual que daban una mayor sensación de movimiento a la pieza. Completó su estilismo con un velo que había pertenecido a su abuela materna Margarita y que también llevó la reina Ingrid el día de su boda.
Como todo enlace ortodoxo, la boda de Ana María y Constantino se dividió en dos partes: por un lado, los esponsales en sí; por otro, la coronación. Ambas se hicieron en el altar central, donde había una mesa en la que se encontraban los Evangelios, las coronas y dos alianzas de oro que les regaló un joyero griego. Una vez bendecidas las alianzas, Constantino pronunció las solemnes palabras del ritual: “El servidor de Dios Constantino se desposa con la servidora de Dios Ana María, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Una fórmula que repitió después la novia.
Después llegó el turno de la bendición de las coronas. Eran dos obras de arte que habían pertenecido al tesoro de los Romanov y que eran propiedad de la familia real griega desde los tiempos de la reina Olga; las mismas que se habían utilizado en la boda de don Juan Carlos y doña Sofía.
Sobre las 11.15h sonaron ciento un cañonazos disparados desde el Monte Licabeto y los buques de guerra que se encontraban detenidos en El Pireo con los que se anunciaba que la pareja ya se había convertido en matrimonio. Un feliz acontecimiento que quisieron celebrar junto al pueblo eleno al correr seis kilómetros del centro de Atenas para saludar al más de un millón y medio de personas que se habían agolpado en las calles. Después se trasladaron al Palacio Real de Atenas donde celebraron, junto a sus invitados, un banquete.
6 curiosidades de la boda de Ana María y Constantino de Grecia
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