La noticia del asesinato de Mario Oliver Jutard, que fue novio de Estefanía de Mónaco en el pasado, ha causado un gran impacto en todo el mundo y, es de suponer, también en el Principado. El conocido empresario de la noche, de 71 años, fue encontrado muerto en su residencia de la Las Terrenas, República Dominicana, tras sufrir un robo con violencia . Según han apuntado medios locales, Oliver fue víctima de un atraco “con furia y ensañamiento”, en el que finalmente perdió la vida.
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Los informes desvelan que los asaltantes amordazaron y asfixiaron a la víctima y se llevaron algunos objetos de valor de la casa, como una caja fuerte y varios relojes de la marca Rolex. La causa oficial de la muerte, según las primeras investigaciones, fue la “comprensión manual del cuello (ahorcamiento) y traumatismo craneoencefálico”.
Imaginamos la tristeza de la princesa Estefanía al conocer la trágica muerte del que fue su gran amor de juventud. En los años ochenta, la menor de los tres hijos de Rainero y Grace de Mónaco vivió un intenso romance con Oliver, con el que incluso estuvo a punto de casarse, una decisión que la llevó a enfrentarse a sus padres, quienes se oponían firmemente a que el playboy marsellés entrara a formar parte de la familia.
En febrero de 1987, la princesa, que acababa de cumplir 22 años, y su oxigenado amor protagonizaron la portada de ¡HOLA!, en la que Estefanía realizaba una sorprendente declaración en exclusiva: “No quiero tener que amar a Mario en secreto. Me voy a vivir a Los Ángeles”. La que en aquellos años era la más rebelde de los Grimaldi desafiaba así a su familia desde las páginas de nuestra revista, que relataba los intensos acontecimientos que dieron pie a tal revelación.
El 22 de enero de ese año, el palacio de Mónaco se vio obligado a emitir un comunicado desmintiendo que la princesa y el empresario se hubieran casado en secreto en Isla Mauricio. Estefanía había volado a la paradisíaca isla del Índico, para grabar un vídeo a beneficio de Unicef y producir otro para su último trabajo discográfico. Allí, sin importarle las miradas ajenas ni los objetivos de los paparazzi, se dejó ver en actitud muy romántica con Mario. Las imágenes desataron una oleada de crecientes rumores sobre la posibilidad de que la menor de las hijas de Rainiero se hubiera casado, en una ceremonia civil y secreta, con su chofer local y otro mauriciano como únicos testigos.
La crónica de ¡HOLA! desvelaba la historia del hombre que había robado el corazón de la princesa, a pesar de ser catorce años mayor que ella. Un marsellés que emigró a California en 1981 “sin un duro en el bolsillo” y que en seis años llegó a convertirse en el copropietario de la discoteca de moda en Los Ángeles, Vértigo, “la más in de toda la costa del Pacífico”.
A finales de octubre de 1986, Estefanía acababa de romper su relación con el actor Rob Lowe, cuando conoció a Mario en el mencionado establecimiento nocturno. Tras el flechazo, la princesa rebelde comentaba, según se publicó en nuestra revista: “¡Soy feliz, mi marido es extraordinario!”. A nadie le extrañó el calificativo de “marido”, puesto que decían que era la manera graciosa con la que la hermana de Alberto y Carolina de Mónaco llamaba a los chicos con los que salía.
Lo cierto es que Estefanía sentía que si aún no era su marido, algún día lo sería, puesto que en sus declaraciones exclusivas, desveló: “Creo que Mario es el hombre que tanto he estado esperando. Y, en consecuencia, por nada del mundo compartiría mi vida con otra persona”. Por su parte, Oliver, también habló en ¡HOLA! sobre su amada, de la que dijo: “Estefanía posee todas las cualidades que una mujer puede ofrecerme. Desde que nos conocimos, mi vida ha cambiado radicalmente”. “No podemos vivir el uno sin el otro —añadió—. Es por eso que estamos proyectando compartir el mismo techo”.
Tal era la pasión que sentían el uno por el otro, que cuentan que Mario fletó una avioneta por el cielo de Los Ángeles con el siguiente rótulo: “Estefanía, ¿quieres casarte conmigo? Mario”, mientras que la entonces princesa cantante se tatuó el nombre del también Dj y modelo en el trasero, como muestra de amor.
Después de algo más de año y medio de polémica relación, la pareja puso fin a su agitado romance. La joven princesa volvió a asomarse a las páginas de ¡HOLA! para explicar los motivos. “Mario me pidió escoger entre mi trabajo o él... y escogí mi carrera. Mi vida. No he soportado nunca ninguna traba a mi destino”, señaló Estefanía, que en aquella entrevista también subrayó que los proyectos de matrimonio con el empresario, no eran más que “fantasmadas de los demás. Soy joven y quiero vivir”. De igual manera, negó que se hubiera ido a vivir a California por su amor hacia el marsellés. “Yo ya había decidido desde hacía tiempo hacer una carrera internacional. Los Ángeles es la ciudad de la música, donde todo sucede”.