A sus casi sesenta y tres años y con una dilatada trayectoria de cuatro décadas en el mundo del cine, Vincent Lindon se ha ganado su puesto como presidente del jurado de la 75ª edición del Festival de Cannes. El actor galo regresa a un certamen que le ha dado grandes alegrías, como el premio a la mejor interpretación en 2015 por La ley del mercado o la Palma de Oro el año pasado a Titane, película que él protagoniza. Su primera vez en Cannesfue “en 1987 por Un hombre enamorado- recuerda- “Acababa de empezar como actor. El día de la apertura fue totalmente rocambolesco porque no dejaba de meter la pata. La directora, Diane Kurys, me presenta a Robert De Niro, que me da la mano y me dice ‘Hi, Robert De Niro’. Y yo respondo ‘Hi, Vincent’ sin decir mi apellido. Me sentí fatal durante dos horas”.
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Esta anécdota contada por el intérprete estos días, tuvo lugar tres años antes de que el mundo girara la mirada hacia Lindon y se convirtiera en el hombre más buscado del momento. El 3 de octubre de 1990, Stefano Casiraghi perdía la vida en un desgraciado accidente náutico. Días después de la tragedia, Carolina de Mónaco emprendía la huida a Saint-Rémy-de-Provence con sus tres hijos, Andrea (1984); Carlota (1986) y Pierre (1987). En su peor momento, la hija de Raniero y Grace conoce al galán del cine. La princesa campesina se refugia en los brazos del actor vistiendo trajes provenzales…
La discreta historia de amor entre ambos duró cinco años y fueron muy pocas las ocasiones en las que se pudo ver a la pareja.
Lindon llegaba a la relación con su propio bagaje, ya que había terminado una década de noviazgo con Claude, la hija de Jacques Chirac, amiga además de la princesa Estefanía. Cuentan que se enamora perdidamente de Carolina y por ella aguanta el protocolo de seguridad, los paparazzi agazapados en sus vacaciones juntos en la isla de Ré o cuando van a los Alpes a esquiar; y también las órdenes de Raniero, quien habría exigido, según se publicó en la época, una serie de normas al intérprete. Así se vivió y se contó en las páginas de ¡HOLA! la historia de Carolina de Mónaco y Vincent Lindon.
En mayo de 1992 se publicaban el reportaje, “Carolina rodeada de sus hijos y de un grupo de amigos, entre los que se encontraba Vincent Lidon”. “La semana pasada ofrecíamos las imágenes del actor Vincent Lindon acompañando a la princesa Carolina de Mónaco con un pequeño grupo de amigos al barco “Pachá III”, que está terminando de ser remodelado para que un día la princesa pueda navegar con sus hijos, como era deseo de Stefano Casiraghi, que fue quien lo compró hace tiempo a la princesa, deseando que sus hijos conocieran el mar y lo amaran viviéndolo a bordo” reza el texto. “Hoy Vincent Lindon aparece de nuevo cerca de Carolina y sus hijos, Andrea, Carlota y Pierre, junto a un grupo de amigos, donde hace meses un día Carolina refugió su dolor y su silencio, dejando atrás el brillo y la noticia de Mónaco. Lindon se muestra cariñoso con los hijos de la princesa, que en bañador y vaqueros, bajo las palmeras de su rincón de soledad, toma el sol y se baña en los días de descanso en la montaña, lejos del Mediterráneo”.
Unos meses después, el 21 de enero de 1993, la revista titula: “Carolina y Vicent Lindon comienzan el nuevo año en la Provenza más unidos que nunca” y destaca que ambos han ido a recoger a Andrea, Carlota y Pierre al colegio de Saint-Remy donde estudian. “Junto a Carolina, muy cerca, Vicent Lindon, al que los periódicos franceses vienen llamando de muy distintas y cariñosas formas. Le llaman el “tío Vincent”, que es como parece que lo llaman los hijos de la princesa Carolina, otros “el padrazo” o “el más cercano al corazón de Carolina”. “Lo que sí está claro es que Vincent está ahí y que no se ocultan porque nada tienen además que esconder. Porque ya ha entrado también en el corazón de los niños, como si fuera uno más de la familia”.
En noviembre de ese mismo año, se ven las primeras imágenes de “Vincent Lindon con el príncipe Raniero y la princesa Carolina ”. Fue durante una cacería en el castillo de Marchais, el mismo lugar donde se obtuvieron también las primeras fotos de Stefano Casiraghi con su suegro antes de su boda con Carolina. “La sorpresa este año ha sido” -se lee en la crónica- “que entre el grupo de selectos invitados a la cacería estaba, por primera vez, Vincent Lindon, el asiduo acompañante de la princesa Carolina. La excepcional ocasión ha permitido, aunque a larga distancia, que se hayan podido obtener las primeras imágenes del príncipe Raniero junto al actor francés que ha conquistado el corazón de su hija mayor”.
El 11 de mayo de 1995 Vincent Lindon apareció en Mónaco, acompañando al príncipe Alberto en el palco presidencial en una de las semifinales del Open de tenis de Montecarlo. “La presencia del actor francés junto al heredero en el citado lugar de honor se ve como una forma de dar por hecha la situación real que conforma hoy la vida de Carolina”.
Unos días más tarde, el 28 de ese mismo mes, la pareja aparece junta viento el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, junto al príncipe Raniero, haciendo la relación oficial. Y en enero de 1996 se lee en la portada de ¡HOLA! “La relación entre Carolina y Vincent Lindon cada vez más oficialmente reconocida”. El actor había sido invitado la víspera de Nochevieja a la fiesta del décimo aniversario del ballet de Montecarlo y asistió también a la cena de gala celebrada después en el hotel de París. Era la primera vez que Lindon acudía a una fiesta con carácter casi oficial en el principado.
Los medios comienzan a hablar de una posible boda, pero poco después rompen. “Carolina y él tenían una relación muy complicada. Es una de las pocas historias que Vincent no ha controlado”, explicaría en 2017 la hermana del actor, Sylvain Lindon, en un programa televisivo. Se publicó que la ruptura fue especialmente dolorosa para el intérprete que, al parecer, habría recibido una caja con sus pertenencias en plena noche. “Había invertido tanto en esta relación que estaba muy decepcionado. Quizás ella no le dio la misma importancia a esta historia que él”, enfatizaba su hermana. Desde luego, ella nunca ha hablado sobre él y él, cumpliendo quizá una de esas promesas a Raniero, jamás ha hablado de ella.
Años después se casó con Sandrine Kiberlain, el 25 de febrero de 1998, y dos años después nació su hija Suzanne, también actriz. Tiene otro hijo, Marcel Lindon, conocido como Marcel Gitard, de veinticinco años, nacido de una relación anterior.
“Al hacerme mayor, lo que me interesa es acumular grandes momentos, recuerdos, grandes encuentros, grandes alegrías y grandes decepciones, porque también hay que tomarse un momento para llorar” ha dicho Lindon estos días como presidente del jurado del Festival de Cannes.