Ana María Aldón y Ortega Cano celebran su aniversario de boda más amargo

El matrimonio pasó por el altar el 30 de septiembre de 2018. Una bonita historia de amor que vive sus horas más bajas en la actualidad

30 de septiembre de 2022 - 14:05 CEST30 sept 2022 - 14:05 CEST

Desde comienzos del 2022, Ortega Cano y Ana María Aldón han vivido una progresiva caída al vacío en su relación que se hace especialmente llamativa en la fecha de hoy. Cada 30 de septiembre, desde el 2018, el torero y la diseñadora han celebrado por todo lo alto su aniversario de boda. Un enlace que, publicado en exclusiva por la revista HOLA, reunió a sus familiares y amigos como Miguel Abellán y Jaime Ostos en la finca “El Maestre”, de Sanlúcar de Barrameda, tres días después de que pusieran la guinda a su bonita historia de amor firmando su compromiso en una notaría de Zaragoza.

En la nómina de los ciento setenta invitados que asistieron a la posterior celebración no faltaron los íntimos del diestro, entre ellos Gloria Camila con su entonces pareja, el también colaborador televisivo Kiko Jiménez, José Fernando con su novia, Michu, y su hija, la hermana de Rocío Jurado, Gloria Mohedano, con su marido, José Antonio, Rosa Benito, y, como colofón, Antonio David Flores que, acompañado por su entonces mujer, Olga Moreno, y sus hijos, Rocío y David, sorprendía a todos al no esperarse su presencia. La relación de Ortega Cano y el exmarido de Rocío Carrasco había dado un giro radical desde el fallecimiento de Rocío Jurado en el año 2006.

Del enorme dolor que provocó aquella famosa demanda que el ex guardia civil presentó contra la cantante pasaron a tratarse con más que cordialidad, según el torero, para poder tener contacto con los nietos de “La Más Grande”. Una asistencia comentada, cuestionada y que, años después, valoraba la propia Rocío Carrasco en su documental En el nombre de Rocío . Al resto de invitados se unía también la familia de Ortega Cano con sus hermanos Paco, Conchi y Mari Carmen a la cabeza. La que faltó ese día fue la mayor de los tres hijos de Rocío Jurado. Hasta ese momento, la empresaria no tenía tan mala relación con el diestro, pero que José Ortega Cano invitase a Antonio David hizo que todo se rompiera.

La efeméride de su boda –en circunstancias normales un motivo de celebración–, en su caso no será tal. Hace un año estos problemas matrimoniales no estaban tan enquistados y Ortega Cano soprendía a su mujer con un masaje en pareja en una clínica especializada en cuidados femeninos. La vida, sin embargo, ha dado muchas vueltas desde entonces. La pareja vive inmersa en una guerra sin cuartel marcada por las constantes desavenencias. Una crisis matrimonial en toda regla que, lejos de amainar, presupone más capítulos.

Los dos reconocen ser a día de hoy una pareja que convive bajo el mismo techo sin más nexo que el hijo que tienen en común, José María, nacido el nueve de febrero de 2013. No hay mayor contacto entre ellos. La propia mujer del ex torero reconocía en televisión que dormían en alcobas separadas. De un tiempo a esta parte la tensión se corta con cuchillo en la casa conyugal, donde ambos conviven. El regreso a la capital, después de su veraneo, ha puesto de manifiesto todas las diferencias que les separan. Durante el mes de agosto ambos habían puesto todo de su parte para no coincidir en la casa de Costa Ballena, en Cádiz. Si Ortega Cano volvía a Madrid, Ana María se quedaba en la casa; si el diestro bajaba a las tierras gaditanas, ella se marchaba unos días a la casa que tiene en Sanlúcar.

