Ha sido durante las últimas cuatro décadas su refugio. Antes como príncipe, y ahora como Rey. Fue en 1980 cuando Carlos de Inglaterra adquirió Highgrove, una casa de campo construida entre el 1796 y 1798 situada en el condado de Gloucestershire.
Una espectacular vivienda, de estilo georgiano, que se ha convertido en su lugar predilecto, el sitio al que se escapa para descansar del ajetreado ritmo londinense. Pero no sólo es su residencia favorita. Podría decirse que va más allá, puesto que es una propiedad que incluso refleja la propia personalidad del monarca, que nos abrió sus puertas hace ahora cuarenta años.
El príncipe -y rey- ‘eco’
Amante de la naturaleza y muy concienciado con la protección del medio ambiente, siempre se dijo que, de no haber nacido príncipe, en otra ida hubiese sido granjero, y así lo demuestra Highgrove. La casa cuenta con una ‘casa de las gallinas’, un pabellón para las colmenas de abejas que producen miel, un corral para el ganado hecho de piedra y hasta un huerto. Y, como no podía ser de otra forma, aprovecha al máximo la energía. El Rey instaló paneles solares y los residuos se eliminan gracias a un sistema de alcantarillado natural.
Sin embargo, la auténtica “joya” de su retiro son sus jardines. El entonces príncipe de Gales puso un especial empeño en llevar sus tres jardines a su máximo esplendor. En ellos no se usa ningún producto o fertilizante químico, todo es natural. Carlos de Inglaterra siempre ha sido un hombre adelantado a su tiempo, preocupado por el cambio climático y todo lo que sucede en nuestro entorno cuando pocos hablaban de ello.
“Tengo un fuerte sentido de la Historia”
En 1982, el entonces Príncipe de Gales recibía a nuestra revista para hablar de uno de sus proyectos más personales: sacar el Mary Rose a flote tras más de cuatrocientos años en el fondo del mar. Esta flota se hundió en 1545 durante una escaramuza con los franceses, y Carlos de Inglaterra fue de los primeros buceadores que bajaron a examinarlo.
- “Fue Lord Mountbatten quien me sugirió que fuera a verlo”, nos confesaba, al tiempo que reconocía que esta expedición le había resultado fascinante “porque existía esa combinación de bucear y hacer algo histórico; y a mí me interesan la arqueología y la historia”.
- “Tengo un fuerte sentido de la Historia y siempre me ha fascinado. Tuve un extraordinario profesor de Historia cuando era pequeño y eso contribuyó a un gran conocimiento del pasado y su importancia para el futuro”.
- “Por eso el Mary Rose es importante no sólo para la zona de Portsmouth sino también para nuestra herencia marítima y naval. Cosas como el Mary Rose nos recuerda de alguna forma nuestra gran herencia como gente de mar. Somos la única isla grande de Europa, el único portaaviones de Europa, y tenemos mayor responsabilidad en un sentido marítimo”.
- “Como isla, creo que cuanta más gente aprenda sobre nuestra relevancia en el mar y en la marina, mejor. Nos enfrentamos a problemas que otros que no sean isleños no tienen. No debemos olvidarlo nunca”, concluía.
“Los Reyes siempre mandaban sus tropas hacia las batallas… y yo creo que se deben dirigir desde primera línea”
- “Trato de ser razonable, pero no lo soy siempre. Siempre he tenido la sensación de que, por la posición en que estoy, debo dar ejemplo, dirigir desde el frente, demostrar a los demás que estás preparado para hacer las cosas que luego esperas de ellos”.
- “Es algo muy primitivo, de risa, cómo los Reyes siempre solían dirigir sus tropas hacia la batalla… y supongo que son reminiscencias de aquello, algo personal. Se debe dirigir desde la primera línea, es uno de los aspectos vitales del liderazgo”.
- “No importa lo que se dice, hacer discursos ahora no tiene ningún efecto. Lo que importa es lo que haces”.
Ahora, tras el fallecimiento de su madre, Carlos de Inglaterra inicia su reinado como el monarca más longevo de la Historia, pero con las ideas muy claras de cómo será su reinado.