La suya fue una historia de amor digna de una novela romántica; y juntos formaron una pareja que ha fascinado, durante casi ocho años, al mundo. Pero, a veces, el final feliz con el que siempre se sueña no es posible; y lo mejor es tomar la difícil decisión de emprender caminos separados. Aunque duela, porque Isabel Preysler está triste tras poner punto y final a su relación con Mario. No es sencillo despedirse después de tanto tiempo.
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Sin embargo, está convencida del complicado paso que han dado, poniendo así final a un noviazgo que salió a la luz en febrero de 2015. Ella, la ‘reina de corazones’ que un año antes había perdido a su marido Miguel Boyer; él, un genio de las letras que estaba separado de su mujer, Patricia. Se conocían desde hacía décadas -en el año 1986-; y el destino, caprichoso, quiso que se volviesen a encontrar en un viaje a Londres organizado por Porcelanosa en mayo de 2015. Habría que esperar un año, en 2016, a su primera entrevista conjunta. Ocurrió en Nueva York, con motivo de la inauguración del nuevo espacio de la firma de la que Isabel ha sido embajadora en la Quinta Avenida. Entonces hablaban, como nunca antes lo habían hecho, en ¡HOLA!
“La vida me ha sorprendido”
La noticia de su noviazgo había desencadenado un auténtico terremoto informativo. Isabel y Mario eran la más inesperada y sorprendente pareja del panorama social. Y lo sabían: “La vida me ha sorprendido y me ha demostrado una vez más que es mucho más rica e inesperada de lo que te puedes imaginar”, nos confesaba Isabel.
Las risas constantes, las miradas de cariño y admiración que se dedicaban y las charlas continuas marcaban los encuentros de estos novios que acaparaban todas las miradas en la ciudad que nunca duerme. “Nos hemos hecho inseparables y no queremos perder ni un minuto”. “Este año ha sido el más feliz de mi vida”, apostillaba Mario; mientras que ella tenía claro que “el nuestro sería un amor de una buena película romántica”.
Destacaba Isabel que, aunque Mario era un grande de la literatura, lo que más le gustaba de él -mucho más, si cabe, que su obra- era su humanidad “y lo mucho que de verdad le preocupan los problemas sociales”. “A los dos nos encanta conversar. Nos pasamos horas contándonos historias”, destacaba. Porque el piropo más simpático que Mario le dedicaba era “eres una gran narradora”.
Contra viento y polémica
Entre Isabel y Mario había surgido una ‘chispa’ que nadie esperaba. Mario no ocultaba los obstáculos con los que se habían encontrado, el primero, el de su familia. “Para la familia no ha sido fácil. La situación los tomó por sorpresa. No esperaban que surgiera algo como esto a estas alturas de mi vida, así que ha habido que limar las cosas”. Álvaro Vargas Llosa, hijo del escritor, emitía después un comunicado para despejar la polémica que rodeaba al matrimonio de sus padres: “Mi familia pasa, como tantas en el mundo, por un proceso difícil, pero superable. Mi familia tiene el temple y el temperamento necesarios para afrontar esta situación con serenidad, ánimo y buen humor”.
Asimismo, aclaraba que en el momento en el que Isabel y Mario comenzaron su historia, “mis padres ya se habían separado y habíamos hablado entre nosotros lo que sucedía”. “El proceso de separación se lleva a cabo de un modo privado y amistoso, y mi deseo es que siga siendo así. Yo estoy seguro de que todo lo que ocurra, ocurrirá de una manera civilizada y armónica. Ambos saben que cuentan con mi compañía y apoyo en ese proceso. Un proceso en el que sobra cualquier persona que no sean los padres y los hijos”.
Y, en efecto, así fue. El Premio Nobel y su exmujer, Patricia Llosa, mantienen una relación cordial. Y Álvaro ya daba un paso al frente para subrayar: “Nadie hace lo que ha hecho él si no siente por otra persona afecto genuino. Isabel Preysler me parece una persona interesante, una persona elegante, y, evidentemente, representa para mi padre algo importante”.
“El amor siempre es el mismo”
Preguntábamos a Isabel en su primera entrevista con Mario cómo vivía el amor en esa etapa de su vida; y ella sin dudarlo un segundo contestaba: “El amor siempre es el mismo… Pero, como dice Mario, ‘la experiencia añade al sentimiento una cierta sabiduría”. “Queremos vivir esta experiencia de una manera que enriquezca todos los aspectos de nuestra vida en todo lo que sea posible”, añadía.
Sólo tenían un deseo y era que “esperamos que la nuestra sea una relación larga, duradera y feliz, y en la que siempre apoyaré a Mario para que escribir siga siendo una parte esencial en su vida”. No cabe duda de ello. Isabel siempre ha estado a su lado. Ahora, cada uno toma un rumbo distinto, pero con la certeza de que el suyo ha sido un amor de esos que no se olvidan. Con la seguridad, eso sí, de que no habrá un nuevo capítulo. Tan sólo buenos recuerdos de los momentos vividos.