La vuelta a la capital madrileña ha supuesto enfrentarse al peor mal para una pareja malavenida: la convivencia. La casa de Fuente del Fresno ha sido testigo mudo de la nula relación que, en la actualidad, mantienen. De hecho, se llegó a especular con que el diestro habría puesto dicha casa a nombre de su hija para que su mujer no pudiera reclamarla en caso de separarse. Nada más lejos de la realidad. Se trata de uno más de los dimes y diretes con los que conviven a diario y que enturbian su relación aún más, si cabe. En algunos casos infundados, en otros con fundamento, pero con un único fin: minar su relación.

En este bando pone Ana María a los hermanos del diestro, a quienes culpa de entrometerse en su matrimonio hasta el punto de que, según ella, su marido vive manipulado por ellos. “En mi matrimonio somos dieciocho”, asegura en referencia a su relación con su familia política. Un drama con distanciamientos, cruce de acusaciones y tensiones familiares, aunque la diseñadora trata de calmar las aguas revueltas en cada una de sus apariciones televisivas.

“Todo está en orden, tranquilo”, asegura. Sin embargo, su matrimonio no ha estado nunca en peor situación. Pese a los intentos de limar asperezas y reencauzar su relación, no parece que los frutos vayan a verse a corto plazo. Aldón reclamaba un apoyo más explícito de su marido, un reconocimiento y un cariño que sigue sin sentir, deseo que no ha visto cumplido. El diestro se quejaba, por su parte, de que “las cosas se están sacando de madre” y le decía a su mujer que “no podemos seguir así”. No obstante, su mujer parecía no estar muy de acuerdo con él: “Yo me siento un poco ridícula. Bueno, en algunos matrimonios es cosa de dos y en otros hay demasiada gente”.

La pregunta ahora está encima de la mesa: ¿Habrá una celebración de aniversario similar a la de años anteriores? Parece complicado imaginarlo porque son varios los factores, algunos externos, que agravan su situación. En primer lugar, el apoyo sin titubeos de Ortega Cano a Gloria Camila, convertida a tenor de sus declariones en la enemigo número uno de Ana María Aldón. No es ningún secreto que la relación entre ambas también está rota. Por si fuera poco, el panorama se ha agravado tras los rumores de la aparición de una tercera persona en el matrimonio. Un “amigo especial”, empresario de la localidad sevillana de Los Palacios, con el que se ha relacionado a Ana María, que, indignada, negó: “Es totalmente falso y se van a tomar medidas legales”.

Si Gloria Camilia ha tenido mucho que ver en este declive de la pareja, qué decir de Gema Aldón. La hija de la andaluza se sentaba en Sábado Deluxe para desvelar el consejo que le había dado a su madre: “Yo quiero que se separe y quiero que sea feliz. Personalmente no he tenido nunca ningún conflicto con Ortega Cano, pero no me gusta el trato hacia mi madre y algunos desprecios que he visto”. Otro de los puntos de quiebra fundamentales de la relación ha sido la creciente exposición mediática de la gaditana. Desde que quedara finalista en Supervivientes, en el año 2020, se ha asentado como colaboradora de Telecinco. La ahora televisiva, que antes se mantenía a la sombra de su marido, velando por los suyos, se ha mostrado mucho más fuerte y segura desde su paso por el concurso y ha pasado a ejercer como personaje, con todo lo que de ello se desprende.

Todos estos ingredientes forman un cóctel con un sabor demasiado amargo para los dos protagonistas de esta historia llena de incertidumbres. Aunque todavía comparten techo y aseguran mantener un vínculo cordial por su hijo, apunta a todo menos a una pronta reconciliación pese a las últimas declaraciones de Ana: “No estoy diciendo que sea maravilloso, pero tenemos una cordialidad y un respeto máximo. Estamos echando la espuma para fuera”. Unas palabras que dejan a la luz que no hay suficientes motivos para festejar el cuarto aniversario de su boda. En la actualidad, existe un silencio total y, en esta fecha tan especial, quién sabe qué les pasará por la cabeza. La relación está rota y nadie sabe qué hacer, pero, a día de hoy, su realidad dista bastante de la postal idílica de un matrimonio enamorado.